Por Florencia Fangi Boggia
Antes de ver la obra sabía que estas cosas existían y que incluso había algunos funcionando en La Plata. Se los llama “glory holes” y consisten en agujeros en las paredes de los prostíbulos, donde el cliente introduce su pene y es satisfecho por alguien del otro lado de la medianera. Ni vista ni tacto, placer inmediato y sin mediar con nadie. Van a lo que fueron y se retiran. ¿Y del otro lado, qué?
La Pecera invita a espiar la otra parte de ese muro, donde hay tres chicas que ni se imaginan el engaño al que fueron sometidas. Porque lo que les dijeron fue que afuera una pandemia se esparcía extinguiendo a la humanidad, y ellas eran las elegidas para repoblar la Tierra. La violencia psicológica es tremenda: las “heroínas de la raza”, en realidad todos los días son drogadas con anticonceptivos y doblegadas a estar quietas, calladas y sonrientes porque “el stress causa infertilidad”.
El escenario combina un ascensor -a través del cual les llega comida y elementos necesarios para su higiene-, una cama, un pequeño cuarto de aseo; y allá atrás, el cubículo de inseminación. Todo esto, detrás de una estructura en forma de ojo de pez que hace las veces de espejo del FBI por donde el observado no puede ver pero el observador no pierde detalle. El público las verá comer, dormir, ir al baño como si fuera un Dios de laboratorio o una especie de Gran Hermano, que se divierte mirando jugar a sus ratitas todo el día en su prisión acrílica.
Con texto y dirección de Alejandro Roa, La Pecera deja varios baches en la puesta para que los encargados de conectarlos sean los espectadores. Combina baile y charlas superficiales en una realidad desgarradora, que traspasa la pared de vidrio por medio de la complicidad y el gran manejo corporal de las actrices.
“La pecera”, de Alejandro Roa. Con Ayelén Avanthay, Cecilia García Moreno y Yanina Costa. Asistencia de Dirección: Julián Povea Díaz. Escenografía e iluminación: Diseño creativo Gato Rojo. Vestuario: El Silo, compañía teatral. Diseño de maquillaje: Alejandra Díaz. Producción General: Carola Parra. Sábados, 20 hs. Teatro La Nave, Lavalle 3636. Entrada: $60. Hasta el 7 de diciembre.
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