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19 de marzo de 2014

TEATRO | "Aún no consigo besar" dirigida por Heidi Steinhardt | La sin cara



Por Lía Noguera
Foto: Gustavo Maggi

Perder un rostro, perder una mirada; ganar el rostro de otro. Reconquistar las miradas de los otros que nos habitan, que nos modifican, que nos constituyen. Enfrentar el desafío de saberse otro en un mismo cuerpo. Permitir el ingreso de lo exógeno en la propia carne que conocemos. Preguntarnos cuál es nuestra identidad, si aquello que primeramente nos etiqueta ante las miradas de los otros es nuestro propio rostro. ¿Cómo enfrentar el desafío de nuestra respuesta, si el espejo nos devuelve una imagen que no reconocemos, un rostro que en sí, pertenece a alguien que no somos? Porque si el cuerpo, si el rostro, es la primera frontera que nos separa de otros cuerpos, de otros rostros, ¿qué hacer si esa frontera habita en nuestra propia corporeidad? ¿Qué hacer cuando esta frontera de individuación se internaliza y marca la escisión entre lo que soy hoy y lo que fui ayer? Entre estos interrogantes se tejen los hilos de la obra de Diego Bagnera, Aún no consigo besar, bajo la dirección de Heidi Steinhardt y que se presenta en el Ópalo Teatro. Porque, y tal como la sintetiza el programa de mano: “Una noche Isabelle tomó pastillas ‘para olvidar´. Al despertar, se llevó un cigarrillo a la boca y se le caía. Se le caía una y otra vez porque sus labios no podían sostenerlo. Se miró al espejo y descubrió el horror. Su perra le había arrancado a dentelladas la parte inferior de su cara. ¿Qué sucedió aquella noche? ¿Quién es ella ahora? Habla por primera vez Isabelle, el primer ser humano a quien se le realizó un trasplante de rostro.”

Así, y a partir del discurso en primera persona, Isabelle relata su pasado e intenta reconstruir un presente que ella misma no puede enfrentar. Como metáfora de esta situación, los espectadores nos enfrentamos a esta narradora sentada de espaldas a su público, y que dialoga con su única ayudante y rival: su propia hija. A través de este diálogo entre madre e hija, que es intercalado con el discurso médico y el discurso de la prensa que intenta tener la primicia de los sucesos, se van develando los antecedentes que provocaron el atroz suceso que experimentó Isabelle. Sin embargo, y si bien el texto apela a la exacerbación de la palabra y la profundización psicológica de los personajes, la puesta economiza en todo recurso y artificio con el fin de privilegiar la voz. Tan solo unas pocas sillas, tan solo un acertado juego lumínico que se articula con la variación de los estados de Isabelle, son aquellos elementos que se presentan. En este sentido, la puesta gana en intimidad y en representar un estado de “confesión” constante, que al mejor estilo de un realismo psicológico, promueve los enfrentamientos con el fin de develar las grandes verdades del texto. Asimismo, es de destacar el trabajo de Estela Garelli en la piel sin rostro de Isabelle, puesto que la variación tonal, la intimidad del relato, las pausas, el tono casi llorado por momentos, como así también la puesta en palabra de su rabia y su desazón, dan como resultado un personaje acabado que gana en efectividad al momento de suprimir la distancia que se instala desde su cuerpo en escena constantemente de espaldas ante el público. Porque enfrentarnos, es enfrentar lo real de su condición humana. Es, a la vez, vencer los miedos que implican “salir” al mundo con un rostro del que aún no nos hacemos cargo; y sobre todo, abrazar la posibilidad de –en algún momento- volver a besar… 

“Aún no consigo besar” de Diego Bagnera. Adaptación, dirección y diseño de vestuario: Heidi Steinhardt. Con: Estela Garelli, Cristina Maresca, Florencia Naftulewicz, Ernesto Rowe, Mario Sala. Diseño de luces: Lucia Feijoó, Christian Gadea. Realización de escenografía: Mario Sala. Fotografía: Gustavo Maggi. Diseño gráfico: Ernesto Rowe. Asistencia de dirección: Paula Fanelli. Domingos 21 hs. El Ópalo, Junín 380. Entradas: $100.