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18 de diciembre de 2015

RANKING ANUAL | Las 10 más leídas de 2015




1. CINE| "Birdman" (I) de Alejandro González Iñárritu | ¿De qué hablábamos cuando hablábamos de amor?
 Por Eugenia Guevara

Los Óscar no me interesan. En general si es una de "los Oscar" prefiero no verla. Desde Danza con lobos (1990) me parecía que Óscar era igual a aburrimiento y pesada bajada de línea moral o ideológica. En el último intento, vi 40 minutos de Vivir al límite (2009), en los que fui tremendamente infeliz y lamenté muchísimo que la misma Kathryn Bigelow que había hecho algunas buenas películas en los 80 hubiera dirigido semejante basura. Era mala, aborrecible por su "mensaje", aburrida, fea y sin ningún brillo. La política internacional de Estados Unidos había devorado el talento, el glamour, las estrellas y la idea de felicidad a la que Hollywood nos había acostumbrado en sus mejores años. Seguir leyendo

 
2. MODA | OSCAR | Duros, apretados y aburridos
Por Florencia Mangini  

Juntarte a ver los Oscar con amigos puede ser un buen plan o un embole total, lo cual depende de la ceremonia en sí, no de la reunión. La nuestra fue graciosa, incluyó comida, bebida, postre y posteos on line siguiendo los premios. La estatuita no es sinónimo de calidad pero sí de éxito, se la critica mucho pero cuando hay una peli argentina nominada, obvio queremos que gane. Esta vez no, a muchos Relatos Salvajes no nos despertó tal sentimiento. A mí sí me impresionó ver a Armandito Bo recibiendo un premio, con una carrera más silenciosa que la de Damián Szifrón. Ahí estaba, en el lugar que muchos querrían estar. Tendría más para decir de Bo, positivo y negativo, pero no es el objetivo de esta nota. La ceremonia de entrega cuenta con varios atractivos como la famosa alfombra camino a la fama, el conductor, los presentadores y los números musicales de turno. La noche del 22, todas las razones para ver el Oscar no alcanzaron. Seguir leyendo

Por Natalia Maya

¿Cómo vivir juntos?

Los combates se producen en la intimidad de un encierro: en el Congreso de la Nación, en un departamento cualquiera de la calle Riobamba, pero ¿cuál es la dialéctica de la palabra cuando el sentido ha emprendido la fuga?

En El combate de los pozos estamos frente a un futuro en distopía ocupado por multiversos paralelos de la reunión, de un lado un grupo de políticos, una diputada, asesores, hijos de… y legisladores; del otro, un grupo de lectura que se reúne en torno a la publicación de su revista número uno de filosofía política, luego de algunos fallidos en la salida del número cero. Seguir leyendo

 
Por Alba Ermida

Un descubrimiento acertado del teatro contemporáneo es la adaptación de textos no dramáticos, bien llevándolos a una interpretación actual, bien revisándolos desde la perspectiva del lenguaje y la estética.  Es un acto de generosidad por parte de un director traer al presente un clásico: una forma nueva y atractiva de asomarnos a la literatura más descollante. Seguir leyendo

 

La catarsis puede ocurrir incluso al cantar, a todo pulmón, simplonas tonadas románticas, aquellos éxitos que tres o cuatro décadas atrás inundaban las radios en español –Massiel, Paloma San Basilio, Umberto Tozzi, Miriam Hernández– y que ahora conforman la programación de la nostalgia. Con sus tonadas pegajosas y ritmos machacones, resultan el vehículo perfecto para que Gloria exprese su vida de mujer madura, casi sesentona pero todavía atractiva, cuya sonrisa arrebatadora, casi luminosa, oculta detrás de unos amplios anteojos, esos mismos que las estrellas televisivas y fílmicas usaban en las modas setenteras y ochenteras. Seguir leyendo

6. TEATRO | "Siembran" dirigida por Eugenia Hadandoniou | Todas las paredes son el teatro
Por Candelaria Díaz Gavier
 
Sólo tres de las cuatro paredes que forman los espacios en nuestro imaginario están presentes en un escenario. La cuarta pared del teatro -justamente esa que no se ve y por eso, la única imaginaria-, es lo que le hace al teatro ser teatro. Pero la obra Siembran, dirigida por Eugenia Hadandoniou y escrita y actuada por Daniela Valdéz, Delfina Díaz Gavier y Gustavo Kreiman, no se monta en un teatro sino en un departamento en la ciudad de Córdoba. Con esa intimidad y cercanía, el espectador que está sentado puede mirar con la sutileza de una cámara y serle indiferente a esas imágenes, pero también puede oler y escuchar como si estuviera efectivamente presente dentro de la imagen. Siembran es una obra que descansa sobre la realidad de la cuarta pared, que es también su no realidad. Seguir leyendo

 
7. BAFICI | "Theory of Obscurity: a film about The Residents" de Don Hardy | Anatomía de un anonimato
Por Alejandro Dramis

Con cuarenta años de carrera y más de sesenta discos en la calle, The Residents se convirtió en una banda de experimentación musical y audiovisual famosa por el enorme desconocimiento y la poquísima información que ha circulado sobre sus miembros durante todo este tiempo. Varias razones acompañan esas circunstancias, pero fundamentalmente dos: la primera es que siempre, desde el primer momento de su existencia, los miembros de la banda subieron al escenario disfrazados y con sus rostros cubiertos con máscaras, y cuando no, tocando detrás de telones que impedían ver sus caras. Además, jamás dieron una entrevista a la prensa ni se fotografiaron sin caretas, razón por la cual todavía, después de cuatro décadas, nadie sabe realmente quiénes son estos extraños residentes. La segunda razón viene con el título del film puesto en práctica: la Teoría de la Oscuridad, o la creencia de que solo un artista puede ser verdaderamente libre y auténtico en sus creaciones si se mantiene en el anonimato, evadiendo la prensa, el culto a la idolatría y la necesidad de pertenencia a la industria del star-system. Es por eso también que los Residents, a su edad temprana han creado su propia discográfica, Ralph Records, y su propia productora, The Cryptic Corporation. Seguir leyendo


Por Cecilia Perna

Tengo este problema histórico con las películas, con todas las películas: me las olvido. Pero nunca para siempre. Al tiempo reaparecen transformadas, metidas en mi memoria como parte de mi cuerpo. Igual que los sueños, que vuelven fragmentados durante el día. Un rostro, un color, un movimiento. Pensar en un director, para mí, es pensar un gesto fílmico.  Nombremos dos: en mi memoria, Godard es un plano secuencia girando en el espacio y Fellini, la melancolía abarrocada del set en el set, perfectamente encuadrada. (¿Quién mira? ¿Quién escucha?) Nombremos estos dos, retengámoslos. Como en un sueño.  Seguir leyendo
 


Por Leonardo Maldonado

El martes pasado en el marco del BAFICI, el realizador Andrés Di Tella moderó en el Salón Dorado del Teatro Colón una conversación entre la actriz francesa Isabelle Huppert, invitada de honor del Festival y el artista plástico argentino Guillermo Kuitca. El tono del encuentro, que duró exactamente una hora, fue intelectual y sensible. Intercambiaron ideas y concepciones sobre el arte, sus propias obras y el trabajo del otro. Apenas ingresó al recinto, Huppert pareció intimidarse, incluso asustarse, con los efusivos aplausos del auditorio. Todas las miradas estaban concentradas en su figura.  Seguir leyendo

10.  ENTREVISTA | Esteban Llamosas | El Mal de la corrupción social
Por Sylvia Nadalin

Esteban F. Llamosas es un joven escritor cordobés que ya lleva publicadas cinco novelas estructuradas como saga de Los casos del detective Lespada (la serie se inició en 1998 con El rastro de Van Espen), un personaje solitario y cínico que vive con su gato Raimundo y trabaja, en su oficina en el 1º B de la calle Colón, con su ayudante Cherkavsky, guiños referenciales a lo mejor de la novela negra moderna. Seguir leyendo

10 de septiembre de 2015

TEATRO | "Microgalaxy" de Daniela Echarte | El revuelo del amor


Por Cecilia Perna
Foto: María Inés Ghiglione

La microgalaxia de un estudio de radio, que es siempre un buen lugar para dirimir pasiones cotidianas: esa es la escena que Daniela Echarte elige para su obra, en la que debuta como dramaturga y codirige junto a Montserrat Godia. Las pasiones cotidianas son las verdaderas protagonistas en el escenario: una mujer que, en mitad del trance diario del trabajo, hace estallar el micromundo de sus emociones indecibles, esas que no encuentran un lugar en la apretada  estructura de la vorágine diaria y, sin embargo, son las que demuestran que estas máquinas de respirar y trabajar, nuestros cuerpos, configuran también un nodo afectivo: tienen un alma. Y el estallido de un alma arrastra otras cuatro almas, como en un remolino, desde cimbronazo inesperado a una nueva estabilidad.

Y quizá, lo más interesante de la obra es que todo este movimiento decisivo y sutil sucede en un tono de comedia que le da la ligereza del viento, que lleva y trae a los cinco actores por el escenario, permitiéndoles desplegar su energía física y vocal con tanta gracia, que nos hacen amar a los personajes, en una historia que no trata sino de eso: del revuelo del  amor.  

Con una estructura clásica, Microgalaxy aborda los más actuales conflictos que atraviesan nuestras vidas, explotando la agilidad de los cuerpos que actúan y los juegos infinitos del lenguaje de cada día en breves monólogos geniales y diálogos de ajustado humor. Otro pequeño universo escondido en una sala porteña que hay que ir a ver y recomendar.  
 
"Micorgalaxy" de Daniela Echarte. Dirección y producción: Daniela Echarte, Montserrat Godia. Actúan: Natalia Freijo, Montserrat Godia, Ignacio Linares, Ana Manterola, Damián Travaglia. Voz en Off: Roger Gómez. Escenografía: Cecilia Fontnine, Micaela Masera Lew. Iluminación: Matias Beola. Música original: Gastón Abulafia. Viernes, 22 hs. Templum, Ayacucho 318.Entrada: $100. Hasta el 25/9. 

9 de agosto de 2015

MÚSICA | Chifladas Tango en Campana


Por Cecilia Perna
La ciudad de Buenos Aires es como el gran núcleo que absorbe todo los movimientos. El mega lugar donde se centra la atención y se instala el mega-evento. El viernes 17 de julio, por ejemplo, el deseo de escuchar música y la profusa publicidad, provocaba un movimiento masivo de absorción de público hacia la Ballena Azul: ese día tocaba la pianista estrella Martha Argerich, junto a la Orquesta Sinfónica Nacional en Centro Cultural Kirchner. Pero esta reseña no es sobre ese mega-evento. Porque nunca los mega-eventos son todo lo que sucede. Siempre están pasando muchísimas cosas más: otros centros de atracción están formándose, dispersos, llenos de belleza y nutrición substanciosa. Esta reseña es sobre música y sobre el viernes 17 de julio, pero gira en torno a algo que pasaba unos kilómetros afuera de Buenos Aires, en la ciudad de Campana, en el precioso auditorio de la sede Regional Delta de la Universidad Tecnológica Nacional: allí estaban soplando sus tangos las chicas de Chifladas Tango. 

Chifladas Tango es un quinteto de vientos de madera (flauta, flauta baja, piccolo, clarinete y clarinete bajo) formado en 2010 e integrado por chicas que decidieron abrir el tango a una formación instrumental no habitual para el género. Tras una movida trayectoria, en estos cinco años han logrado sostenerse en un repertorio sólido, que incluye arreglos propios de tangos y milongas clásicas para sus instrumentos, y piezas nuevas compuestas por ellas mismas o por compositores amigos, que estrenan en el escenario. Con ritmo y con frescura logran transmitir el amor por sus instrumentos y la música popular rioplatense, destacando esa particular relación física, de diálogo, de canto e incluso de danza, que un músico de viento tiene con su instrumento, cuando la música es la puesta en escena de la mismísima respiración. 

Se presentaron así estas chifladas en el Ciclo de música de cámara que la Universidad Tecnológica Nacional organiza en su sede de Campana un viernes de cada mes. Fue un placer inmenso escucharlas para todos los que tuvimos la oportunidad de asistir. Los ciclos de música de cámara en el auditorio de la UTN sede Campana (San Martín 1171) continúan a lo largo del año, y la próxima fecha es el 21 de agosto, en la que toca Miguel de Olaso su magnífico repertorio de guitarra barroca y laúd. Una joya que no vale la pena perderse.

1 de agosto de 2015

TEATRO | INFANTILES | "Quiro, mágicos misterios del mar" | Una de piratas


 
Por Cecilia Perna
Foto: Beduino Producciones

Escribir, dirigir, actuar -y producir- teatro para niños es siempre un desafío y una aventura: ¿cómo despertar y sostener la atención de esa troupe bajita hiperestimulada? Quiro, mágicos misterios del mar encara este desafío apelando al encanto de las viejas artes del teatro negro y las marionetas. En una misturada atmósfera flúo, con luces y proyecciones, junto a los cuerpos de los actores y unas extrañas figuras combinadas de titiritero y títere, que danzan y cantan por el espacio,  la obra nos lleva a través de una historia dinámica, construida con los arquetipos comunes y tan queridos de todas las infancias; una obra astuta y humorísticamente trabajada para lograr seducir, no sólo a los niños, sino también a sus obligados acompañantes que se dejan embelesar por ese misterio de los cuerpos y las sombras, que no es sino la magia ancestral del teatro.

 "Quiro, mágicos misterios del mar" de Francisco Ramírez y Hernán Bellotti. Dirección: Francisco Ramírez. Con Ivana Averta, Luciana Bava, Gisella Crimi, Juan Marcelo Duarte, Paula Ettedgui, Facundo Godoy, Patricia Hurrahs, Luciana Procaccini, Vidalia Rivas Helman. Voz en Off: Diego Romero. Vestuario, escenografía e iluminación: Ariel Nesterczuk, Francisco Ramirez. Multimedia: Mariano Falcón, Ariel Piccinali. Música original: Mariano Falcón. Letras de canciones: Vera Montone. Asistencia de dirección: Francisco Tortorelli. Domingos  a las 16 hs. Andamio 90, Paraná 660. Entrada: $100, $60. Hasta el 2 de agosto de 2015.

6 de julio de 2015

VINTAGE * | TEATRO | "Paraná Porá" de Maruja Bustamante

Dos para criar al gurí

por Cecilia Perna

No es difícil de imaginar, la plena catástrofe: la expansión del hielo, la extensión del frío, la desaparición de todo lo viviente. Pero un poquito antes, sobre el filo de la disolución absoluta, dos mujeres, un barco y un cuchillo se abren paso a la deriva, para intentar salvar el último brotecito, de la desolación completa.

Lo adorable es, en este caso, que nada de esto sucede en New York, que no está proyectado en pantalla gigante, ni ningún Roland Emmerich lo dirige. Lo adorable es (fue) haber transitado esta historia entre la dulce voz real de las actrices y el sonido a corriente suave de un arpa, en una sala repletísima de gente el día que la directora y escritora de la obra, Maruja Bustamante, cumplía años.

Lo bello, lo suave, lo más porá de todo era sentirse instalada en una especie de intimidad cotidiana que, sin embargo, sostenía los cuerpos en ese estado de excepción que consigue generar, cada vez, el teatro. Era ver esa catástrofe de importación en prototipos, transformada a unos tonos bien imaginables litoraleños, a unas mujeres maestras o almaceneras, a unos olores y sabores y palabras y rutinas que todos podemos reconocer como propios.

Pero como propios y no. Porque la gracias del desarme, estaba también en repreguntarse por eso que es lo propio. Ya no rascacielos newyorkinos pero tampoco nieblas tristes del Riachuelo, sino el espejo ancho del Paraná, como lugar en blanco (blanco como un ‘blank’, me gustaría decir) donde volver a construir, con humor y con dulzura, con cuidado casi de madre, un mundo al borde de la muerte.

Una gringa redonda y asustada, una polaca salvaje y curtida por afuera. Una vaca lumínica, mutante de pez o perro de agua y un río porá porá que se desliza suave en la musiquita del arpa, hacia un destino antiguo de ombligo, Córdoba, piedras duras y altas a las que abrazarse como a un mojón de vida para encontrarse con el resto de la gente. Un brote de amor que salvar flotando en el cuerpo y la sonrisa del Santo, que todo lo sobrevuela, tramando y haciendo trampas como el gato de Cheshire. Paraná Porá. Muy pero muy Porá. Porque, como dijo Bretón al final de su Nadja: la belleza se da toda de golpe, o no se da.

*  Esta sección rescata el material que fue publicado en www.ruletachina.com, de 2007 a 2010, y que por ahora no existe en ningún otro lugar de la red. Esta reseña salió publicada en oportunidad del estreno de la obra que entonces era protagonizada por Valeria Lois (su rol hoy está a cargo de Iride Mockert) y Monina Bonelli. 

"Paraná Porá" de Maruja Bustamante. Con Monina Bonelli, Iride Mockert. Música: Sonia Alvarez. Escenografía: a77. Objetos: Carolina Villacorta. Maquillaje: Srta Bimbo Godoy. Diseño de vestuario: Candelaria Aaset. Diseño de luces: Javier Casielles. Asistencia artística: Gael Policano Rossi. Asistencia general: Nicolás Capeluto. Producción: Monina Bonelli, Nicolás Capeluto. Puesta en escena: Maruja Bustamante. Dirección de actores: Maria Urtubey. Martes 21 hs. El extranjero, Valentín Gómez 3378. Entradas: $120. Hasta el 29 de julio de 2015.

16 de abril de 2015

CINE | "Se levanta el viento" de Hayao Miyazaki | Despedida de maestro


¡El viento se levanta! ... ¡Hay que intentar vivir!
El aire inmenso cierra mi libro y lo vuelve a abrir,
¡Del polvo de las olas brotan olas duraderas!
¡Vuelen páginas que deslumbran!
¡Rómpanse olas! ¡Rompan aguas de alegría
Este tranquilo techo donde foques repicaban!

Paul Valéry


Por Cecilia Perna

¿Qué es la realidad?
Cualquiera que haya recorrido la obra de Miyazaki puede decir sin temor a equivocarse que el  universo que ha construido empuja eso que llamamos realidad, constantemente hacia el más allá de las fantasías. Su deslumbrante mundo poblado de espíritus, hechizos transformadores, naturalezas encarnadas y, sobre todo, niños -capaces siempre de entrar en diálogo con esas fuerzas otras- parece un recordatorio infinito de que esos poderes invisibles de lo cotidiano, están ahí esperando que volvamos a creer en ellos. Cualquiera puede decir esto sin temor, hasta su última película. Porque última película de Hayao Miyazaki es una película realista.

Pero, ¿qué es la realidad? 
Se levanta el viento es declaradamente el último film del amado director japonés, que anunció su retiro definitivo de la dirección, en septiembre del 2013, durante el Festival de Venecia. Estrenada en Japón el 20 de julio de ese año, la película fue distribuida y exhibida comercialmente en Europa y EE UU a lo largo de 2014. Nosotros recién desde hoy podremos verla en los cines locales.

Basada en la homónima novela del escritor Tatsuo Hori, la película relata la historia del ingeniero aeronáutico Jiro Horikoshi que diseñó el avión caza Mitsubishi A6M Zero, célebre maquinaria japonesa, pieza fundamental de avance en la historia de la aeronáutica durante la Segunda Guerra Mundial.  

Sin hechizos transformadores, sin espíritus del bosque, sin golpes de magia, el siempre pacifista Miyazaki se embarca en esta inmensa aventura: narrar cómo un niño lleno de imaginación elige hacerse ingeniero, para lograr que la materia del mundo se transforme a semejanza de las imágenes poderosas de sus sueños, aun cuando sus sueños sean finalmente secuestrados y desgarrados por la máquina de guerra del capitalismo. 

En esta película ambiciosa, plagada de las más hermosas imágenes, habitada por la más melancólica y potente historia de amor y creación, Miyazaki encara la profunda pregunta por la realidad.  

En la serie de una obra fílmica que pujó por hacernos volver a creer en los poderes maravillosos y ocultos que mueven el mundo, la última película ancló su estética de lleno en el problema de la realidad: esa mezcla misteriosa de sueño y vigilia que nos da la fuerza para persistir en la tarea infinita de la transformación de la materia. 

Aún arrasados por la muerte, aún despellejados por la violencia, el film nos muestra cómo las imágenes de los sueños de Jiro se abren paso para “realizarse” materialmente en el mundo, a través del deseo irrenunciable y el trabajo persistente. Como en todas sus películas, la persistencia frente a los obstáculos es el empuje de todo movimiento. Y por eso es aquí el ingeniero el modelo del héroe y el modelo del artista, pero también el modelo del mago transformador: que los sueños se hagan realidad, es siempre una cuestión de ingenio. 

A pesar de las restricciones, a pesar de los cruces del destino, el viento se levanta y nos anuncia la posibilidad infinita de la vida. Eso es lo que el viejo Miyazaki pide a cada uno de nosotros en su mensaje final: que intentemos vivir, cuando la única verdadera maravilla es la realidad, e intentar transformarla es la posibilidad única de mantenerse vivo y empujar al porvenir.    

"The wind rises" de Hayao Miyasaki, Japón, 2013, 125'.

7 de marzo de 2015

CINE | "Autómata" de Gabe Ibáñez | Cuestión de relojería


Por Cecilia Perna

Estoy casi convencida de que el género de la ciencia ficción es un género que tocó su fin. Un género muerto, como la novela de aprendizaje o el soneto. Sobre todo en el cine, me pasa que, cada vez que veo un film de ciencia ficción, tengo la sensación de estar viendo una película filmada en los 80 o los 90, en la que los actores (los mismos actores, estrellas de esas épocas) están mágicamente envejecidos. Autómata no es la excepción. 

Sin embargo, no me preocupan las ubicaciones cronológicas, a esta altura del desmantelamiento de las líneas épicas de la historia, a esta altura de la desintegración del futuro, a esta altura del Cronos descompuesto de la modernidad, puedo ver con alegría la nueva ciencia ficción que retrasa. A fin de cuentas, todos los relojes retrasan.   

Automáta, segundo largo dirigido por el español Gabe Ibáñez, nos presenta una historia emplazada en aquel viejo futuro apocalíptico, donde las ciudades son burbujas negras de aire irrespirable y todo alrededor no es más que desierto. Un desierto lleno promesas de libertad y de muerte. Propone un futuro envejecido, donde los robots se organizan para robar al humano la esencia de su vitalidad: la respiración. Donde las corporaciones con fines de lucro convencen o persiguen y el único deseo todavía posible es ver el mar, como en una película de Truffaut

Pero en esta economía cliché, Autómata consigue recuperar, por momentos, un línea de poesía, hecha de imágenes e ideas arrastradas de la vieja tradición del gótico, en la que un autómata no era sino la réplica de sí mismo -siempre más que humana y todavía nunca humana-, que un relojero fantasea y crea, para encontrar, en esa réplica inventada, una respuesta a la pregunta por su propia existencia. Un relojero que, tras largo indagar el mecanismo del tiempo, empieza a indagar el mecanismo de los cuerpos, e inventa algo más allá de sí, pero nunca más allá de la vida. 

Esa poesía gótica (que transita toda buena ciencia ficción: nada más gótico que la ciencia ficción) alcanza a tocar las zonas medias del film que, hacia el final, se pone épico y explicativo, y sólo sigue valiendo algo por nuestro Antonio Banderas, envejeciendo bien adentro de esos planos de acción que sólo su rostro puede rellenar.   

20 de febrero de 2015

CINE | "Birdman" (II) de Alejandro González Iñárritu | After-todo


Tomorrow, and tomorrow, and tomorrow,
Creeps in this petty pace from day to day
To the last syllable of recorded time,
And all our yesterdays have lighted fools
The way to dusty death. Out, out, brief candle!
Life’s but a walking shadow, a poor player
That struts and frets his hour upon the stage
And then is heard no more. It is a tale
Told by an idiot, full of sound and fury,
Signifying nothing.

Macbeth, William Shakespeare

Por Cecilia Perna

Tengo este problema histórico con las películas, con todas las películas: me las olvido. Pero nunca para siempre. Al tiempo reaparecen transformadas, metidas en mi memoria como parte de mi cuerpo. Igual que los sueños, que vuelven fragmentados durante el día. Un rostro, un color, un movimiento. Pensar en un director, para mí, es pensar un gesto fílmico.  Nombremos dos: en mi memoria, Godard es un plano secuencia girando en el espacio y Fellini, la melancolía abarrocada del set en el set, perfectamente encuadrada. (¿Quién mira? ¿Quién escucha?) Nombremos estos dos, retengámoslos. Como en un sueño.  

*

Pero vale preguntarse si es necesario recordar una película. Si las películas no estarán hechas para ser olvidadas. Para desarrollar esa facultad bendita del olvido. Después de todo, ellas padecen del mal del archivo. “Recorded” para siempre, pueden ser recordadas en la actualización constante de cada reproducción (¿o será que olvidar es imposible en la actualización constante?). Una película: “recorded time” para ser publicitado, distribuido, comercializado, proyectado, incluso, pirateado, compartido: reproducido millones de veces. Digamos que sí, que las películas de Hollywood están hechas para ser olvidadas, y sin embargo circulan, reproduciéndose hasta terminar gastadas. No son precisamente obra, sino mercancía. No son arte. Están por fuera del circuito del prestigio. Hollywood, la gran picadora de carne, la línea de producción y montaje de sueños, hace sueños en cadena, para ser olvidados o vueltos a ver hasta agotarse. 

*

¿Qué es el cine, después de todo? ¿Un arte o una mercancía? Tenemos Birdman. Tenemos entre manos una película nominada a los Oscar (premio que deja pero tanto que desear) una película que, bajo el infernal spotlight de la vidriera hollywoodense, se pregunta: ¿qué soy? ¿qué somos? ¿qué somos nosotras, estas cosas llamadas películas? ¿qué lugar ocupamos en la historia de…? ¿el arte? ¿las obras? ¿el mercado? ¿la tradición? ¿y quién nos hace? ¿quién nos mira? por adentro y por afuera.

*


Birdman es una película épica: la del este contra el oeste: la de la civilización contra el desierto. Es algo así: hubo una vez una industria que floreció entre la industria, alrededor de New York, pero fugó al desierto, porque las máquinas crecen con más fuerza en el desierto. Allí se volvió un monstruo, pulpo infernal que lanzó sus tentáculos al mundo. Pulpo desértico, bárbaro invasor. Los cuerpos de los actores se fragmentaron, se ampliaron, se levantaron y elevaron como los ídolos más primitivos. (En el desierto todo se vuelve primitivo). Tras cámara y montaje, los cuerpos de los actores se hicieron añicos restallantes de poder: superhéroes, descomunales celebrities. Pero en el este quedó la civilización, el prestigio de la totalidad, la entereza de la obra: el actor de teatro, de representación escénica. El cuerpo íntegro. El verdadero, el evolucionado actor. El  que conserva y, por eso, civilizado, retrasa. Ahí quedó: el actor de prestigio, el reseñado en New York Times, ese, quedó en el este.
Broadway vs. Hollywood, arte vs. industria, actor vs. celebrity, prestigio vs. populacho eso es Birdman.

*

Pero ni tampoco; porque Birdman es la película del after-todo: el superhéroe que es ya incapaz de enfrentarse a nada. Viejo, cansado, frustrado. Y egocéntrico. No hay más versus, no hay más épica, no hay más forma de restituir el pasado. Nadie va a ganar en esta. No hay ya ni siquiera ficción vs. realidad. ¿Qué es el cine? ¿Qué es la realidad? No queda nada. Quién es el verdadero en ese eterno juego de los dobles, todos esos dobles: los del actor, los del superhéroe, los de la pantalla, que tiene siempre dos lados. No sabemos -ni vamos a saber- qué hay del otro lado, quién le está hablando a quién. ¿Qué es el cine? ¿Qué es la realidad? 

*

Birdman tritura todo. Tritura la gran tradición y las grandes preguntas de la tradición más barroca: ¿cuál es el límite? ¿qué está de acá o de allá? ¿quién habla adentro de quién? ¿qué está adentro de qué cosa? ¿y qué hay por el lado de afuera? Birdman se pregunta por su propia posición en el Hollywood after-todo. ¿Cómo funciona esta máquina desbordada hacia la realidad? Este universo de actores diseccionados y estallados y adorados que pueden más de lo que puede un cuerpo (aunque nadie sabe, a fin de cuentas, lo que puede un cuerpo) en la soledad del escenario.
Birdman es un sueño que procesa incluso su pequeña tradición de cine (la verdadera tradición, aunque no hay tradición más pequeña): el cuerpo sobrecargado de Fellini, ese íntegramente filmando en el cuadro del set, es el cuerpo íntegro de los actores en el escenario teatral, con músicos entre bambalinas que acompañan la diégesis. Y la cámara circulante, la pequeña Godard, intrusamente emplazada: ¿qué mira? ¿qué persigue? ¿quién es? ¿qué desea? ¿qué hace ahí? ¿de dónde vino?

*

Birdman está hecha de la materia de los sueños. Es cine puro que se come fieramente al cine. Olvidable, como la vida misma. Una nube apenas que también volará. Birdman es el after-todo que ya no soporta otro mañana. Mañana, mañana, que se arrastra a ese ritmo miserable de un día atrás del otro, hasta la última sílaba de tiempo recodado y de todos nuestros ayeres que han iluminado a los tontos el camino polvoroso hacia la muerte. Afuera, afuera, sostengamos esta vela: la vida no es más que una sombra andante, un pobre actor pavoneándose inquieto sobre el escenario hasta que no se oiga ya nada. Es este cuento, contado por un idiota, lleno de furia y de sonido, que no significa nada.

(¿no será demasiado? ¿no será demasiado?)

*

Birdman es Hollywood. Aprovechemos, porque no siempre Hollywood es Birdman. Aprovechemos, porque Hollywood se acaba. 

29 de diciembre de 2014

RANKING ANUAL | Las 10 más leídas de 2014


Por Eugenia Guevara

En los siete años de actividad de Ruleta China nunca cubrimos exhaustivamente el BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) como vamos a hacerlo ahora. Un par de años porque no nos acreditaron; otros años, porque nos olvidamos de intentarlo o nos pareció inútil insistir para lograrlo. En esos años de incomunicación entre nosotros y el BAFICI, el núcleo duro del festival se mudó a Recoleta: un poco a los cines Village y otro poco al Centro Cultural y la verdad, es un entorno mucho más estimulante (por los árboles, el cementerio, los artesanos, los olores y los turistas) que su sede principal anterior, el Shopping del Abasto y zonas aledañas.
Se van a proyectar este año más de 400 películas. Por eso, proponemos una especie de mapeo en siete puntos para aportar ideas a la hora de armar una posible -o deseable- agenda del festival:...Seguir leyendo


2. TEATRO | "No inventes lo que no quieras que exista" dirigida por Agustín Pruzzo | Informe del cielo y el infierno


Por Lía Noguera

La experiencia es diferente. Desde la llegada a la recepción del mítico edificio Bencich, diseñado por el arquitecto francés Édouard Le Monnier en 1927, nos invade una extraña sensación, mezcla de desconcierto y desconfianza. Y allí, uno pocos elegidos esperamos que un señor nos conduzca por el ascensor rumbo a Estudios Caracol, en la cúpula de esta magnífica construcción y una vez arribados, ante la monumental vista que nos atrapa, ya no nos importa nada: ¿qué más podemos esperar ante tal paisaje, ante un cielo que sentimos tan cerca entre medio de numerosos edificios pintorescos y calles del microcentro porteño vacías? Pero sí, hay más por esperar, hay más por ver, escuchar y deleitarnos ya que una mujer gritando desde una ventana de la cúpula nos interpela y otra mujer nos conduce al interior del espacio del estudio Caracol en donde se desarrollará la obra No inventes lo que no quieras que exista, basada en textos de Silvina Ocampo e interpretada por Florencia Carreras. Seguir leyendo

3. BAFICI | "El Futuro" de Luis López Carrasco | Una película que hace feliz


Por Eugenia Guevara

Michelangelo Antonioni, que revolucionó al cine, le dijo a Godard en 1964: "quiero contar historias diferentes con medios diferentes". En esa frase pensé todo el tiempo mientras veía El futuro, la película española que para nosotros es candidata a ganar el BAFICI, y se me hizo mucho más presente cuando al final recordé el final de El eclipse, quizás la más bella y perfecta película de Antonioni. Ambas terminan sin los personajes, con una sucesión de planos fragmentarios de la ciudad. Al menos en El eclipse algunos de los escenarios se correspondían con los que Vittoria y Piero habían transitado. Además, sabíamos que ellos eran Vittoria y Piero, conocíamos la oficina de él, la mamá y el ex novio de ella, mientras que casi nada sabemos de los personajes de El futuro: no tienen nombre, son cuerpos y rostros hermosos, adornados y vestidos de manera fascinante; son energías, conductas y a lo mejor, si alcanzamos a escuchar algo de lo que dicen también son ideas, anécdotas, discusiones, banalidad, canción. Son jóvenes de fiesta en un departamento, en 1982, cuando el Partido Socialista y Felipe González habían ganado las elecciones en España. Seguir leyendo

4. TV | "Viudas e Hijos del Rock & Roll" por Telefé | Desesperados por el sexo


Por Leonardo Maldonado

Apenas Telefé comenzó a exhibir en horario central Viudas e Hijos del rock & roll, la nueva tira de Underground, la productora de Sebastián Ortega, las comparaciones con el éxito alcanzado por Graduados hace dos años fueron inevitables. Otra vez la narración de un encuentro entre una pareja que pisa los cuarenta, la puesta en escena de una serie interminable de flashbacks de un pasado adolescente tan idílico como conflictivo, nuevamente el tono nostálgico de una época perdida y el eje puesto en la música como integradora de ambas etapas. Lo único que parece haber cambiado es la época: los 90 reemplazan aquí a los 80. No obstante, hay un signo que la diferencia de su antecesora: el sexo. Seguir leyendo

5. MÚSICA | Semidawi en Sala Siranush | La alegría de conquistar una potencia


Por Cecilia Perna 

Ahí estábamos, con mi amiga Gabi, en uno de los varios livingcitos montados en la sala inmensa de un teatro a la italiana el viernes 28 de marzo. Una mezcla de tradición y modernidad en la sala Siranush, en el corazón de Palermo Soho. Esperábamos -con una picadita armenia y botella de tinto- el final del servicio de mozas que daría lugar al comienzo del espectáculo Ambos a la vez, de los dos ex Redondos, Semilla Bucciarelli y Sergio Dawi. La propuesta: 14 cuadros sonoros en los que, mientras Dawi, camuflado sobre el escenario y acompañado de sampleras, tocaría su saxo, Semilla pintaría en vivo sobre una tablet para proyectar sus trazos en la escena... Seguir leyendo

6. TEATRO | "El rastro" dirigida por Alejandro Tantanian | Réquiem para una sola voz


Por Alba Ermida

“El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Esta frase, eco repetido en la conciencia de Nora García, resuena como el sentido primero y último de este drama, hijo de su homónima novela original.
Margo Glantz escribe El rastro en forma de monólogo interior para darle voz a una mujer que asiste al entierro de su ex marido. Analía Couceyro y Alejandro Tantanian llevan a escena este largo discurrir de la conciencia de una viuda en forma de monólogo, también interior. Pues, aunque Nora García hable con el público, realmente habla consigo misma, con su conciencia. Tanto es así que en varios momentos de la obra su personalidad se desdobla y su discurso pasa a ser en primera y tercera persona: “Yo, Nora García. Ella, Nora García”. Seguir leyendo

7. CINE | "Mujeres con pelotas" de Gentile y Balanovsky | ¿Fútbol para todas?


Por Alba Ermida

Mujeres con pelotas es el registro de una lucha inconsciente, como casi todas las luchas, que significan mucho si las ves desde fuera, con la distancia social o histórica, pero que desde dentro, no supone más que la reivindicación diaria de algo que se considera legítimo.
Unas niñas que quieren jugar a la pelota con el pie. ¿Qué hay más simple y cotidiano? El concepto no es ni revolucionario. Sin embargo, citando a Ortega y Gasset, “yo soy yo y mi circunstancia”; no podemos disociar a estas chicas de la sociedad en la que viven y es ahí donde encontramos la resistencia. El problema, realmente, es el pie, porque si ellas quisiesen jugar con la mano no estarían mal vistas: ni a las jugadoras de pelota al cesto ni a las de vóley se les llama “marimacho”. Seguir leyendo

8. TEATRO | "Cumbres Borrascosas" de Lolo y Lauti | Eléctrica pasión 


Por Eugenia Guevara

Cumbres Borrascosas de Emily Brontë es la historia de un huérfano, Heathcliff, quien luego de amar y ser humillado, herido de resentimiento, toma venganza, aunque eso implica también su destrucción y la de Catherine. Todos más o menos conocemos esa novela de pasión, dolor, infelicidad y odio, donde la diferencia de clase - o la cuestión del origen - se vuelve una marca irremediable que provoca abismos. De esa diferencia "de clase" parte la versión de Cumbres borrascosas de Lolo y Lauti, con texto de Gael Policano Rossi, que traspone el clásico "mediante una instalación compuesta por electrodomésticos, luces y audio"... Seguir leyendo

9. TEATRO | "Iván y los perros" dirigida por Stolkiner y García Mendy | Poéticas de la alienación 


Por Luciana Estévez

Moscú. Década del ‘90. Todo el dinero se había ido y no había con qué comprar comida. Así que Madres y Padres trataron de encontrar cosas que pudieran sacarse de encima, cosas que comían, cosas que bebían o cosas que necesitaban calor. Primero fueron los perros. Así comienza Iván y los perros, un texto dramático de Hattie Naylor originalmente pensado para radio, traducido al español por Alejandro Tantanian y llevado a escena bajo la dirección de Mariano Stolkiner y Gustavo García Mendy. Seguir leyendo

10. TEATRO | "Los Hechobolsa" de los hermanos Guerra | Había una vez un baldío


Por Sandra Ferreyra

Los Hechobolsa están buscando un lugar donde hacer su espectáculo y lo encuentran. En un baldío alfombrado de bolsas de nylon, Sifonetti (Mariano Guerra), Lavandini (Diego Passarini) y Bidonette (Gastón Guerra) instalan su carpa. De la colorida crisálida emerge un universo cuya simplicidad reside, paradójicamente, en el entrecruzamiento de múltiples dimensiones. La más notoria a primera vista es la que viene de la mano de idioma: la recuperación de la tradición italiana con la que los argentinos, por nuestra historia, nos identificamos inmediatamente. Y ese es un punto en el que, presumo, los Hermanos Guerra toman una posición estético-política: su lenguaje no se alimenta del exotismo, ni del clásico literario, ni de la abstracción esteticista; encuentra su materia también en los signos y las imágenes que la vida suburbana generosamente provee: “no tomo ma’, te juro que no tomo ma’” es la promesa que todos sabemos que Bidonette no va a cumplir. Seguir leyendo

2 de diciembre de 2014

29 º FESTIVAL DE MAR DEL PLATA | "The Duke of Burgundy" de Peter Strickland | Las Venus de las mariposas


Por Cecilia Perna
Enviada especial al 29º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

Son todas mujeres. En un tiempo y un espacio impreciso, imposible de ubicar, pero bello: naturaleza de colores saturados, caserones de piedra húmeda y bibliotecas oscuras. La más hermosa ropa posible, la más hermosa corsetería. 

Expertas en mariposas, una sociedad de científicas que sólo lee libros y sólo abre sesiones de discusión en primavera, en un círculo que parece desconectado de todo. De todas ellas, conocemos bien a dos: Cynthia y Evelyn, son una pareja y practican bdsm. Las tensiones entre ellas, en sus prácticas, en sus palabras, en su cotidianidad es el hilo fino que teje la película, que repite, circular y progresivamente, un par de escenas: las mismas pero siempre distintas, y cuentan una historia de pareja fuera del mundo, sin dejar de remitir a todas las historias de todas las parejas del mundo, en las que la tensión de poder, que se sustenta el erotismo y el amor, que pide la reciprocidad de lo cotidiano, juegan sus disputas y sus resistencias. 

Preciosista, delicada, sutil, una peculiar reversión de La Venus de la pieles de Sacher-Masoch, se la sigue mirando y se sigue habitando su mundo después de verla, por mucho tiempo.

The Duke of Burgundy (2014) de Peter Strickland, Reino Unido, 101'.

1 de diciembre de 2014

29º FESTIVAL DE MAR DEL PLATA | "Branco sai, preto fica" de Adirley Queirós | Cyberpunk sin futuro viejo y querido


Por Cecilia Perna
Enviada especial al 29º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

Hoy, con el desayuno, me enteré de que Branco sai, preto fica ganó el premio a mejor película latinoamericana y me alegré. La vi ni bien llegué, y me resultó extrañamente convocante. 

Prensentada como un documental sobre la represión que la policía ejerció en los bailes de Ceilândia, un barrio pobre de las afueras de Brasilia, en la década del 80, la película invita a sumergirse en un universo extraño, donde el documental entra en tensión con la construcción ficcional -lo que ya tiene cierto recorrido en el género documental brasileño-.

Si el universo espacial que la película nos hace recorrer tiene reconocibles rasgos de las afueras de las urbes latinoamericanas, la construcción formal del film está, desde el principio, plagada de elementos típicos de las distopías cyberpunk ochentosas: sonidos, planos, iluminación y encuadres que activan la memoria de la ciencia ficción de los 80.

Tres personajes habitan la película, uno en silla de ruedas transmite desde una radio en un sótano, vieja música en vinilos y los recuerdos de los bailes de su adolescencia: la gente, las aventuras, la represión policial. Otro personaje, con una pierna ortopédica, deambula por los suburbios, también revisando sus memorias de la época, el modo en que perdió la pierna, abajo de los caballos de la policía montada. Fotos y objetos aparecen allí, como en una suerte de biodrama. Estos dos son personajes de sí mismos que, narrando, dejan también a sus cuerpos narrar la propia historia.

Pero hay un tercer personaje, alguien perdido en el espacio-tiempo, adentro de una nave-container y recopilando datos en un cuaderno sucio, de espirales desvencijados. Un personaje que viene de un futuro amenazado, para buscar testimonios que hagan justicia por aquellas víctimas de la represión policial. Pero las mismas víctimas son las que construyen la amenaza: durante toda la película fabrican una bomba de música villera, para soltar en una brecha del espacio-tiempo y destruir el futuro para siempre. 
  
Adirley Queirós, el director, nacido en Ceilândia, nos contó luego de la proyección cómo había sido la génesis de la película. Recibió un subsidio del Estado para hacer el documental y fue a plantearle a Schockito, el nostálgico locutor de radio, que quería hacer un documental sobre el modo en que la represión policial lo había dejado en silla de ruedas. Pero él le contestó que todo eso había quedado atrás, y que no quería hacer un documental, sino una película, una verdadera película, donde  pudiera “volar y todas esas cosas”. Por eso el director le propuso transformar el documental en unas suerte de Blade Runner. Y en ese desafío se embarcaron: con poco presupuesto, cuerpos marcados por el dolor y trabajo acumulado en la alegría, salió esta película genial por lo desafiante, por lo descocada y bellamente construida. Me alegra que cuando el dolor se transforma en un delirio liberador. Para eso son las historias. 

Branco sai preto fica (2014) de Adirley Queirós, Brasil, 93'.