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28 de octubre de 2014

TEATRO | "Terrenal" de Mauricio Kartun | Un domingo bíblico



Por Florencia Fangi Boggia
Foto: Malena Figo

Hace 20 años que Tatita se fue con la promesa de volver pronto. Dejó trajeados y con sombreros a sus dos hijos varones en un extenso pedazo de tierra baldía donde podrían vivir, trabajar y alimentarse. Terrenal, un misterio ácrata narra un día en la vida de los primeros hermanos de la tierra según La Biblia.

En algún lugar olvidado del conurbano bonaerense, Caín y Abel – que aún están vestidos con aquellas ropas con las que fueron abandonados-, se hicieron hombres y forjaron sus opuestas personalidades. Caín aprendió a medir, a cuantificar, a levantar paredes, a amurallar ciudades; consagra su vida al negocio de la producción del morrón, es respetuoso de todas las leyes y hasta inventa reglas para que el mundo tenga un orden. Abel es el hermano menor y sus ideas son mucho más flexibles, su vida se entrega al disfrute y a la contemplación del paso del tiempo, usando la naturaleza a su favor pero sin explotarla o intervenir en su cauce; se dedica a la cría del escarabajo Torito y vive de la venta de sus larvas a los pescadores que la usan como carnada. El agua y el aceite, la derecha y la torcida, agricultura y ganadería, el temor de Dios y la blasfemia obligados a convivir a los golpes y discusiones. Hasta que un domingo que parece ser como cualquier otro, Tata vuelve. El regreso del padre pródigo genera nuevos conflictos y rivalidades en sus hijos, especialmente en el mayor, quien había seguido a rajatabla los mandatos paternos. Cómo sigue la historia, todo el mundo lo sabe, nadie llama “Caín” a su hijo.

El Teatro del Pueblo tiene un escenario hondo. En su profundidad, la puesta deja ver la silueta de un músico en vivo que avisa ingenuamente sobre un chiste o arma la tormenta apocalíptica y de a ratos se ausenta, como quien se da cuenta de que no tiene que estar ahí, que nada tiene que hacer y que hay cosas que padre e hijo deben resolver solos. Mauricio Kartun, director y dramaturgo, maestro, plantea una textualidad que combina dichos populares con frases complejas, que exhibe un gran sentido humor. 

Terrenal invita a reflexionar sobre temas tales como la propiedad, el machismo, el amor. Siempre fiel a su estilo, cada palabra de Kartun es política y él sabe muy bien cómo mezclar la poesía con el habla cotidiana. Y las actuaciones de los tres Claudios (Da Passano, Martínez Bel y Rissi), quienes componen desde el propio estilo tanto en cuerpo como en voz, son un sustento maravilloso. 

"Terrenal. Un misterio ácrata" de Mauricio Kartun. Con Claudio Da Passano, Claudio Martinez Bel, Claudio Rissi. Vestuario y Escenografía: Gabriela A. Fernández. Iluminación: Leandra Rodríguez. Diseño sonoro: Eliana Liuni. Asistencia de escenografía: María Laura Voskian. Asistencia de dirección: Alan Darling. Viernes a las 21 hs. Sábados 21.30 hs. Domingo 20 hs. Entrada: $100. Hasta el 14/12/ 2014.

21 de septiembre de 2012

TEATRO | "Salomé de chacra" de Mauricio Kartun | El poeta de los cuerpos




Por Cecilia Perna

Cuando algo me gusta tanto, me gusta repetir, y así fue esta vez con la obra de Mauricio Kartun, Salomé de Chacra -flamante ganadora del premio ACE a la Mejor Obra Argentina-. Volví a verla hace un par de viernes para escribir esta reseña. Volví, porque necesitaba dejarme encantar otra vez por ella. Porque la obra es, literalmente, un encanto. Toda hecha de cantos, que envuelven y seducen, música de palabras y el bailecillo de la escena que saca de sí, que hace perder la cabeza. 

Salomé de Chacra es la tercera obra de la serie que, según el mismo autor, conformaría, junto con El niño argentino y Ala de criados, una trilogía involuntaria, el “Tríptico Patronal”. Reversión de la historia bíblica de Salomé y el Bautista pero inmersa en un enrarecido universo gauchesco, en la obra se cruzan los idearios políticos y los afectos ideológicos de la pampa -del campo- de la historia -de la actualidad- argentina. En este suelo, se despliegan y entrepliegan las capas mil que la obra constantemente debate: la pertenencia de clase, los peones amotinados y las oligarquías aristocratizantes frente a los hijos naturales de la burguesía productora y el peón leal con la identidad extraviada; el cuerpo histerizado y panseductor de jovencita ilustrada que nada más desea poseer una cabeza, frente a la voz que es palabra que es cuerpo masculino escamoteado, fuera de escena, vociferante fanático de consignas libertarias remanidas; y la machina, -la de los chacinados, la de los discursos- que no deja de producir, sin registro del accionar de los cuerpos, pero a su costa. La obra debate la convención: la de los géneros teatrales, la del buen decir de una palabra: alto y bajo que se funde en esta trajuedia que, carnavalesca y abarrocada, se hunde y se relanza sobre una escena de barro y sangre, sobre unos cuerpos increíbles que dicen palabras cantadas, que bailan las palabras que cantan, sobre un santuario kitsch que abunda de flores de plástico y colores, de utensilios de trabajo y estatuitas de santos profanos. 

¡Ah! Estaba todo junto ahí: el placer increíble de ese “neobarroco omnívoro” del que hablaba Sarduy, de ese “embarrocamiento neobarroso” que Perlongher imaginaba, chapoteando a la vera del Río de la Plata.

***



Cuando me enfrento, o mejor, me dejo envolver (es difícil pensar que ella está solo frente a mí) por una obra de Mauricio Kartun, se me hace imposible no imaginar su nombre (el de Mauricio, el de la obra) ya ubicado desde el principio en el canon del futuro. Y a la vez, cuando imagino ese canon-kartun, siempre deseo suspender por un momento su anudamiento a una genealogía teatral (que es el nudo obvio, el indiscutible, por otra parte) para atarlo al carro de los poetas. Su claro y declarado trabajo sobre la palabra, sobre la construcción musical en la palabra, ese despampanante despliegue textual de sus obras no me hace dudar ni un poquito sobre su pertenencia a la poesía. Pero en algún sentido esto que digo podría leerse como un retroceso. Alguien podría pensar que estoy queriendo regresarle al teatro ese lugar central del texto que, hace rato, y para el bien de todos, se descentró. No, no, todo lo contrario: lo que me inspira  de una obra de Kartun es sus palabras tejidas: su texto, es texto físico, de acción, texto de músculo de cuerda vocal y aire, y tímpano que vibra, el texto hace la música del más seductor bailecillo para cuerpos que hacen y rehacen siempre texto. Su texto, que es poesía porque es música, (una música de palabras apretujadas) arranca la poesía, como género literario, de la escritura y la saca así de la literatura, que la achata, para ubicarla donde realmente pertenece: lo profundo de los cuerpos. 

"Salomé de chacra" de Mauricio Kartun. Con Stella Galazzi, Osqui Guzmán, Lorena Vega, Manuel Vicente. Vestuario: Gabriela A. Fernández. Escenografía: Norberto Laino. Iluminación: Alejandro Le Roux. Diseño sonoro: Tian Brass. Asistencia artística: Lorena Ballestrero, Gabriela A. Fernández. Supervisión coreográfica: Luciana Acuña. Viernes 21 hs. Sábado y domingo, 20 hs. Teatro del Pueblo, Roque sáenz Peña 943. Entrada: $70 /$40.

9 de noviembre de 2011

TEATRO | "Ala de criados" de Mauricio Kartun | Feos, sucios y malos pero ricos

Por Ximena Zabala | @perradeagua

“El amor es un atentado ácrata” podría ser Lola Arias pero no, es la virgen fea de Ala de criados monologando en el subsuelo del Teatro del Pueblo en la aclamada y taquillera obra de Mauricio Kartun (tres temporadas, más de trescientas funciones, treinta y cuatro mil espectadores y un ACE de Oro). Y podría decirse que la obra transcurre durante la semana trágica, en enero de 1919, pero sí, pero no. Todo en la obra es desplazamiento. En el ala patricia se desarrolla siempre la acción, en una playa de Mar del Plata donde la virgen fea y sus dos primos idiotas se pasan las horas jugando al tiro deportivo a la paloma, a los pies de una roca enorme color hipopótamo. Habrá adivinado usted que tampoco matan muchas palomas. 




El texto es tan bueno y tan complejo, sea por reconstrucción del lenguaje de época, sea por invención de Kartun, poco importa, que le deja a usted doliendo el cuerpo a la salida. Como si con los ojos y los oídos debiera seguir a los actores para acompañar esa cadencia interminable de cada párrafo sucediéndose uno a otro sin pausa. Es una obra esmerada. Mayúsculamente perfecta pero le dejará una contractura de éxtasis teatral tremenda. No es para cualquiera. O va usted muy despierto o se me despabila bien en los primeros cinco minutos para que la locomotora no le pase por encima. Disfrutar de Ala de criados es un verdadero privilegio, sobre todo ahora que le quedan pocas funciones, en noviembre termina la tercera temporada. Cosa de pocos, aunque esos pocos ya sean más de treintamil. Cosa de clase media crítica e hiperescolarizada, esa comprará cada chiste con carcajadas. Nótese que estamos frente a una brillante comedia aburrida. 

Sugiero que intente olvidar que se ambienta en 1919, la distancia cronológica quizá funcione para tranquilizar los ánimos de los medios cipayos, siempre aplauden algo que les parece lejano. Pedro, el palomero, el comerciante, es el articulador de la trama. Pedro bien podría ahora ser taxista, escúchelo, déjelo crecer… busque el guiño más allá del guiño, no sea gilún, le pido. Luego váyase a casa rumiando su culpa de clase, cosa suya viejo, manéjela.



Autoría: Mauricio Kartun. Actúan: Alberto Ajaka, Esteban Bigliardi, Rodrigo González Garillo, Laura López Moyano. Vestuario: Gabriela A. Fernández. Escenografía: Graciela Galán. Iluminación: Alejandro Le Roux. Diseño sonoro: Guillermo Juhasz. Fotografía: Malena Figo, María Luz García. Asistencia de escenografía: Valeria Cook. Asistencia de vestuario: Julia Kovadloff. Asistencia técnica: Alan Darling. Asistencia de dirección: Gabriela A. Fernández. Diseño de movimientos: Luciana Acuña. Dirección: Mauricio Kartun. Duración: 110 minutos.  TEATRO DEL PUEBLO, Av Roque Sáenz Peña 943 Capital Federal - Buenos Aires - Argentina Reservas: 4326-3606.  Entrada: $ 60 y $ 30. Viernes 21 hs. Sábado y Domingo - 20:00 hs - Hasta el 27/11/2011