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26 de noviembre de 2015

TEATRO | "Myrian Cardozo y las Golondrinas del Monte" de las Ramponi | Un típico festival folklórico acá nomás


Por Florencia Fangi Boggia
Foto: Luisina Jacinto, Roz Yungel 

Al lado de la sala principal del Camarín de las Musas nos recibió la Evángelin, una coyita de mandíbula caída y ojos perdidos, que nos invitó a servirnos un vino barato de un pingüinito para esperar el chou que recién llegaba desde Jujuy a la gran ciudá: Myrian Cardozo y las Golondrinas del Monte. Un trío musical que viene a cantarnos sus historias de amor y desamor, del día a día en el pueblo, de personajes que sin aparecer quedarán en la memoria. 

El espectáculo imita a un festival folklórico de provincia y está compuesto de temas originales interpretados por Las Ramponi, quienes dan vida a estos hermosos personajes. El salón es enorme, largo, con una acústica bastante fiera. Todo reverbera, es un poco encerrado para hacer un espectáculo musical, pero le da ese toque artesanal de las peñas. Hay unas guirnaldas en el techo y una mesa donde debería comerse todo asado: de tablón con olor a madera blanda por la humedá. Sumado a esto, el vestuario mezcla de cholas con coyas, con vestidos, polleras y zapatos colorinches, gorros puneños y bigotes pintados. 

Me sale la entrerrianada cuando hablo de ellas pero Las Ramponi lograron transportarme a esa tranquilidad de pueblo y de personalidades sencillas. Encantan. Su humor es negro, burlón, de adolescentes, con amor y respeto a la diversidad, riéndose en clave de clown de las desventuras y tragedias que se viven día a día. Muestran un despliegue de talento tanto actoral como musical, que invita a un magnífico mundo berreta del cual es difícil irse porque no existen preocupaciones, ya que esquivan las situaciones graves con humor, ríen de sus tristezas y lloran sus alegrías. 

Myrian Cardozo y las Golondrinas del Monte es una obra para ver más de una vez, para reírse a carcajadas o morirse de ternura, o todo eso junto. Contagia buena onda, buen humor y ganas de ser parte. La salida después del teatro es directo a comprar fernet capri con Manaos y un vino patero de 45$ la damajuana, para ir a Puerto Madero a comer asado al resplandor de la brasa.

De Las Ramponi. Con Fiorella Cominetti, Carolina Ferrer, Julieta Filipini, Clara Maydana. Vestuario: Las Ramponi, Paula Molina. Diseño de escenografía: Las Ramponi, Julia Camejo. Diseño de luces: Las Ramponi. Realización escenográfica: Las Ramponi, Pitu Entenza. Video: Luisina Jacinto, Roz Yungel. Música original: Las Ramponi. Producción Audiovisual: Mintografías. Colaboración artística: Lucía Panno. Jueves, 21.30 hs. Camarín de las musas, Mario Bravo 960. Entrada: $100, $150. Última función: 26 de noviembre.

6 de noviembre de 2014

TEATRO | "Mísero Bufo" dirigida por Manuel Gaspar | Las barbaridades del mundo



Por Florencia Fangi Boggia
Foto: Alicia Rojo

En un castillo medieval de altos muros y ventanas mugrosas, viven aislados un mariscal y su monstruoso sirviente. Allí corren rutinariamente los días de este alto cargo militar jubilado pero no retirado, dispuesto a volver a armarse cuando sea prudente, con pijama cuando se tiene que ir a dormir, vestimenta informal para estar de entrecasa y fajina para los momentos de gran porte, tal como lo manda el protocolo: la imagen de Videla siendo un viejo choto y decrépito pero pidiendo a la Nación que “se defienda”, e Igor, su esclavo jorobado y deforme, de dientes amarillos y ojos grandes. No tienen amigos ni personas cercanas, la sociedad los ha condenado a su propio castillo cual cárcel domiciliaria, sólo les queda el dinero que alguna vez robaron cometiendo todo tipo de barbaridades. Allí, esperan el día en que puedan volver al poder las fuerzas que alguna vez los apañaron. 

Tal parece que el momento ha llegado: se ha roto esa maldición que los ataca y alguien quiere conocer la historia de este “héroe nacional”, y escribir un libro con todas sus proezas. Un joven llamado Wolf, periodista de morral al costado, se muestra tan interesado en su vida y obra que el mismo mariscal decide albergarlo en su casa, para que conozca todo desde adentro. Sin embargo, esas no son las verdaderas intenciones del nuevo habitante del castillo sino que es alguien más del pueblo que ha decidido hacer justicia por mano propia y denunciar a estos dos siniestros seres.

El escenario es alargado, recortado por las luces que enfocan el centro. Los extremos son para los clowns, dos divertidos personajes que rompen la cuarta pared y se meten con el público desde el principio. No forman parte de la historia en sí, pero intervienen en ella como ayudantes de escena o como silenciosos cómplices observadores. Son el placebo a la crueldad de la escena principal, ellos agregan una cuota de humor y alivio. 

Manuel Gaspar propone desde la dirección evidenciar el detrás de escena. La separación del escenario con la parte de atrás está dada por una cortina de tiras de colores e incluso es fuente de gritos y voces, por lo que el espacio nunca está del todo cerrado. Siempre hay un detrás, que a veces parece inocente pero que sostiene la parte que efectivamente se puede ver. La basura no se limpia con barrerla debajo de la alfombra.

Mísero bufo denuncia ante el mundo las barbaridades del mundo, especialmente las atrocidades cometidas en (y por) la última dictadura argentina. Los nombres de sus protagonistas no están librados al azar sino que cada uno es el símbolo de algo acontecido. Es una historia dura que da varios giros dramáticos que generan risa y espanto en los espectadores, y toda la puesta está orientada a ello. 

Mísero Bufo, de Luis Sáez. Direccion: Manuel Gaspar. Con Héctor Ruiz, Horacio Lasivita, Franco Rovetta. Asistentes de escena: Juan Manuel Charadia, Franco de Nicotti. Iluminacion: Ricardo Sica. Escenografia: Jackie Ferreira. Asistente de escenografía: Fernanda Blengio. Vestuario: Vanesa Strauch, Lisandro Outeda. Asesoramiento en pelea: Ariel Sicorsky.  Asistente de dirección: Luli Cabral. Produccion ejecutiva: Marina Llousas. Viernes, 21 hs. Teatro El Popular, Chile 2080. Entrada: 100$. Hasta el 14/11/2014.

28 de octubre de 2014

TEATRO | "Terrenal" de Mauricio Kartun | Un domingo bíblico



Por Florencia Fangi Boggia
Foto: Malena Figo

Hace 20 años que Tatita se fue con la promesa de volver pronto. Dejó trajeados y con sombreros a sus dos hijos varones en un extenso pedazo de tierra baldía donde podrían vivir, trabajar y alimentarse. Terrenal, un misterio ácrata narra un día en la vida de los primeros hermanos de la tierra según La Biblia.

En algún lugar olvidado del conurbano bonaerense, Caín y Abel – que aún están vestidos con aquellas ropas con las que fueron abandonados-, se hicieron hombres y forjaron sus opuestas personalidades. Caín aprendió a medir, a cuantificar, a levantar paredes, a amurallar ciudades; consagra su vida al negocio de la producción del morrón, es respetuoso de todas las leyes y hasta inventa reglas para que el mundo tenga un orden. Abel es el hermano menor y sus ideas son mucho más flexibles, su vida se entrega al disfrute y a la contemplación del paso del tiempo, usando la naturaleza a su favor pero sin explotarla o intervenir en su cauce; se dedica a la cría del escarabajo Torito y vive de la venta de sus larvas a los pescadores que la usan como carnada. El agua y el aceite, la derecha y la torcida, agricultura y ganadería, el temor de Dios y la blasfemia obligados a convivir a los golpes y discusiones. Hasta que un domingo que parece ser como cualquier otro, Tata vuelve. El regreso del padre pródigo genera nuevos conflictos y rivalidades en sus hijos, especialmente en el mayor, quien había seguido a rajatabla los mandatos paternos. Cómo sigue la historia, todo el mundo lo sabe, nadie llama “Caín” a su hijo.

El Teatro del Pueblo tiene un escenario hondo. En su profundidad, la puesta deja ver la silueta de un músico en vivo que avisa ingenuamente sobre un chiste o arma la tormenta apocalíptica y de a ratos se ausenta, como quien se da cuenta de que no tiene que estar ahí, que nada tiene que hacer y que hay cosas que padre e hijo deben resolver solos. Mauricio Kartun, director y dramaturgo, maestro, plantea una textualidad que combina dichos populares con frases complejas, que exhibe un gran sentido humor. 

Terrenal invita a reflexionar sobre temas tales como la propiedad, el machismo, el amor. Siempre fiel a su estilo, cada palabra de Kartun es política y él sabe muy bien cómo mezclar la poesía con el habla cotidiana. Y las actuaciones de los tres Claudios (Da Passano, Martínez Bel y Rissi), quienes componen desde el propio estilo tanto en cuerpo como en voz, son un sustento maravilloso. 

"Terrenal. Un misterio ácrata" de Mauricio Kartun. Con Claudio Da Passano, Claudio Martinez Bel, Claudio Rissi. Vestuario y Escenografía: Gabriela A. Fernández. Iluminación: Leandra Rodríguez. Diseño sonoro: Eliana Liuni. Asistencia de escenografía: María Laura Voskian. Asistencia de dirección: Alan Darling. Viernes a las 21 hs. Sábados 21.30 hs. Domingo 20 hs. Entrada: $100. Hasta el 14/12/ 2014.

24 de octubre de 2014

TEATRO | "The Cuky Trap" * de José Luis Calandrón | Muñecos neoliberales

Por Florencia Fangi Boggia

Welcome ladies and gentleman! ¡Bienvenidos, damas y caballeros! This night you’ll see… Esta noche verán… ¡La trampa para Cuky!... The Cuky Trap!!!

Noche de gala en la mansión. La fiesta se realiza en el excéntrico living de la casa: dos supuestos sillones de un verde brilloso con almohadones fucsias, un empapelado de trama repetida y un bar con bebidas carísimas. Se ha convidado a todo tipo de ejemplares masculinos que puedan gustarle a la muchacha. Y, por supuesto, ellos llegan vestidos de traje y peinados acorde a la ocasión. Aunque en realidad, lo importante es que la fortuna de la familia se desvanece, y tanto la madre como el hermano están de acuerdo en que hay una única solución: la abuela está desesperada por un nieto, ¡hay que embarazar a Cuky!

Una divertida obra de José Luis Calandrón con un humor negro fortísimo y bizarro. Es muy fácil de llevar ya que tiene un lenguaje bien argentino, con unos pocos anglicismos que son serviciales a su tono irónico y cínico. Sus personajes habitan un mundo ideal, una casa de muñecas llena de lujos, viviendo de rentas. Hay un gran trabajo en cuanto a lo vocal, los actores se expresan muy por fuera de lo cotidiano, con voces nasales, supermoduladas o como si se estuvieran quemando la boca con papa caliente; los cuerpos están aggiornados y sólo algunos se animan a jugar con el propio cuerpo como si fuera una Barbie, con desparpajo y volviendo a la infancia. Se nota hasta en el saludo quién se divierte y quién no.

La historia tiene varios enredos y malentendidos que la hacen muy divertida. Es como un rompecabezas de pequeños sketches que terminan con apagones. Así, el director logra que en nuestra retina quede grabada la última imagen construida por los actores.

The Cuky Trap pone de manifiesto la superficialidad de un mundo donde los muñecos son modelos a seguir, y Cuky no pertenece a él. Mundo difícil este de Cuky. Los muñecos viven eternamente en los ’90: neoliberalismo salvaje donde el que está bien las pasa MUY bien, y el que está mal… Bueno, que se joda.

“The Cuky Trap” de Jose Luis Calandron. Con  Max Acuña, Karina Di Cesare, Analie Montnoir, Emanuel Gaston Moreno Defalco, Federico Moscato, Maria Luz Moyano, Peter Panthy, Paula Rivas. Asistencia general: Alejandro Nonini. 

* Esta obra ya no se encuentra en cartel.

23 de septiembre de 2014

TEATRO | "En busca de Pino Baucher" de Gustavo Masó | El cuerpo, un aliado


Por Florencia Fangi Boggia


Juan Carlos es un hombre de mediana edad con ojos de niño, fiel a su estilo de traje con camisa floreada y zapatillas. Está lleno de preguntas y no se anima a buscar las respuestas por miedo a encontrar una que no lo deje seguir avanzando. Todos los sábados desde hace 57 semanas, él emprende el camino hacia el encuentro con su Dios y el espectador lo acompaña En busca de Pino Baucher.

Pino es un líder espiritual al cual se puede recurrir en cualquier momento. Tiene la sapiencia de dejar transitar por la propia cuenta y por eso transmite su palabra en un papel higiénico, una Biblia desde la cual incita a darle muerte a la mente, a dejar las preguntas y a atreverse a accionar. Genera la ambigüedad de los escritores de auto-ayuda pues anuncia cosas tan obvias que parece una tomada de pelo, sin embargo “ilumina” para demostrar que los obstáculos están en la cabeza: igual que para quitarse la sed se toma agua, para hacer algo hay que empezar a hacerlo.

Si bien el escenario es plano, la sensación es que el viaje es en subida, con una gran mochila a cuestas que podría compararse con emprender el camino hacia la Meca o el dios de los mini- super simpsonianos. Escenografía, iluminación, actuación y disposición del público pueden hacer que un espacio semivacío se convierta en un estadio lleno de gente, una ventana sea un bosque o una birome se transforme en teléfono.

Tanto el trabajo actoral como el dramatúrgico siguen la filosofía de la coreógrafa y directora alemana Pina Bausch y parten de la propia vulnerabilidad y ponen al cuerpo como protagonista del discurso. Ya no es el obstáculo que impide llegar al pensamiento sino una herramienta que habla, llama la atención y juega a favor.

Gustavo Masó es el intérprete y escritor de esta historia, en la cual nos manifiesta una entrega total haciendo que el público sea realmente parte esencial de este universo que es el teatro: un mundo de juego, efímero, vivencial, de construcción de imágenes, sonidos y situaciones en equipo. Una tierna aventura que muestra la necesidad de ser tenidos en cuenta y sobre todo amados. 

“En busca de Pino Baucher” de y con Gustavo Masó. Diseño de luces: Mariela Bonilla. Video: Florencia Babouian. Música: Pablo Echaniz. Asistencia de dirección: Sofi Ferré. Puesta en escena: Mariela Bonilla. Sábado 21 hs. Teatro del Pasillo, Colombres 35. Entrada: $ 60, $ 40. Hasta el 27/9.

4 de junio de 2014

TEATRO | "En el fondo" de Pilar Ruiz | Con lo que les queda de corazón



Por Florencia Fangi Boggia
Foto: Dash Equipo Creativo

Toda casa tiene un cuarto donde se guardan las porquerías de las cuales cuesta despojarse. En el fondo tiene un título sugestivo, no sólo por la descripción del lugar donde se encuentran sus protagonistas sino porque esconde más que su literalidad. La obra tiene una temática tan fuerte y exige un grado de compromiso tan grande de parte de los actores que el público puede sentir que en algún punto los ve en el fondo.

Una pareja intenta romper con lo que les hicieron creer que era su destino: Flora desde muy chiquita ejerce la prostitución y Pedro hace las veces de proxeneta, pero a la vez es su amigo y protector. Su relación es ambigua, de amor y odio, de sadomasoquismo, de tal profundidad que a pesar de todas las mentiras es evidente que se aman con lo que les queda de corazón. La muchacha está tan acostumbrada a aquel mundo que apenas lo cuestiona. Verónica Cognioul interpreta inteligentemente a una esquizoide, construyendo el personaje desde el cuerpo, con un dejo maternal y castrador. Fabricio Mercado bien podría ser un galán de televisión pero su belleza se esfuma en este personaje, Pedro parece un hombre fuerte y duro pero tiene una considerable sensibilidad oculta y a la vez una gran violencia en la sutileza.

Una trama sobrecargada de infortunios, maltratos y engaños, con muchos momentos de silencio pero muy musical. El sonido es muy importante en la obra, es la herramienta utilizada para apelar a la memoria emotiva de los espectadores y también para aliviar momentos de mucha tensión. La disposición del escenario rompe la caja italiana y propone varios frentes, que se usan para ocultar o evidenciar situaciones. La escenografía consta de una cama, una mesa, una cómoda y varios elementos de utilería. La puesta intimista hace de uno, un fantasma en la habitación.

Pedro y Flora no se dan cuenta pero esa noche somos testigos de su historia. Estamos a su lado, presentes, cercanos, como nenes que tienen que mirar a sus padres pelear desde adentro del ropero sin poder hacer nada.

“En el fondo” de Pilar Ruiz. Actúan: Verónica Cognioul Hanicq, Fabricio Mercado. Voz en Off: Eva Guazzone Borghi, Gonzalo Ruiz. Diseño de escenografía: Fabricio Mercado. Diseño de luces: Lucia Feijoó. Realización de escenografia: Fabricio Mercado. Asistencia de dirección: Teo Ibarzábal. Producción: Rocío Pérez Silva. Supervisión dramatúrgica: Ariel Barchilón. Dirección: Pilar Ruiz. Miércoles 21 hs. Espacio Polonia, Fitz Roy 1477. Entrada: $ 70, $ 50.  

22 de mayo de 2014

TEATRO | "Esquina Peligrosa" dirigida por Hugo Álvarez | Chismosos de Londres

Por Florencia Fangi Boggia

Charla va, charla viene, comentarios ácidos aunque políticamente correctos reinan en el comienzo de Esquina peligrosa. Estamos en una aristocrática sala londinense de 1930, las paredes del Corrientes Azul han sido revestidas con una pintura mural que nos hace viajar en el espacio- tiempo. En el nivel principal unos cuantos elementos conforman la escenografía de una casa de familia: una alfombra, una mesa de té, algunas sillas y hasta una radio. A la derecha, una escalera conduce a un primer piso donde funciona la biblioteca.

Es una noche más de reunión, una fiesta más de las que se organiza cada semana para aliviar la rutina del trabajo y contarse los chismes de último momento. La historia en sí es un tanto pochoclera y hasta dan ganas de contarla como lo hacía mi abuela: 

Resulta que el tipo se mató porque se había endeudado. Pero Olivia, la que usa pantalones, ¿¡viste qué raro!? ¡Una mujer con pantalones! Claro, porque la chica es re trabajadora y aunque es re femenina tiene eso de independencia de la mujer que se ganó en la guerra... Bueno, resulta que esa chica es un pan de Dios, pero el alto ese de traje, el Stanton, está enamorado de ella pero se acuesta con la mujer del socio. ¡Tan preciosa chica! ¡Aparte cómo baila! Con su vestidito y su sombrerito charleston, un sueño. Pero ¡cómo no lo va a engañar!, si el marido resulta que es homosexual y estaba enamorado del muerto. Y después está el hermano del difunto casado con Fedra, que es la que tiene todo el arreglo de joyas de strass. Y ella, pobrecita, sufre como una condenada porque sabe que la amiga que es la empleada está enamorada de su marido que a su vez está obnubilado con la que se acuesta con el socio. ¡Cómo le da al whisky esa gurisa!

Una trama complicada, un policial que utiliza el sentido del humor para denunciar la falsedad de la sociedad y el porqué a veces conviene mantener las apariencias. Quizá descubrir la verdad cueste hasta la vida. Porque revelar la verdad es tomar la esquina peligrosa en una sociedad manejada por un Ford A, sin frenos ni dirección hidráulica.  

Hugo Álvarez, el director, exacerba el toque novelesco que tiene el texto en sí, haciendo referencia a la televisión y la radionovela: por un lado, los personajes antes de entrar a escena hacen una especie de coreografía de presentación donde muestran un poquito de sus características más fuertes: la desidia de Stanton, la soberbia de Fedra, un neurótico dueño de casa con síndrome de Napoleón. Por otro, hay juegos de luces que mudan estratégicamente la acción de la vista al oído, y allí todo depende de nuestro cerebro. La obra devela la hipocresía de la sociedad, y la puesta agrega un toque brechtiano al sumar baile y canto al texto original de Priestley.

“Esquina peligrosa” de J. B. Priestley. Versión y Dirección: Hugo Álvarez. Con Fernando Alvarez, Leo Bartolotta, Gustavo Bonfigli, Marcela Haimovichi, Piren Larrieu, María Paula Neme, Nonnel Nohj. Cantantes: Flavia Vitale. Voz en Off: Carlos Romero Franco, Santiago Villafañe. Diseño y realización de vestuario: Catalina Ávila. Diseño de escenografía y luces: Agnese Lopuzone. Realización escenográfica: Miguel Yanson. Música original: Julio Scalise. Letras de canciones: Hugo Alvarez. Operación de luces: Juan Molano Rincón. Operación de sonido: Oscar Villegas. Asistencia de escenografía: Daniela Chihuailaf, Valentina Remenik. Asistencia de dirección: Leo Bartolotta, Circe Lezcano Gonzáles, Oscar Villegas. Producción: Grupo Mascarazul. Coreografía: Karina Kogan. Teatro Corrientes Azul, Avda. Corrientes 5965. Funciones: viernes y sábados 21 hs.Entradas: $90, $50.  

22 de abril de 2014

TEATRO | "Delia" de Sebastián Suñé | La del medio de cuatro

Por Florencia Fangi Boggia
Foto: Lucas Ortiz

Delia en su secundaria debió haber sido la gordita nerd de lentes y ortodoncias. Es el nombre de la primera obra de Sebastián Suñé, y de la hija del medio de cuatro de la familia Ogando. Es una obra teatral y es el nombre de su protagonista, pero la estética está tan bien cuidada y mancomunada que Delia es una nueva dimensión.

Hay una prehistoria muy bien fundada, donde además se nota un gran trabajo de investigación actoral y de dirección. El trabajo es impecable: son cinco actores que hacen dos o tres personajes cada uno, y que manejan la fluidez de la energía corporal desde varios puntos, de tal manera que todos ellos -excepto, por supuesto, Delia- cambian de personaje varias veces y es casi imposible saber quién es quién. En un momento explosivos y al instante totalmente relajados y viceversa.

La escenografía está genialmente planeada: dos paneles negros y unos cuantos elementos logran formar una oficina, una casa y un cementerio. En la oficina, todo es gris. Hasta la planta es gris. Nada tiene un color saturado en la vida de esta chica. Sólo sus compañeras rompen con ese esquema al vestir un color naranja, que a la vez está en composé con Mauricio, un nuevo integrante del staff que viene con toda su aparente calma a romper la cabeza (y el corazón) de su nueva jefa.  

Delia misma es gris, es mediadora, es tan “boluda y negadora” -como se autodescribe- que se olvida de ser la protagonista de su propia historia. No permite extremos en su vida real, pero algunas cosas la alcanzan en sueño. Su inconsciente está desesperado por salir a la superficie, por liberarse de la prisión de la oficina, de su familia, de sus compañeras de trabajo y hasta de su miedo al amor. Comienza terapia psicoanalítica por orden laboral, por problemas que se le escapan de las manos y que reprime a tal punto que ya no entran en su cabeza y hacen que se irrite su colon. Es su punto decisivo para enfrentarlos, y lograr darse cuenta de que ser “la del medio de cuatro” es algo que ella misma decidió.

"Delia" de Sebastián Suñé. Elenco: Victoriano Arana, Nacho Bozzolo, Mariángeles Hoyos, Laila Duschatzky, Paula Staffolani. Diseño de Vestuario: La Polilla Imagen & Vestuario. Escenografía: Natalia González y Alejandro Alonso Marcucci. Máscaras: Elizabet Gora. Música Original: Mauro Toro. Diseño de Iluminación: Rocío Caliri. Diseño Gráfico: Kari Hernandez. Blog: Alicia Borghi. Prensa: Correydile. Actriz de la Compañía: Agustina Cerviño. Asistente de Dirección y Sonido: Luciana Becerra.  Sábados 20 hs. Teatro Beckett, Guardia Vieja 3556. Entradas: $80/$60. Hasta el 3 de mayo. Delia se presentó en Río Cuarto, Córdoba, en junio de 2013 y está invitada al Teatro Real de la ciudad de Córdoba para 2014. 

25 de marzo de 2014

TEATRO | "Díptico" con curaduría de Ana Alvarado | Doble de cara

Por Florencia Fangi Boggia

Un díptico es un objeto formado por dos placas de diversos materiales que pueden unirse entre sí para plegarse como las tapas de un libro y que no necesariamente comparten una información. Díptico toma esas características y las recrea a través del lenguaje teatral. Dos monólogos inconexos entre sí y opuestos tanto en estética como en el uso del idioma, articulados por el teatro de objetos.

La primera impresión está a cargo de El circo de los mendicantes. Teatro de Tersites, una parodia del estereotipo de la indigencia extrema y los gajes de ser un sobreviviente de la calle. La escenografía es un pequeño carro que hace las veces de casa rodante, de la cual van saliendo cada uno de los personajes de este “maravilloso” espectáculo. Cada una de las estrellas del circo tiene una personalidad bien definida que rodea peligrosamente el cliché y hace reír al público con la culpa propia del humor negro.  

La cara más oscura de este doblete se presenta luego con Moldeando Hamlet. ¿La escenografía? Una larga mesa. ¿Los co-protagonistas? Dos bloques de arcilla que el héroe irá moldeando con sus propias manos en el transcurrir de la escena. Hamlet se presenta como un alfarero, un obrero de la roca que no teme ensuciar sus manos o su cara para forjar su destino y elegir “ser”. La obra presenta entonces un interesante recurso de ruptura y da un nuevo vuelco a la interpretación del famoso y estudiado príncipe dinamarqués. El texto es original de Sir William Shakespeare  y viene con toda la carga que eso genera en los artistas.  

Hay una fuerte apuesta de la curadora Ana Alvarado en el actor como creador del personaje que lo acompaña, aun sin que éste tenga movilidad: piedra por un lado, títeres por el otro. Es el actor el que crea al personaje y utiliza su cuerpo para amoldarse a las noblezas o dificultades del material que trabaja.


“Díptico”, dos obras bajo la curaduría de Ana Alvarado. “Moldeando Hamlet" de William Shakespeare. Dirección y adaptación: Thiago Luz Raft. Actor: Alejandro Schiappacasse. Esta obra formó parte del Festival Shakespeare Buenos Aires 2013. “El circo de los mendicantes.Teatro de Tersites”. Intérprete, dramaturgo y director: Fernando Avila. Escenografía: Fabrizio Avila y Fernando Avila. Realización de muñecos: Fernando Avila. Producción: Janos Alfaro y Lucía Arias. Fotografía y video: Janos Alfaro [Charapa]. Esta obra se reestrenará durante 2014.

8 de noviembre de 2013

TEATRO | "La Pecera" de Alejandro Roa | Detrás de un vidrio oscuro


Por Florencia Fangi Boggia

Antes de ver la obra sabía que estas cosas existían y que incluso había algunos funcionando en La Plata. Se los llama “glory holes” y consisten en agujeros en las paredes de los prostíbulos, donde el cliente introduce su pene y es satisfecho por alguien del otro lado de la medianera. Ni vista ni tacto, placer inmediato y sin mediar con nadie. Van a lo que fueron y se retiran. ¿Y del otro lado, qué?

La Pecera invita a espiar la otra parte de ese muro, donde hay tres chicas que ni se imaginan el  engaño al que fueron sometidas. Porque lo que les dijeron fue que afuera una pandemia se esparcía extinguiendo a la humanidad, y ellas eran las elegidas para repoblar la Tierra. La violencia psicológica es tremenda: las “heroínas de la raza”, en realidad todos los días son drogadas con anticonceptivos y doblegadas a estar quietas, calladas y sonrientes porque “el stress causa infertilidad”. 

El escenario combina un ascensor -a través del cual les llega comida y elementos necesarios para su higiene-, una cama, un pequeño cuarto de aseo; y allá atrás, el cubículo de inseminación. Todo esto, detrás de una estructura en forma de ojo de pez que hace las veces de espejo del FBI por donde el observado no puede ver pero el observador no pierde detalle. El público las verá comer, dormir, ir al baño como si fuera un Dios de laboratorio o una especie de Gran Hermano, que se divierte mirando jugar a sus ratitas todo el día en su prisión acrílica.

Con texto y dirección de Alejandro Roa, La Pecera deja varios baches en la puesta para que los encargados de conectarlos sean los espectadores. Combina baile y charlas superficiales en una realidad desgarradora, que traspasa la pared de vidrio por medio de la complicidad y el gran manejo corporal de las actrices.  

“La pecera”, de Alejandro Roa. Con Ayelén Avanthay, Cecilia García Moreno y Yanina Costa. Asistencia de Dirección: Julián Povea Díaz. Escenografía e iluminación: Diseño creativo Gato Rojo. Vestuario: El Silo, compañía teatral. Diseño de maquillaje: Alejandra Díaz. Producción General: Carola Parra. Sábados, 20 hs. Teatro La Nave, Lavalle 3636. Entrada: $60. Hasta el 7 de diciembre. 

29 de octubre de 2013

TEATRO | "Rotos de amor" de Ana Alvarado | Los hombres también lloran


Por Florencia Fangi Boggia

¿Hay algo más ridículo que un hombre enamorado? Sí: un hombre con penas de amor. Tenemos la concepción de que sólo las mujeres lloran y quedan con el corazón partido luego de una separación. Ellos se dedican a comer asado, jugar al truco y jugar a la play. 

Bueno, quizá no sea así... Rotos de amor, con dirección de Ana Alvarado, desmitifica ese rol del macho argentino. La obra muestra a cuatro hombres a quienes les toca vivir un amor no correspondido, y las peripecias que pasan para aliviarse de ese estado. 

El texto es de por sí efectivo y si a eso sumamos el elenco (Gonzalo Urtizberea, Claudio Messina, Mario Vedoya y Guillermo Aragonés) tenemos un gran cóctel anti-depresión. La combinación garantiza hilaridad desde un lugar totalmente catártico. Los personajes se aferran a una imagen de macho alfa que no pueden sostener y logran burlarse de ellos mismos sin siquiera darse cuenta de que lo están haciendo. 

Su vestuario es el de señores bien, formales y duros, que podríamos cruzarnos todos los días yendo a Tribunales, pero su interior es frágil y endeble. La obra juega con esa dualidad: ellos deben seguir su vida de hombre fuerte y decidido, pero una vez en la intimidad dejan caer su máscara y se muestran cual mujeres menstruales. 

El escenario está -como sus protagonistas-, partido al medio. La escenografía queda en gran parte sometida a la imaginación del espectador, lo que demuestra que no es necesario un gran despliegue cuando el trabajo está bien hecho. Se utilizan a veces elementos de utilería para recrear las distintas situaciones, y hacerlas aún más graciosas.

Quiero resaltar el planteo del autor, Rafael Bruza, porque desde el humor propone una cuota de reflexiones interesantísimas. Por ejemplo, uno de los personajes es mudo. Habla con fonemas sólo comprensibles por uno de sus amigos más cercanos, y se libera de su prisión una vez realizado el duelo. Puede volver a recobrar su libertad, cuando deja ir el dolor que dejó su mujer al morir y que él estuvo encerrando durante 15 años.

Es una obra ideal para ver despechado, y reírnos no sólo de sus personajes sino también de nosotros mismos (después de todo, ¡quién no sufrió alguna vez una desilusión amorosa!). 

“Rotos de amor" de Rafael Bruza. Dirección: Ana Alvarado. Actúan: Guillermo Aragones, Claudio Messina, Gonzalo Urtizberea, Mario Vedoya. Vestuario: Carolina Boverini. Diseño y realización de escenografía: Victor Salvatore. Diseño de luces: Ricardo Sica. Música: Cecilia Candia. Fotografía:  Martín Soler, Valentina Veronese. Diseño gráfico: Gonzalo Martínez. Asistencia de dirección: Clara Izaguirre. Coreografía: Cristian Toledo. Miércoles, 20.30 hs. El Tinglado Teatro, Mario Bravo 948. Entrada: $100, $80.  

16 de septiembre de 2013

TEATRO | "Ingue" de Levin y Frankel | Una payasa optimista



Por Florencia Fangi Boggia


Un escenario enorme, provisto nada más que de una cuerda y dos paneles a los costados. Proyecciones y sonidos muy molestos invitan a entrar al mundo de Ingue, una payasa alemana que transita la Segunda Guerra Mundial en su barrio, en esta obra que también se denomina Ingue. La vida cotidiana de la protagonista se reparte entre rigurosas tareas que realiza con ímpetu y empeño. Su problema es obvio: la guerra. ¿Cómo se puede ser feliz en una guerra?

A nadie le costará mucho querer a Ingue. La reciprocidad con el público se logra enseguida. Es divertida para grandes y chicos, porque es una obra que emociona, entretiene y educa. Este divertido personaje tiene una inocencia de niño que compra enseguida. Ni siquiera habla nuestro idioma, pero aún así se hace entender, con el lenguaje del cuerpo y el brillo de sus ojos. 

Sus días en Berlín pasan sin mucho pesar ni alegría, vive una realidad triste, gris, que se expresa en su vestuario monocromático y apagado. Pero todo se transforma cuando finalmente logra atender un llamado de su familia, lo que la anima a dejar esa vida, cambiar de aires y probar nuevas aventuras para llegar al reencuentro con sus seres queridos: sus padres, sus hermanos y su amado Michifúz, el gato de la familia.

Aunque la escenografía no cambie, lo hace la escena. Su vestimenta se vuelve de repente colorida, y logra transmitir la felicidad del personaje y alegría del verde de la Argentina. La Pampa es verde, flores, paz, un cielo sin aviones, un atardecer sin bombas, y el amor de los íntimos. El ruido se convierte en música, e incluso ella lleva como único compañero un acordeón que sonará recién aquí. 

Su entusiasmo contagia. La familia, sin embargo, no es tan fácil de encontrar. Lo hermoso de Ingue es que jamás piensa siquiera en detenerse  sino que transforma todo eso que le pasó y construye una nueva vida...

Los payasos (¡No, clowns!, ahora se les dice “clowns”) generaron muchas emociones diversas a lo largo de la historia: ira, miedo, alegría, odio, felicidad,  ternura... o todas a la vez, durante un rato. Lo maravilloso de ellos (y que esta obra ejemplifica perfectamente) es que pueden sacar nuestras miserias y convertirlas en poesía.

"Ingue" de Darío Levin y Yanina Frankel. Actúa: Yanina Frankel. Asistente de Dirección: Catalina Mancini. Música: Pablo Bronzini. Diseño de Vestuario y Escenografía: Magda Banach. Producción de Vestuario y Escenografía: Valeria Álvarez. Comedia Física y Asesoramiento Creativo: George Lewis. Diseño de Iluminación: Ricardo Sica. Efectos Especiales: Pablo Stewart-Harris. Diseño Gráfico y Fotografía: Kevin Orellanes. Realización de peinado: Julia Giorgio. Trailer: Ezequiel Tuma. Producción: Iris Intilangelo. Producción General: Yanina Frankel. Domingos, 21.30 hs. No Avestruz, Humboldt 1857.   Entrada: $60. Hasta el 29 de septiembre. 

2 de septiembre de 2013

TEATRO | "El Premio" de Cardosi y Mir | Drama en una casa de pueblo

Por Florencia Fangi Boggia

Cuando uno realmente tiene una pasión, el trabajo no es trabajo y las ganas brotan desde dentro aun cuando uno cree que las ha perdido. Se renuevan como el ave fénix.

El premio es la historia de una familia cuyo padre ha trabajado durante largos años por y para el club de su pueblo, y esta noche es el tiempo de la cosecha. La fiesta en honor a Hugo y el reconocimiento que recibirá por sus esfuerzos desvelan hoy a sus parientes. Sin embargo, hay cosas que opacan la ceremonia: un malentendido, un amigo traidor, intereses que se van de las manos y la noticia de que el club de los amores de la familia Angelucci será vendido en breve.

Con una escenografía y una iluminación simple, los directores logran llevarnos a la complejidad de una casa de pueblo. Podemos transitar los ambientes, y sentirnos en la habitación, el patio y el comedor simultáneamente.

La casa, habitada por el padre (Martín Mir, también co-director de la obra) y sus tres hijas (Lucila Gómez Vaccaro, Marina Nicola y Aldana Pellicani) está especialmente revolucionada hoy. El día es especial, pero los problemas son cotidianos. O lo eran.

La situación está mal, pero siempre se puede estar peor.

La obra cambia inesperadamente todo el tiempo, sorprende. Sin tapujos, con puestas de dirección jugadas, los personajes están excelentemente logrados. Nada se escapa en la interpretación y así, nos sumergimos en un mundo donde podemos pasar de la carcajada al llanto y viceversa (aunque con un poco de culpa, quizás) en cuestión de minutos.

Con texto original de Desvelados x Antonio, El premio invita a pensar desde el humor, cuáles son las cosas verdaderamente importantes de la vida.

"El Premio" de Facundo Cardosi y Martín Mir. Actúan: Lucila Gomez Vaccaro, Martín Mir, Marina Nicola, Aldana Pellicani. Vestuario: Maria Veronica Duran. Escenografía: Desvelados X Antonio. Iluminación: Brenda Bianco. Asesoramiento escenográfico: Valeria Abuim. Asistencia técnica: Ariel Gerez.  Funciones: sábados, 20.30 horas. Machado Teatro, Antonio Machado 617. Entrada: $50.

5 de agosto de 2013

TEATRO | "Todo disfraz repugna a quien lo lleva" dirigida por Alfredo Martín | Siete mujeres desnudas

Por Florencia Fangi Boggia

Se apagan las luces y nos transportamos al sótano de una Buenos Aires antigua.  A cargo de Alfredo Martín y el grupo Hipocampo, comienza a tejerse allí Todo disfraz repugna a quien lo lleva

Basadas en cuentos de Silvina Ocampo, siete historias se amalgaman sin perder profundidad. Siete mujeres de distintas edades, orígenes, estratos sociales e intereses convergen en una trama que las engloba. Esa noche, cuando la casa está a punto de demolerse, es la indicada para ellas: es el momento perfecto para hablar porque todas tienen algo que contar y mucho por ocultar. Una joven casada con un hombre por quien siente asco. Una hermosa mujer que sufre por un marido infiel. Una inocente niña que guarda el secreto de un asesinato. Una madama que convive con ratones. Una adolescente a punto de casarse. Una peluquera que colecciona los cabellos de sus clientas. Una solterona que vive del chisme y las apariencias.

La puesta no subestima capacidades ni escatima en risas. Tanto el texto como las actuaciones demandan atención constante. Las actrices jamás dejan que el espectador abandone la obra. Ellas no miran “al público”, miran al receptor de su historia, al único que esa noche puede escucharlas. Relatan sus memorias, y a su vez no las relatan, pero piden con desesperación ser escuchadas sin ser juzgadas. De a poco, se van quitando las máscaras sociales, aquellas que sus maridos, sus madres o simplemente, los mandatos de la época, les obligaron a ponerse.

“Todo disfraz repugna a quien lo lleva”, sobre textos de Silvina Ocampo. Idea de Grupo Hipocampo y Mercedes Fraile. Dirección: Alfredo Martín. Actúan: Yanina Florenzano, Lucía Gómez Uriz, Mariana Grigioni, Paula Hartwig, María Florencia Horak, Victoria Rodríguez Montes, Dolores Pérez Demaria. Vestuario, escenografía y fotografía: María Camila Fernández Polo. Asistencia de dirección: María Julieta Prieto.  Domingo, 20 horas. Del Borde Espacio Teatral, Chile 630. Entrada:  $70, $50. Hasta el 29 de septiembre. 

19 de julio de 2013

TEATRO | "La cuna vacía" de Omar Pacheco | La metáfora que emociona



Por Florencia Fangi Boggia

En la Argentina, en 1976, comenzó la dictadura más violenta del siglo.

La cuna vacía muestra lo desgarrador de la historia desde el silencio. Casi sin palabras, sólo gestos, sólo música, sólo expresión... Las meras imágenes y las exquisitas interpretaciones de los actores no necesitan más que eso. Logran transmitir las emociones y sentimientos vividos en aquellos años.

Al mejor estilo “teatro negro”, el director Omar Pacheco enseña que el teatro posmoderno también emociona. Es un cine en vivo, que sin cámaras nos muestra exactamente lo que tenemos que ver en el momento en que debemos.

Pocas palabras. De hecho, sólo dos personajes hablan: dos presentadores ocasionales que nos cuentan la gracia del “juego” que proponen. Y que en ese contar nos hacen parte, no sólo como espectadores, sino como cómplices: ¿Quiénes son? ¿Por qué hacen eso? ¿Cómo nadie pudo ver lo que pasaba? 

Dos personajes que podrían ser la misma persona. O podrían ser el “poder”, el “Estado”... Ese Estado que no garantiza derechos y deberes sino que justifica sus medios porque persigue un fin. Cruel, inhumano. 

La historia trasciende. No hace falta explicarse, sale de la interpretación y llega hasta las tripas. Escenas que se reviven, títeres que son personas y personas que son muñecos sin voluntad, manejados por un ser mayor que a su vez está manejado y torturado por alguien aún más grande que está entre nosotros y nos deja verlo sólo cuando él quiere.

Se utiliza un juego de luces estratégicamente sincronizado con el trabajo de los actores para revivir el horror de aquellos años: vuelos de la muerte, desaparecidos, bebés robados, madres buscando a sus hijos, su leche derramada, violencia justificada desde el estado, muertos sin nombre, identidades falsas...

La historia es cíclica. Empieza una y otra vez, y vuelve a repetirse. A distintas personas, en distintos momentos, distintos lugares, distintas situaciones. (¿O a todos por igual en el mismo momento? Las situaciones son tan parecidas...)

Finalmente, todo se va. Todo pasa, y la cuna queda... vacía. La historia no ha terminado aún.

Una vez un amigo me dijo que “Todo teatro debe tener asientos con comodidad tal que uno pueda dormirse en medio de la función en caso de ser necesario”. No le harán falta. Simplemente espléndida: nada para criticar. Música, sonido, puesta, actuación, dirección, texto, títeres, titiriteros, actuaciones. Hasta las gradas.

Para verla varias veces. Lleve carilinas si es muy sensible (o Mylanta si le cuesta expresar sus emociones).

"La cuna vacía" de Omar Pacheco. Actúan: Laura Abad, Hernan Alegre, Carla Cabrera, Mercedes Castillo, Maria Centurión, Lorena Fígoli, Valentín Mederos, Javier Molinas, Favio Notti, Camila Paladino, Lorena Pérez, Zulma Serrano, Estefania Vaquer. Participación: Liliana Herrero. Manipuladores: Valeria Bonardi, Andrea Sirota, Fernando Suárez. Voz en Off: Liliana Daunnes. Diseño de títeres: Esteban Fernández. Diseño de luces: Omar Pacheco. Video: Daniel Gómez. Música original: Gerardo Gardelin, Rodolfo Mederos. Sonido: Juan Pablo Lagoa, Alejandro Martínez Silva. Operación de luces: María Silvia Facal. Arreglos musicales: Colacho Brizuela. Viernes, 22h. Sábados, 21 hs. La otra orilla, General Urquiza 124. Entrada: $70, $40.