Dos para criar al gurí
por Cecilia Perna
No es difícil de imaginar, la plena catástrofe: la expansión del hielo, la extensión del frío, la desaparición de todo lo viviente. Pero un poquito antes, sobre el filo de la disolución absoluta, dos mujeres, un barco y un cuchillo se abren paso a la deriva, para intentar salvar el último brotecito, de la desolación completa.
Lo adorable es, en este caso, que nada de esto sucede en New York, que no está proyectado en pantalla gigante, ni ningún Roland Emmerich lo dirige. Lo adorable es (fue) haber transitado esta historia entre la dulce voz real de las actrices y el sonido a corriente suave de un arpa, en una sala repletísima de gente el día que la directora y escritora de la obra, Maruja Bustamante, cumplía años.
Lo bello, lo suave, lo más porá de todo era sentirse instalada en una especie de intimidad cotidiana que, sin embargo, sostenía los cuerpos en ese estado de excepción que consigue generar, cada vez, el teatro. Era ver esa catástrofe de importación en prototipos, transformada a unos tonos bien imaginables litoraleños, a unas mujeres maestras o almaceneras, a unos olores y sabores y palabras y rutinas que todos podemos reconocer como propios.
Pero como propios y no. Porque la gracias del desarme, estaba también en repreguntarse por eso que es lo propio. Ya no rascacielos newyorkinos pero tampoco nieblas tristes del Riachuelo, sino el espejo ancho del Paraná, como lugar en blanco (blanco como un ‘blank’, me gustaría decir) donde volver a construir, con humor y con dulzura, con cuidado casi de madre, un mundo al borde de la muerte.
Una gringa redonda y asustada, una polaca salvaje y curtida por afuera. Una vaca lumínica, mutante de pez o perro de agua y un río porá porá que se desliza suave en la musiquita del arpa, hacia un destino antiguo de ombligo, Córdoba, piedras duras y altas a las que abrazarse como a un mojón de vida para encontrarse con el resto de la gente. Un brote de amor que salvar flotando en el cuerpo y la sonrisa del Santo, que todo lo sobrevuela, tramando y haciendo trampas como el gato de Cheshire. Paraná Porá. Muy pero muy Porá. Porque, como dijo Bretón al final de su Nadja: la belleza se da toda de golpe, o no se da.
* Esta sección rescata el material que fue publicado en www.ruletachina.com, de 2007 a 2010, y que por ahora no existe en ningún otro lugar de la red. Esta reseña salió publicada en oportunidad del estreno de la obra que entonces era protagonizada por Valeria Lois (su rol hoy está a cargo de Iride Mockert) y Monina Bonelli.
"Paraná Porá" de Maruja Bustamante. Con Monina Bonelli, Iride Mockert. Música: Sonia Alvarez. Escenografía: a77. Objetos: Carolina Villacorta. Maquillaje: Srta Bimbo Godoy. Diseño de vestuario: Candelaria Aaset. Diseño de luces: Javier Casielles. Asistencia artística: Gael Policano Rossi. Asistencia general: Nicolás Capeluto. Producción: Monina Bonelli, Nicolás Capeluto. Puesta en escena: Maruja Bustamante. Dirección de actores: Maria Urtubey. Martes 21 hs. El extranjero, Valentín Gómez 3378. Entradas: $120. Hasta el 29 de julio de 2015.