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18 de diciembre de 2015

THE END | El final del blog y las más leídas 2011-2015


Parece ser una ley natural. Todo termina. Ruleta China en versión blog también.

El proyecto tuvo hasta ahora dos etapas. Comenzó a fines de 2007 en el dominio www.ruletachina.com donde publicamos hasta el 2010, veintiséis números de una revista cultural mensual que intentó ser contra-agenda. Además, un libro que compila algunas de las entrevistas que les hicimos a grandes artistas - como Jodorowsky, Reygadas, Monti, Spregelburd, Dumont, Wallraff, Suzuki y Solondz, entre otros- editado por Doble Z anda por ahí como prueba.
En la primavera de 2011 - más que nada porque queríamos volver a mirar y a pensar el teatro - lanzamos el blog de reseñas, y más tarde, sumamos entrevistas. 

Ruleta China, el blog se termina sí, pero Ruleta China no. Nunca.  

Gracias por leernos y no dejen de seguirnos en Facebook que descansar, no descansamos nunca, por la cultura,‬ que lo atraviesa todo, tal como lo dijeron nuestros amigos de Birmingham.


Las más leídas de la etapa blog 2011-2015 fueron:

1. TEATRO | "El balcón" dirigida por Daniel Godoy | Santificada sea tu imagen
12 /07/ 2013 - Por Natalia Maya

2. ENTREVISTA | Humberto Bas | El hombre que empezó a escribir muy tarde
7 / 03 / 2013 - Por Mauricio Bertuzzi


3. TEATRO | "Los Opas (otro drama burgués)" de Daniel Dalmaroni | Chau, mamá
18 /04 /2012 - Por Sandra Ferreyra
 

4. LIBROS | "Cámara Gesell" de Guillermo Saccomanno | El hombre, lobo del hombre
25 /01 / 2013 - Por Sylvia Nadalin
 

 5. TEATRO | "Amar" de Alejandro Catalán | Soledad para seis
4 /06 / 2012- Por Eugenia Guevara

6. TEATRO | "Los días felices" dirigida por Lamberto Arévalo | Con la tierra al cuello
5 /06 / 2013 - Por Lía Noguera

7. TEATRO | "Las Prodigio" de Juan Gabriel Miño | Dos chicas complejas
4 /09 / 2013 - Por Gonzalo Marina

8.  TEATRO | "Todo lo demás no importa" de Andy Chacón Álvarez | Una delicia sonora
16 /08 / 2013 - Por Cecilia Perna


9.  CINE | "Un método peligroso" de David Cronenberg | Psiquis perturbadas

3 /03/ 2012 - Por Leonardo Maldonado


10. TEATRO | "Hernanito" de Alejandro Acobino | Cumbia evangelista, y de la buena
22 /05 / 2012 - Por Ximena Zabala


22 de septiembre de 2015

TEATRO | "Las mutaciones" dirigida por Lorena Ballestrero | El desamor sin grandes tragedias


 
Por Lía Noguera
Foto: Antú Martín

En Fragmentos de un discurso amoroso, Roland Barthes describió la jornada amorosa a partir de tres actos sucesivos y complementarios: “está en primer lugar, instantánea, la captura (soy raptado por una imagen); viene entonces una serie de encuentros (…) en el curso de los cuales exploro con embriaguez la perfección del ser amado, es decir, la adecuación inesperada de un objeto a mi deseo: es la dulzura del comienzo, el tiempo propio del idilio. Ese tiempo feliz toma su identidad (su clausura) de que se opone (al menos en el recuerdo) a la secuela: 'la secuela' es el largo reguero de sufrimientos, heridas, angustias, desamparos, resentimientos, desesperaciones, penurias y trampas de que soy preso, viviendo entonces sin cesar bajo la amenaza de una ruina que asolaría a la vez al otro, a mí mismo y al encuentro prestigioso que en un comienzo nos ha descubierto el uno al otro.” La cita sirve como excusa para ubicarnos en el relato de la obra de Valeria Correa, Las mutaciones, que dirige Lorena Ballestrero. Pero a contrapelo de ese tercer acto barthesiano sobre el amor, o el desamor, la pieza propone un discurso que se articula no a partir de la tragicidad de ese momento de agotamiento del amor, sino que muestra ese sentimiento (¿o des-sentimiento?) desde su costado más cotidiano, sin melodramas ni tragedias, como un hecho que sucede. Porque así como un día esta verdad amorosa se inscribió en dos seres catapultándolos al punto cumbre de la felicidad, otro día desapareció y se fue, como quien dice: sin pena ni gloria. De esta manera, y sin problematizar en esas causas, sin buscar las respuestas al interrogante: ¿cómo nos pasó?, la obra de Correa propone una pregunta: ¿cómo salir de un universo sin amor?

A través de un espacio escenográfico que se propone como un perfecto cuadrilátero construido a partir de una gran caja de madera, con puertas que se abren y se cierran, la pareja “amorosa” de Las mutaciones se desliza y, en cada desplazamiento, va encontrando más su distancia que su cercanía. Los discursos que se enuncian en ese espacio paradójicamente “contenedor” parecen caer en un vacío, el mismo vacío que experimenta el amor de estos sujetos amantes que ya no tienen más para decirse. La única acción posible, el poner en palabras el fin de esta historia de amor, se encuentra en constante latencia pero de forma armoniosa y es ese gesto el que no sólo realza al texto sino también a las actuaciones. Con una Lorena Vega que en nada recupera el desborde, la voracidad y el atropellamiento pasional de los personajes que encarnó en Salomé de Chacra o Amar, en los cuales tanto el tono de su voz y su corporalidad apelaban al registro del desafío y la colocaban en el rol de femme fatale; en esta puesta nos encontramos –y en eso su efectividad - ante el silenciamiento del desborde, el aquietamiento de su pasión que se traduce en ademanes parsimoniosos y en un registro vocal que relega el estallido. Así, Vega representa a una mujer en quien la intensidad del amor es la muestra de un pasado que ya no se quiere y no se intenta recuperar; una afección en la cual su compañero de fórmula, Leonardo Murúa, responde con el mismo registro. Juntos sostienen una propuesta dramática sin quiebres, lo que destaca la dirección de Lorena Ballestrero. 

Pero si la jornada amorosa de Barthes presenta tres actos y Las mutaciones propone su relato desde ese final, desde la secuela, esto ni implica que la obra se estructure a partir de la negatividad. Ubicarnos en esa secuela abre la posibilidad de que otra historia se inicie y que quizá el acontecimiento amoroso sea repetible. Porque los fragmentos de un discurso amoroso, los barthesianos pero también los propios, nos muestran que siempre -con tragedia o sin ella- se puede volver al “primer acto”. 

"Las mutaciones de Valeria Correa. Dirección: Lorena Ballestrero. Con Lorena Vega y Leonardo Murúa. Diseño de vestuario y escenografía: Rodrigo González Garillo. Diseño de luces: Ricardo Sica. Realización de escenografía: Gustavo Di Sarro. Jueves, 21 hs. Teatro del Abasto, Humahuaca 3549. Entrada: $ 110. En el marco del FIBA se realizan funciones el miércoles 30/9 a las 18 hs. Y el jueves 1º/10 a las 21 hs. Entrada: $50. 

29 de diciembre de 2014

RANKING ANUAL | Las 10 más leídas de 2014


Por Eugenia Guevara

En los siete años de actividad de Ruleta China nunca cubrimos exhaustivamente el BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) como vamos a hacerlo ahora. Un par de años porque no nos acreditaron; otros años, porque nos olvidamos de intentarlo o nos pareció inútil insistir para lograrlo. En esos años de incomunicación entre nosotros y el BAFICI, el núcleo duro del festival se mudó a Recoleta: un poco a los cines Village y otro poco al Centro Cultural y la verdad, es un entorno mucho más estimulante (por los árboles, el cementerio, los artesanos, los olores y los turistas) que su sede principal anterior, el Shopping del Abasto y zonas aledañas.
Se van a proyectar este año más de 400 películas. Por eso, proponemos una especie de mapeo en siete puntos para aportar ideas a la hora de armar una posible -o deseable- agenda del festival:...Seguir leyendo


2. TEATRO | "No inventes lo que no quieras que exista" dirigida por Agustín Pruzzo | Informe del cielo y el infierno


Por Lía Noguera

La experiencia es diferente. Desde la llegada a la recepción del mítico edificio Bencich, diseñado por el arquitecto francés Édouard Le Monnier en 1927, nos invade una extraña sensación, mezcla de desconcierto y desconfianza. Y allí, uno pocos elegidos esperamos que un señor nos conduzca por el ascensor rumbo a Estudios Caracol, en la cúpula de esta magnífica construcción y una vez arribados, ante la monumental vista que nos atrapa, ya no nos importa nada: ¿qué más podemos esperar ante tal paisaje, ante un cielo que sentimos tan cerca entre medio de numerosos edificios pintorescos y calles del microcentro porteño vacías? Pero sí, hay más por esperar, hay más por ver, escuchar y deleitarnos ya que una mujer gritando desde una ventana de la cúpula nos interpela y otra mujer nos conduce al interior del espacio del estudio Caracol en donde se desarrollará la obra No inventes lo que no quieras que exista, basada en textos de Silvina Ocampo e interpretada por Florencia Carreras. Seguir leyendo

3. BAFICI | "El Futuro" de Luis López Carrasco | Una película que hace feliz


Por Eugenia Guevara

Michelangelo Antonioni, que revolucionó al cine, le dijo a Godard en 1964: "quiero contar historias diferentes con medios diferentes". En esa frase pensé todo el tiempo mientras veía El futuro, la película española que para nosotros es candidata a ganar el BAFICI, y se me hizo mucho más presente cuando al final recordé el final de El eclipse, quizás la más bella y perfecta película de Antonioni. Ambas terminan sin los personajes, con una sucesión de planos fragmentarios de la ciudad. Al menos en El eclipse algunos de los escenarios se correspondían con los que Vittoria y Piero habían transitado. Además, sabíamos que ellos eran Vittoria y Piero, conocíamos la oficina de él, la mamá y el ex novio de ella, mientras que casi nada sabemos de los personajes de El futuro: no tienen nombre, son cuerpos y rostros hermosos, adornados y vestidos de manera fascinante; son energías, conductas y a lo mejor, si alcanzamos a escuchar algo de lo que dicen también son ideas, anécdotas, discusiones, banalidad, canción. Son jóvenes de fiesta en un departamento, en 1982, cuando el Partido Socialista y Felipe González habían ganado las elecciones en España. Seguir leyendo

4. TV | "Viudas e Hijos del Rock & Roll" por Telefé | Desesperados por el sexo


Por Leonardo Maldonado

Apenas Telefé comenzó a exhibir en horario central Viudas e Hijos del rock & roll, la nueva tira de Underground, la productora de Sebastián Ortega, las comparaciones con el éxito alcanzado por Graduados hace dos años fueron inevitables. Otra vez la narración de un encuentro entre una pareja que pisa los cuarenta, la puesta en escena de una serie interminable de flashbacks de un pasado adolescente tan idílico como conflictivo, nuevamente el tono nostálgico de una época perdida y el eje puesto en la música como integradora de ambas etapas. Lo único que parece haber cambiado es la época: los 90 reemplazan aquí a los 80. No obstante, hay un signo que la diferencia de su antecesora: el sexo. Seguir leyendo

5. MÚSICA | Semidawi en Sala Siranush | La alegría de conquistar una potencia


Por Cecilia Perna 

Ahí estábamos, con mi amiga Gabi, en uno de los varios livingcitos montados en la sala inmensa de un teatro a la italiana el viernes 28 de marzo. Una mezcla de tradición y modernidad en la sala Siranush, en el corazón de Palermo Soho. Esperábamos -con una picadita armenia y botella de tinto- el final del servicio de mozas que daría lugar al comienzo del espectáculo Ambos a la vez, de los dos ex Redondos, Semilla Bucciarelli y Sergio Dawi. La propuesta: 14 cuadros sonoros en los que, mientras Dawi, camuflado sobre el escenario y acompañado de sampleras, tocaría su saxo, Semilla pintaría en vivo sobre una tablet para proyectar sus trazos en la escena... Seguir leyendo

6. TEATRO | "El rastro" dirigida por Alejandro Tantanian | Réquiem para una sola voz


Por Alba Ermida

“El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Esta frase, eco repetido en la conciencia de Nora García, resuena como el sentido primero y último de este drama, hijo de su homónima novela original.
Margo Glantz escribe El rastro en forma de monólogo interior para darle voz a una mujer que asiste al entierro de su ex marido. Analía Couceyro y Alejandro Tantanian llevan a escena este largo discurrir de la conciencia de una viuda en forma de monólogo, también interior. Pues, aunque Nora García hable con el público, realmente habla consigo misma, con su conciencia. Tanto es así que en varios momentos de la obra su personalidad se desdobla y su discurso pasa a ser en primera y tercera persona: “Yo, Nora García. Ella, Nora García”. Seguir leyendo

7. CINE | "Mujeres con pelotas" de Gentile y Balanovsky | ¿Fútbol para todas?


Por Alba Ermida

Mujeres con pelotas es el registro de una lucha inconsciente, como casi todas las luchas, que significan mucho si las ves desde fuera, con la distancia social o histórica, pero que desde dentro, no supone más que la reivindicación diaria de algo que se considera legítimo.
Unas niñas que quieren jugar a la pelota con el pie. ¿Qué hay más simple y cotidiano? El concepto no es ni revolucionario. Sin embargo, citando a Ortega y Gasset, “yo soy yo y mi circunstancia”; no podemos disociar a estas chicas de la sociedad en la que viven y es ahí donde encontramos la resistencia. El problema, realmente, es el pie, porque si ellas quisiesen jugar con la mano no estarían mal vistas: ni a las jugadoras de pelota al cesto ni a las de vóley se les llama “marimacho”. Seguir leyendo

8. TEATRO | "Cumbres Borrascosas" de Lolo y Lauti | Eléctrica pasión 


Por Eugenia Guevara

Cumbres Borrascosas de Emily Brontë es la historia de un huérfano, Heathcliff, quien luego de amar y ser humillado, herido de resentimiento, toma venganza, aunque eso implica también su destrucción y la de Catherine. Todos más o menos conocemos esa novela de pasión, dolor, infelicidad y odio, donde la diferencia de clase - o la cuestión del origen - se vuelve una marca irremediable que provoca abismos. De esa diferencia "de clase" parte la versión de Cumbres borrascosas de Lolo y Lauti, con texto de Gael Policano Rossi, que traspone el clásico "mediante una instalación compuesta por electrodomésticos, luces y audio"... Seguir leyendo

9. TEATRO | "Iván y los perros" dirigida por Stolkiner y García Mendy | Poéticas de la alienación 


Por Luciana Estévez

Moscú. Década del ‘90. Todo el dinero se había ido y no había con qué comprar comida. Así que Madres y Padres trataron de encontrar cosas que pudieran sacarse de encima, cosas que comían, cosas que bebían o cosas que necesitaban calor. Primero fueron los perros. Así comienza Iván y los perros, un texto dramático de Hattie Naylor originalmente pensado para radio, traducido al español por Alejandro Tantanian y llevado a escena bajo la dirección de Mariano Stolkiner y Gustavo García Mendy. Seguir leyendo

10. TEATRO | "Los Hechobolsa" de los hermanos Guerra | Había una vez un baldío


Por Sandra Ferreyra

Los Hechobolsa están buscando un lugar donde hacer su espectáculo y lo encuentran. En un baldío alfombrado de bolsas de nylon, Sifonetti (Mariano Guerra), Lavandini (Diego Passarini) y Bidonette (Gastón Guerra) instalan su carpa. De la colorida crisálida emerge un universo cuya simplicidad reside, paradójicamente, en el entrecruzamiento de múltiples dimensiones. La más notoria a primera vista es la que viene de la mano de idioma: la recuperación de la tradición italiana con la que los argentinos, por nuestra historia, nos identificamos inmediatamente. Y ese es un punto en el que, presumo, los Hermanos Guerra toman una posición estético-política: su lenguaje no se alimenta del exotismo, ni del clásico literario, ni de la abstracción esteticista; encuentra su materia también en los signos y las imágenes que la vida suburbana generosamente provee: “no tomo ma’, te juro que no tomo ma’” es la promesa que todos sabemos que Bidonette no va a cumplir. Seguir leyendo

11 de julio de 2014

TEATRO | "No inventes lo que no quieras que exista" dirigida por Agustín Pruzzo | Informe del cielo y el infierno


Por Lía Noguera
Fotos: Luchia Puig

La experiencia es diferente. Desde la llegada a la recepción del mítico edificio Bencich, diseñado por el arquitecto francés Édouard Le Monnier en 1927, nos invade una extraña sensación, mezcla de desconcierto y desconfianza. Y allí, uno pocos elegidos esperamos que un señor nos conduzca por el ascensor rumbo a Estudios Caracol, en la cúpula de esta magnífica construcción y una vez arribados,  ante la monumental vista que nos atrapa, ya no nos importa nada: ¿qué más podemos esperar ante tal paisaje, ante un cielo que sentimos tan cerca entre medio de numerosos edificios pintorescos y calles del microcentro porteño vacías? Pero sí, hay más por esperar, hay más por ver, escuchar y deleitarnos  ya que una mujer gritando desde una ventana de la cúpula nos interpela y otra mujer nos conduce al interior del espacio del estudio Caracol en donde se desarrollará la obra No inventes lo que no quieras que exista, basada en textos de Silvina Ocampo e interpretada por Florencia Carreras.

Cinco personajes, cinco mujeres, cinco textualidades, cinco espacios; todo ello hilvanado por una sola propuesta: seguir el recorrido y ubicarse en el lugar que uno desee a fin de dejarse atrapar por las palabras, la narrativa y la poética de mujeres al borde de la locura y de la muerte (propia pero también la del otro, la de quienes no sienten su amor). En esta experiencia teatral, parecería que el relato se construye en el andar, en nuestro andar ascendente que -a medida que se interrumpe con cada nueva narración-  nos convierte en testigos de un ascenso espacial que se contrapone con el descenso de los personajes que la obra presenta. Porque a medida que nos acercamos cada vez más al cielo (y créanlo, la experiencia es exquisita) en el andar laberíntico de la cúpula, estas mujeres descienden al infierno de sus pasiones, de sus miserias, de sus crímenes. En este sentido, y siempre con una vista panorámica de la ciudad de Buenos Aires que propicia el clímax de los textos, aquello que se distingue es un especial y cuidado sentido de la instalación espacial. Así, el espectador deviene en un transeúnte –guiado siempre por Anabel Dopslaff, nuestra guía y también actriz- que discurre por los universos narrativos de Ocampo, atraviesa fronteras poéticas y se constituye en testigo de una voz que sólo clama la liberación de los diversos tormentos que la encarcelan. A la vez, como “espectadores andantes” somos los encargados de reorganizar los múltiples cuerpos, las múltiples voces, los múltiples espacios que se nos presentan pudiendo así diluir en cada paso esa extrañeza y ese desconcierto que nos invadió en un principio. Nuestra actriz, mediante un trabajo que se concentra en el decir poético,  logra yuxtaponer la belleza de las palabras, de las imágenes y de su cuerpo con el caos mental y el desequilibrio  sentimental que sus personajes encierran. 

Y todo esto en pos de un objetivo, de una advertencia constante (tal vez demasiado constante) que se constituye en la tesis de la obra y que parafraseamos en estos términos: cuidado con lo que deseas (o imaginas), porque se puede hacer realidad. Pero… ya en el punto más álgido de  la cúpula, con la música en vivo del violinista Marcos Press, y con la sensación de estar ahí, a metros del cielo, sólo nos queda seguir deseando y soñando…

"No inventes lo que no quieras que exista"  basada en textos de Silvina Ocampo. Actúan: Florencia Carreras, Anabel Dosplaff.  Violín en vivo: Marcos Press. Iluminación: Gastón Zurzupi. Escenografía: Victoria Saravi. Asistencia general: Marcos San Millan. Producción: Florencia Carreras.Viernes 21 hs. Estudios Caracol, Edificio Bencich, Av. Roque Sáenz Peña 615. Hasta el 9 de agosto. 

1 de julio de 2014

TEATRO | "Malditos (todos mis ex)" dirigida por Mariela Asensio | Ya no estás más a mi lado, corazón…


Por Lía Noguera

Seguramente muchos tienen un ex. Un ex amor que dolió y marcó. Una o un ex por quien se desgarraron, se enloquecieron, se lamentaron; por quien lloraron hasta no tener más lágrimas y por quien se padecieron eternas horas de insomnio. Tal vez, también transitaron esa patética experiencia de luchar por cosas - unos discos, unos libros, una mesa vieja, un bolso lleno de ropa del otro que siempre se detestó- que el único valor que poseen, y no por eso menos importante, es la reminiscencia de  un pasado compartido del cual aún no se pueden desprender. Porque, en esas circunstancias, los objetos se vuelven sinécdoque de un sentimiento de felicidad que ya no está y por eso adquieren una condición de botín de guerra que se desea ganar; puesto que un/a ex condensa todo un pasado que hoy es solo eso, recuerdo. 

Tal vez, muchos atravesaron esas extrañas sensaciones que el fin de un amor hace estallar y, para quienes aún no lo tienen, sépanlo: parece que no hay un antídoto inmediato para los ex, es cuestión de tiempo. Por estos temas, por estas escenas vividas por aquellos que algunos vez se separaron, transita la obra de Mariela Asensio y Reynaldo Sietecase, Malditos todos mi ex, que apelando a una identificación patética, irónicamente sentimentalista, y sobre todo, paródicamente condescendiente con el espectador, presenta la tragicomedia cotidiana de un sujeto en crisis que no cesa de buscar su identidad amorosa… 

Ante un escenario despojado, y como fragmentos de historias desparramadas en el espacio, los actores nos esperan mientras los espectadores ingresamos en la sala del Teatro del Pueblo. Y entre tanto eso sucede, una mortal y pegadiza canción nos recibe: “Ritmo, ritmo de la noche… porque el ritmo de la noche te va a atrapar, se mete en tu cabeza y no te deja pensar…”. Esta canción, como los restantes cuadros paródicos de musicales que se suceden en la función, sintetiza y expone el desborde que una mujer treintañera, interpretada por Federica Presa, experimenta tras su divorcio. Pero el relato no sólo consistirá en la narración de esta separación, sino que a modo de disparador, ésta funciona como condensador de las microhistorias amorosas y pasadas de este sujeto. Así, la escena se puebla de los ex que transitaron la vida de esta mujer a los 18, a los 25 y a los 35 años, y que en mayor o en menor medida dejaron una huella, aún la huella del olvido (como es el caso de la historia del ex que no se recuerda). Ahora bien, el recorrido por este “muestrario de ex” implementa un dispositivo que permite desdoblar al sujeto de la narración en tres momentos diferentes de su vida a fin de completar y entender la esquizoide y patética situación de su presente. Para ello, todos los actores: Raquel Ameri, Hernán Herrera, Marina Lovece, Constanza Molfese, Ariel Pérez De María, Federico Schneider, como la propia protagonista: Federica Presa, se presentan como fuerzas en constante tensión y ebullición, que una acertada dirección logra hilvanar y armonizar. En este sentido, y transitando por las miserias humanas que constituye gran parte de la poética de Asensio, Malditos (todos mis ex) apunta a exorcizar los fantasmas del pasado con un fin único y efectivo: entender qué es y qué queda después del amor. Pero ese entendimiento redunda en más preguntas porque el pasado, ante los ojos de esta mujer, es la ficción de una realidad que aún no se puede asumir. Sin embargo, y lejos de un final trágico, una respuesta posible ante este interrogante, y con nuestra protagonista sola en la escena, ya abandonada por sus “otros yo” y sus “otros ex”, es que después del fin de un amor queda el cuerpo, quedan las ganas, y sobre todo: queda el desconocimiento y la intriga de aquello que vendrá…

“Malditos todos mis ex” de Mariela Asencio y Reynaldo Sietecase. Con Raquel Ameri, Hernán Herrera, Marina Lovece, Constanza Molfese, Ariel Perez De Maria, Federico Schneider y Federica Presa. Diseño de vestuario: Vessna Bebek. Diseño de luces: Ricardo Sica. Realización de vestuario: Noelia Moreyra Parissi. Fotografía: Juan Borraspardo. Asistencia de dirección: Paola Luttini. Producción ejecutiva: Antonella Schiavoni. Dirección: Mariela Asensio. Sábados 21.30, Teatro del Pueblo, Av. Roque Saenz Peña 943. Entrada: $100, $70. 

19 de marzo de 2014

TEATRO | "Aún no consigo besar" dirigida por Heidi Steinhardt | La sin cara



Por Lía Noguera
Foto: Gustavo Maggi

Perder un rostro, perder una mirada; ganar el rostro de otro. Reconquistar las miradas de los otros que nos habitan, que nos modifican, que nos constituyen. Enfrentar el desafío de saberse otro en un mismo cuerpo. Permitir el ingreso de lo exógeno en la propia carne que conocemos. Preguntarnos cuál es nuestra identidad, si aquello que primeramente nos etiqueta ante las miradas de los otros es nuestro propio rostro. ¿Cómo enfrentar el desafío de nuestra respuesta, si el espejo nos devuelve una imagen que no reconocemos, un rostro que en sí, pertenece a alguien que no somos? Porque si el cuerpo, si el rostro, es la primera frontera que nos separa de otros cuerpos, de otros rostros, ¿qué hacer si esa frontera habita en nuestra propia corporeidad? ¿Qué hacer cuando esta frontera de individuación se internaliza y marca la escisión entre lo que soy hoy y lo que fui ayer? Entre estos interrogantes se tejen los hilos de la obra de Diego Bagnera, Aún no consigo besar, bajo la dirección de Heidi Steinhardt y que se presenta en el Ópalo Teatro. Porque, y tal como la sintetiza el programa de mano: “Una noche Isabelle tomó pastillas ‘para olvidar´. Al despertar, se llevó un cigarrillo a la boca y se le caía. Se le caía una y otra vez porque sus labios no podían sostenerlo. Se miró al espejo y descubrió el horror. Su perra le había arrancado a dentelladas la parte inferior de su cara. ¿Qué sucedió aquella noche? ¿Quién es ella ahora? Habla por primera vez Isabelle, el primer ser humano a quien se le realizó un trasplante de rostro.”

Así, y a partir del discurso en primera persona, Isabelle relata su pasado e intenta reconstruir un presente que ella misma no puede enfrentar. Como metáfora de esta situación, los espectadores nos enfrentamos a esta narradora sentada de espaldas a su público, y que dialoga con su única ayudante y rival: su propia hija. A través de este diálogo entre madre e hija, que es intercalado con el discurso médico y el discurso de la prensa que intenta tener la primicia de los sucesos, se van develando los antecedentes que provocaron el atroz suceso que experimentó Isabelle. Sin embargo, y si bien el texto apela a la exacerbación de la palabra y la profundización psicológica de los personajes, la puesta economiza en todo recurso y artificio con el fin de privilegiar la voz. Tan solo unas pocas sillas, tan solo un acertado juego lumínico que se articula con la variación de los estados de Isabelle, son aquellos elementos que se presentan. En este sentido, la puesta gana en intimidad y en representar un estado de “confesión” constante, que al mejor estilo de un realismo psicológico, promueve los enfrentamientos con el fin de develar las grandes verdades del texto. Asimismo, es de destacar el trabajo de Estela Garelli en la piel sin rostro de Isabelle, puesto que la variación tonal, la intimidad del relato, las pausas, el tono casi llorado por momentos, como así también la puesta en palabra de su rabia y su desazón, dan como resultado un personaje acabado que gana en efectividad al momento de suprimir la distancia que se instala desde su cuerpo en escena constantemente de espaldas ante el público. Porque enfrentarnos, es enfrentar lo real de su condición humana. Es, a la vez, vencer los miedos que implican “salir” al mundo con un rostro del que aún no nos hacemos cargo; y sobre todo, abrazar la posibilidad de –en algún momento- volver a besar… 

“Aún no consigo besar” de Diego Bagnera. Adaptación, dirección y diseño de vestuario: Heidi Steinhardt. Con: Estela Garelli, Cristina Maresca, Florencia Naftulewicz, Ernesto Rowe, Mario Sala. Diseño de luces: Lucia Feijoó, Christian Gadea. Realización de escenografía: Mario Sala. Fotografía: Gustavo Maggi. Diseño gráfico: Ernesto Rowe. Asistencia de dirección: Paula Fanelli. Domingos 21 hs. El Ópalo, Junín 380. Entradas: $100.

22 de noviembre de 2013

TEATRO | "Proyecto Posadas" dirigida por Michelle Wejcman | Sobre la revolución


Por Lía Noguera

La pasión y el amor por la política que no sucumben ante cualquier tempestad. El ideal político comprometido; el nivel de renuncia ante las cotidianidades que alejan de los objetivos de la militancia setentista (como el amor, el casamiento, la familia), y sobre todo la camaradería y los lazos de hermandad política son los componentes que la última obra de Andrés Binetti, Proyecto Posadas, ponen en juego. Bajo la dirección de Michelle Wejcman, la puesta tiene la particularidad de ser representada en una antigua peluquería y barbería del barrio de Caballito, La época, que fue declarada Museo histórico viviente allá por el año 2000. En este reducido espacio que respira historia, cargado de fotos, objetos antiguos, elementos de peluquería vintage y con una extraescena en la cual los curiosos del barrio de manera casual y azarosa aportan significación a lo que sucede en la escena, los espectadores disfrutamos de los dos actos que conforman la obra. 

Si en un primer acto se pone el acento en las conformaciones identitarias que se inscriben en torno al posadismo en la Argentina de los años 70, “una corriente política minoritaria que supo entrecruzar en el acto racional, al marxismo con un acto de fe; y a la existencia de la vida interplanetaria con un devenir comunista, entendiéndola como una sociedad evolucionada” (tal como lo indica el programa); en el segundo acto los espectadores nos enfrentamos a “lo que queda” en la actualidad de esa misma pasión política y cómo es leída (o más bien, des-leída) por el arte. Porque, en esta segunda parte, un grupo de estudiantes de cine – un tanto frívolos, un tanto snobs- deciden realizar un corto para un trabajo práctico de la facultad, y para ello acuden a una representante del movimiento posadista con el fin de filmar un documental sobre los movimientos políticos de los 70´. Pero entre incongruencias y desaciertos que ponen en evidencia el nivel de inexperiencia de estos estudiantes, a la vez que exhiben su grado de superficialidad y “descompromiso” político y artístico, el documental queda trunco. 

Así, con actuaciones contundentes y un preciso trabajo espacial por parte de los actores (dato no menor si tenemos en cuenta los pocos metros del espacio escenográfico en esta antigua Barbería) debidamente delineado por la dirección de Wejcman, Proyecto Posadas propone una mirada sobre las experiencias y las pasiones revolucionarias, pero sobre todo, lo que queda de ellas. Mediante el segundo acto de la obra, y con ese intento fallido por parte de estos jóvenes en ser “cineastas”, entendemos que “lo que queda”, es la ironía: “un cierto estilo pasional que no renuncia al escándalo, la introspección lírica, la certeza de que la libertad del Otro es inalienable pero que eso se soporta hablando de amor sólo de vez en cuando”, como dijo María Moreno, en la revista Fin de Siglo en 1989.

 “Proyecto Posadas” de Andrés Binetti. Dirección: Michelle Wejcman. Con María Eugenia Álvarez, Malala González, David Ledezma, Fabián Caero, Geraldine Lapiduz y Natalia Bavestrello. Vestuario: Ana Algranati y Celina Barbieri. Viernes 21 hs. Barbería La Época, Guayaquil 877. Finaliza 22/11/2013. Reservas: 153 175 1592.

19 de noviembre de 2013

MÚSICA | "Las canciones" de Tantanian y Penelas | Comedia de pasiones


Por Lía Noguera


El amor desolado, el amor abandonado. El amor perdido, el amor engañado. El amor vivido, el amor que nos quedó. El amor que no dimos, el amor pasional. El amor que trasciende y el amor trascendental. Pero sobre todo, el amor que desgarra y que quizá no se vuelva a repetir. Así lo afirma la poeta uruguaya Idea Villariño, en la voz de Alejandro Tantanian en su último espectáculo musical Las canciones: “Ya no estás/en un día futuro./No sabré dónde vives/ con quién/ ni si te acuerdas. /No me abrazarás nunca/ como esa noche/ nunca./ No volverá a tocarte./ No te veré morir.”

Mediante un “recorrido ecléctico sobre ciertas pasiones musicales”, tal el subtítulo del espectáculo que Tantanian y Diego Penelas ponen en escena en Clásica y Moderna, los espectadores atravesamos esos vaivenes de amor y desamor que calan en lo más profundo (muy profundo). Pero sin caer en falso dramatismo, y si bien se conjuga lo melodramático y lo sentimental como procedimientos de la puesta, la parodia a esos procedimientos se hace presente, como así también la cita al café concert, para dar como resultado una propuesta que podría sintetizarse como “la comedia de nuestras propias pasiones”. Así, y con el fin de desdramatizar nuestras pequeñas tragedias cotidianas, la dupla Penelas- Tantanian apuesta por la mixtura de poéticas, que abarca tanto al tango, la comedia musical, el pop latino, la balada, la opera, como así también las propias canciones que se desplegaran en la obra Los sensuales (2008) del mismo Tantanian. 

En este derrotero pasional, que constantemente es intervenido por el humor y la ironía del cantante, dramaturgo, actor y director, el canto se vuelve el lugar de catarsis y exorcismo. Pero este sentimiento se intensifica puesto que las nuevas versiones de estos clásicos musicales logran desmitificar esas solemnidades y el resultado es una risa liberadora. Porque después de tanto sufrir por amor, “quizás esta vez, voy a tener suerte” (Maybe this time de Kander – Ebb de la comedia musical Cabaret). O más a “lo latino”, y como grita Gloria Trevi en el cuerpo y voz de Tantanian: “Y me solté el cabello, me vestí de reina, / me puse tacones, me pinte bien bella /Y camine hacia la puerta te escuche gritarme/ pero tus cadenas ya no pueden pararme..... /Y mire la noche y ya no era oscura /era de lentejuelas...” (por las estrellas, nos aclara irónicamente). 

Al final, y “con la mano pequeña diciéndonos adiós” (letra de Ricardo Arjona pero popularizada por Ricky Martin), Penelas y Tantanian nos despiden y nos dejan -por suerte- sin el sabor amargo del amor, sino todo lo contrario: su costado más paródico que hace que nos riamos de nosotros mismos.

"Las canciones" con Diego Penelas, Alejandro Tantanian. Músico: Diego Penelas. Asistencia general: Ernesto Donegana. Arreglos musicales: Diego Penelas. Director musical: Diego Penelas. Dirección general: Alejandro Tantanián. Domingo 20.30 hs. Clásica y Moderna, Callao 892. Entrada: $ 80. Hasta el 24/11/2013.

9 de octubre de 2013

TEATRO | "Fauna" de Romina Paula | Sobrevivir lo otro, sobrevivir al otro



Por Lía Noguera

Luego del éxito de sus dos primeras obras Algo de ruido hace (2007) y El tiempo todo entero (2010), Romina Paula vuelve a la escena porteña junto a su compañía El Silencio para presentar Fauna.

En esta obra, Paula pone en escena la vida de una mítica escritora del litoral argentino, quien fuera una gran lectora, escritora, y bastante transgresora para su época. Así la vida de esta mujer llamada Fauna -que se vestía de hombre y se hacía llamar Fauno para poder participar de los salones literarios- se vuelve material narrable, pero a modo de excusa para poner en el tapete un tema que parece preocupar a la escena local actual: la relación entre arte y realidad. Ante una contemporaneidad atravesada por las múltiples imágenes mediáticas; una sociedad que ha producido y sigue produciendo cada vez más relatos ficcionales y en esa producción se encuentra el subtexto de la capacidad del arte como lugar de resistencia política y social, la pregunta hoy parecería decir: ¿Qué es mejor? ¿Vivir en lo real o vivir a través de la ficción?  

En el caso de Fauna una actriz y un director de cine se adentran en el litoral, en las tierras de Horacio Quiroga, para filmar una película basada en la vida de Fauna/Fauno. Pero al reconstruir ese pasado, esas experiencias de vida atravesadas por lo literario revividas a partir de la voz de sus hijos, la vida de estos artistas se modificará y reconfigurará nuevos sujetos, nuevas emociones, nuevas realidades, nuevos territorios que rompen con lo conocido hasta ese momento. Porque a medida que avanzan los ensayos del filme, se comienzan a desnudar las pasiones, los miedos, las dudas, los sueños, el sexo, la sexualidad, los roles socialmente codificados, y sobre todo, el amor que atraviesa a estos cuatro personajes. Pero el resultado de esta experiencia no será más que la activación de infinitas preguntas que no siempre tendrán una respuesta. 

Ante un espacio despojado, en el cual la potencialidad de los cuerpos en escena y el poder de la palabra son más que suficientes para la concreción de la fábula; la obra de Paula se inicia con el recitado de los versos del poema “Experiencia de la muerte” de Rainer Maria Rilke, que en boca de Gamboa dice: “Nosotros seguimos actuando. Lo aprendido con sangre y sudor/ Declamando y gestos, de vez en cuando/ Suprimiendo; pero tu ser, alejado de nosotros, / Apartado de nuestra obra puede/ A veces sobrevenirnos, como la conciencia/ Desprendiéndose de aquella realidad/ De modo que por un rato somos arrojados/ A actuar la vida, no buscando aprobación.” El recitado culmina y comienza la puesta en abismo de la tensión entre lo que quedará de la ficción y lo que quedará de la realidad. En ese derrotero Fauna hallará sus principales aciertos, que no sólo son producto de un acertado texto sino, sobre todo, de la efectividad de la actuación de los cuatro actores. Así, texto, actuación, dirección y espacio escenográfico se vuelven una sola materia significante que parecieran ponerse al servicio de una idea: sobrevivir lo otro, sobrevivir al otro. Traspasar el estado del ensueño, el estado de lo ficcional, para vivir aquello que no nos animamos. Dejar a tras lo imposible y atrevernos a ser aquello que nunca fuimos… 

“Fauna de Romina Paula. Con Esteban Bigliardi, Rafael Ferro, Pilar Gamboa, Susana Pampín. Escenografía: Alicia Leloutre, Matías Sendón. Iluminación: Matías Sendón. Asistencia de dirección: Ramiro Bailiarini. Domingos 17 y 19.30 hs. Sábados 22 hs. Espacio Callejón, Humahuaca 3759. Entrada: $90. Hasta el 10 de noviembre.

21 de agosto de 2013

TEATRO | "El cadáver de un recuerdo enterrado vivo" de Sergio Boris | La oficina como limbo


Por Lía Noguera

El amor que no se va. El amor que retorna. El amor que transgrede toda frontera, incluso la de una oficina de La Paternal, en la cual tanto su dueño como sus empleados han quedado detenidos en una especie de limbo debido a la muerte -seis meses atrás- de la dueña de la empresa y esposa de su actual director: Arismundi. Esta pérdida se vive como un final: Arismundi no logra tomar las riendas y sus empleados se hunden en el descontrol, la abulia y la incertidumbre. Porque la difunta no sólo lideraba el ámbito laboral sino que también era una guía espiritual para estos empleados, a punto tal que había escrito un manifiesto de los deberes del oficinista. Así, el amor como pérdida pero también como motor que cala en el centro de la escena de la puesta de Sergio Boris, El cadáver de un recuerdo enterrado vivo, para dejar en evidencia los hilos artificiales que sostienen nuestra paradigmática cotidianidad. 

La obra fue concebida como proyecto de graduación de los alumnos del IUNA (Instituto Nacional Universitario de Arte) y desde el año 2011 se ha presentando en distintos espacios teatrales. Rescata todos los condimentos de mundo administrativo (tan típicamente kafkianos) que el director de la puesta los retoma con el fin de representar el caos del universo que se sintetiza en un espacio burocrático y en una relación cuasi escandalosa: la de Arismundi con su difunta esposa. Sin embargo, esa relación no aparece sola en escena. El conjunto de numerosos personajes que se inscribe en el escenario funciona como un catalizador de las diferentes expresiones de ese mundo caótico y en constante peligro de estallar. De esta manera, y apelando a la parodia y concibiendo momentos humorísticos que refieren al espacio en decadencia en el cual se trabaja, y destacando los clichés del “espacio oficinístico”, la puesta gana en efectividad tanto en lo discursivo como en lo actoral. Los diecisiete actores de la obra mantienen un equilibrado trabajo y articulan un clima de constantes tensiones en el cual se privilegia la palabra y el cuerpo en acción. 

El recuerdo, pero también la escritura (representada por “el manifiesto del oficinista” realizado por la difunta), se presentan como un lugar de resistencia pero no sólo sentimental, sino sobre todo, política y estética. Una metáfora que apela a señalar el lugar complejo y paradigmático en el que hoy se halla el hombre ante una sociedad que presenta más incertidumbres que certezas. Un recuerdo que nos ancla a un pasado como forma de no asumir un presente en crisis. Un recuerdo vivo, un recuerdo que aún es carne y se hace carne, porque olvidarlo significa el fin de la propia existencia…

"El cadáver de un recuerdo enterrado vivo" de Sergio Boris. Con: Estefania Alfieri, Luciana Calarota, Ivana Carapezza, Facundo Cardosi, Luciana Cruz, Eugenia Fernandez Lemos, Lucila Gomez Vaccaro, Mariana Jaime, Marité Molina, Constanza Raffaeta, María Belén Ribelli, César Riveros, Luciana Serio, Facundo Suarez, Gema Tocino y Cecilia Wierzba. Vestuario: María Emilia Tambutti. Escenografía: Ariel Vaccaro. Diseño de luces: Verónica Alcoba, Fernando Chacoma. Asistencia de dirección: Adrián Silver. Sábados, 23 horas. Machado Teatro, Antonio Machado 617. Entrada: $50, $35.

7 de julio de 2013

TEATRO | "Dirán que fue la noche" de Alfredo Martín | Insomnio de mujer


Por Lía Noguera

Tarde de domingo en San Telmo. Las calles colmadas de músicos callejeros, bailarines, tiendas de diseño, antigüedades, turistas y locales que recorren cada rincón y superpueblan el espacio con alegría y entusiasmo. Pero en un pequeño pasaje de ese mismo barrio, el Giuffra, la calma se condensa e ingresamos al teatro la  Scala  de San Telmo, una antigua casona en la cual el bullicio del entorno se hace ausente. Allí, una mujer en vela, interpretada por Malala González, nos espera y nos brinda, al modo de Las mil y una noches, un universo de poesías y canciones, que acompañadas por su pianista, Gustavo Twardy, retardan la llegada del día. Pero también, demoran el encuentro con lo que uno desea ser porque aún no se anima. Así, la última puesta de Alfredo Martín, Dirán que fue la noche,  propone un juego en el cual el universo femenino acude y se constituye no sólo a partir de una voz y un cuerpo (el de la cantante y actriz), sino sobre todo, por la presentación y representación de un cuerpo textual que liga la literatura femenina rioplatense del siglo XX: Ibarbourou, Gastaldi, Bordelois, Di Georgio, Storni, Thenon, Pizarnik, Ocampo, entre otras. 

Así, este juego de voces escritas y la voz que las enuncia se propone como un derrotero en el cual se muestran angustias, pasiones, amores no correspondidos y correspondidos, que se relatan en el tiempo que dura una noche de insomnio, cuando la operadora telefónica indique las 03:47 de la madrugada y luego, y a modo de cierre del relato, marque las 7.47 de la mañana.  

Durante esas horas, nos enfrentamos a un despliegue de belleza que se consolida por la ligazón entre actuación, canto y música. Los tonos de la actriz/ cantante, su gestualidad, el vestuario apropiado y el trabajo lumínico permiten generar un espacio en el cual la soledad se conjuga con la posibilidad de su superación, con la creencia de que mañana, esto, puede ser mejor. Y por eso, sosteniendo esta idea escuchamos hacia el final las palabras de Silvina Ocampo, en boca de González: "Qué ángel te librará de la tristeza y te despertará un precioso día/ sin memoria de lo que te afligía/ y te dirá al oído: 'Escucha y cesa tus llantos (…)'. Y llega el día, queda atrás la noche. Esa noche que nos dijo tantas cosas, que nos envolvió en un mundo de ensueño y belleza para revelarnos la posibilidad de esperanza en lo pequeños y simples actos cotidianos…

Dirán que fue la noche de Alfredo Martín. Con Malala González (actriz/cantante) y Gustavo Twardy (piano). Música original: Gustavo Twardy. Escenografía: Alejandro Alonso. Iluminación: Alejandro Alonso y Alfredo Martín. Operador de luces: Silvana Fernández. Vestuario: Ana Revello. La Scala de San Telmo, Pasaje Giuffra 371. Domingos, 18 hs. Entrada: $60/$40.

3 de julio de 2013

FORMACIÓN | El 8 de julio cierra la inscripción para los talleres de RCh en Córdoba



La revista cultural Ruleta China propone una Semana de Formación Intensiva en artes escénicas, cine, letras y comunicación, dictada por integrantes de la publicación que realizarán talleres y cursos de corta duración en la ciudad de Córdoba. Será desde el 15 hasta el 20 de julio en Dalmacio Cultural, Av. Vélez Sársfield 837.

Dentro del área de Artes Escénicas, el curso Nuevas formas de realismo en el teatro argentino actual (1999- 2012) revisa al realismo, dominante en el panorama del teatro argentino, en la obra de algunos teatristas que se apropian de sus aspectos canónicos pero innovan, ya sea desde la dramaturgia o desde el juego con los espacios u otros elementos visuales que eligen sobre el escenario. Tal es el caso de Claudio Tolcachir, Luciano Suardi, Santiago Loza, Andrés Binetti, Andrés Lifschitz y Mariano Saba, quienes serán objeto de análisis del presente curso.

En Letras y Comunicación, el taller de Periodismo Digital abordará las características de la comunicación digital, las fuentes de información en Internet, la hipertextualidad, la narración multimedia, los principales sistemas de publicación, el papel que cumplen las redes sociales en la labor periodística y se realizará una introducción a la curaduría de contenidos digitales. Mientras que, el Taller de Análisis de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual brindará los elementos para conocer las posibilidades que tienen los nuevos medios para desarrollarse, a partir de la nueva ley. Se verán los antecedentes, la fundamentación, el marco regulatorio, el alcance, la implementación y el acceso de licencias y contenidos que postula la normativa vigente.

Finalmente, en el área de Cine, el taller de Análisis de Film propone además de herramientas para el análisis y la crítica cinematográfica, un repaso por la historia del cine:  se conocerán las características de los cines denominados "clásico", "moderno" y "posmoderno". Además se trabajará en la escritura de textos crítico- analíticos sobre tres películas entregadas a los participantes al inicio del curso: El Plomero (1979) de Peter Weir, Todos ríeron (1981) de Peter Bogdanovich (foto) y Nubes Pasajeras (1996) de Aki Kaurismaki. En la última clase se leerán y discutirán los textos producidos a partir de esos films.


Cupos limitados 
1) Reservá tu lugar hasta el 8 de julio a ruletachina@gmail.com
2) Del 10 al 12 de julio, confirmá tu participación abonando el 50% del costo total del curso que se cancela el primer día de clases
3) Se entregarán certificados


26 de junio de 2013

TEATRO | "Tus deseos en fragmentos" dirigida por Marcelo Velázquez | El coleccionista de recuerdos


Por Lía Noguera

“Estoy sumergido en mi propio museo... hoy tienen suerte, la exposición está abierta, pueden recorrer los salones donde los cuadros ya están colgados, las esculturas hechas, las inscripciones en los muros. El álbum en movimiento de mi cerebro. Hay salas prohibidas, otras ya demolidas... unas que no deseamos visitar”. Así dice uno de los personajes de la obra del teatrista chileno Ramón Griffero, Tus deseos en fragmentos, estrenada en Chile en 2003 y que diez años después se presenta en Buenos Aires bajo la dirección de Marcelo Velázquez. Una obra fragmentaria, como su título lo anuncia, que nos invita a recorrer los restos de una vida que ha amado, ha deseado, ha sufrido, ha sentido, en definitiva ha vivido todo el amor y todo el dolor para volverse hoy-desde el discurso de un presente en crisis- una Muestra desgarrada. 

La idea de museo y deshecho recorre toda esta puesta, que desde una perspectiva benjaminiana, propone una rearticulación del pasado y la experiencia proponiendo una actitud activa frente a la Historia, pero también frente a las historias. Porque los microrelatos que transita Tus deseos en fragmentos no son más que piezas seleccionadas de un cerebro que decide contarla, presentarla y representarla. Así, y des-cosificando la imagen eterna y estática que sugiere la idea de museo, y a pesar de que los relatos de los cinco personajes se enuncien desde ese mismo espacio, la obra de Griffero juega a buscar la verdad en el montón de basura, en los harapos, en los escombros. En esta propuesta, la cristalización de la historia se desvanece, y nos encontramos ante sujetos activos que actualizan su pasado. En esa acción, el museo deviene en colección, en una selección individual que permite acercar al espectador a lo cotidiano y devuelve el carácter vital de los objetos y de las historias que se narran. En este sentido, más que museificar la historia individual, se pretende proponerla como una colección de imágenes efímeras, sólo sujetables en el tiempo del discurso ficcional.

Asimismo, es interesante cómo esta idea conductora entre lo fragmentario y lo coleccionable, se sostiene en la dirección de Velázquez. La selección del espacio escenográfico casi despojado que se articula con un dispositivo fílmico que proyecta las imágenes de un pasado y de un presente, permite la intensificación de las múltiples voces que sostienen el discurso teatral. Apelando al entrecruzamiento entre espacio mostrado y cuerpos presentes, la puesta alcanza un dinamismo que es central para los contenidos de las historias que se cuentan. Así, relato y acción producen un cruce ideal que es sostenido por el interesante trabajo del elenco binacional (argentino-chileno) que interpretan la obra. 

Ya desde el texto, ya desde la dirección, desde el vestuario precisamente pensado y que sostiene la idea de fragmentariedad, como también el trabajo lumínico, Tus deseos en fragmentos apela a la descentralización de voces, cuerpos y discursos. Eso sí, armonizando los componentes que integran los retazos de las diversas pulsiones que se ponen en escena. Un muy interesante trabajo que no sólo nos permite acercarnos a la dramaturgia chilena, sino también resignificar nuestro lugar en la propia historia…

"Tus deseos en fragmentos" de Ramón Griffero. Dirección: Marcelo Velázquez. Con Marité Molina, Constanza Raffaeta, Manuel Reyes Montes, César Riveros, Leandro Rosenbaum. Vestuario: Lara Sol Gaudini. Escenografía: Gabriela Quintana. Iluminación: Miguel Solowej. Maquillaje: María Julia Prut. Diseño de arte: Gabriela Quintana. Audiovisuales: Juan Solmonese. Música original: Javier Barría. Asistencia de escenografía: Carina Gavalda. Asistencia de dirección: Christian Di Desidero. Viernes 21 hs. Del Borde Espacio Teatral, Chile 630. Entrada: $ 70, $ 50.