28 de junio de 2013

TEATRO | "Tierra del Fuego" dirigida por Daniel Marcove | Un grito sordo de paz


Por Alejandro Dramis

Tierra del fuego es un sueño de paz, y como tal, una añoranza remota y casi imposible de alcanzar. También es la otredad, lo inaprensible o el aire puro que quizá no permita que el olor a pólvora se instale definitivamente como fragancia de lo cotidiano. Es el silencio que invita a la reflexión y al pensamiento libre, alejándolo del sometimiento de las sirenas y las patrullas de frontera que merodean junto a los puestos de control y arresto. Tierra del Fuego es y será muchas cosas; como la cara oculta del espejo, que se contrapone y se diferencia radicalmente de ese lado del mundo, el de la violencia y el terror que experimentaron y experimentan aún hoy los protagonistas de Tierra del Fuego.

Inspirada en un hecho real que tuvo lugar en la ciudad de Londres en 1978, la obra se inicia veintidós años después de un atentado perpetrado en nombre de la liberación de Palestina y de la expulsión de las tropas israelíes de sus tierras. De tal infortunio, Yael Alón, ex-azafata israelí y ahora militante por la paz en el conflicto israelí-palestino, salió herida de bala en uno de sus brazos, y su mejor amiga resultó asesinada. Hoy, a pesar de una total falta de apoyo y comprensión por parte de su familia y allegados, Yael decide visitar en una cárcel londinense al sobreviviente ejecutor de aquel atentado, el palestino Hasan Elfawzi.

A través del diálogo y de la persistencia de la memoria, los dos protagonistas recorren los argumentos de los principales intereses y motivaciones que mantienen a sus pueblos en permanente guerra, las injusticias vividas a diario y la opresión como parte de un conflicto del cual resulta cada vez más difícil visualizar su pacificación. Movilizada por la sencilla aunque compleja pregunta del "¿Por qué?", Yael decide sacrificar su vida con el objetivo de intentar comprender las razones que mantienen en vigencia un conflicto que se agrava con el paso del tiempo y se profundiza con las heridas cada vez más abiertas de sus víctimas.

Con brillantes actuaciones de todo el elenco, junto a un texto impecable y una excelente puesta en escena que hace convivir diferentes tiempos y escenarios en un mismo y muy dinámico espacio, la obra fluye libremente durante 80 minutos y navega sobre los interrogantes necesarios acerca de la conquista de la paz y su impedimento absurdo, la guerra. Además, ahonda en la locura permanente y la violencia cotidiana en tanto modos institucionalizados de relación y operación entre ambos países y, sobre todo, discurre de manera certera acerca del odio y el amor, no solo como un tópico recurrente en el propio conflicto de Gaza, sino también en un intento por arrojar un manto de reflexión y claridad en el empleo de tales sentimientos y emociones, que se presentan como herramientas de construcción y destrucción de nuestra cotidianeidad.

Tierra del Fuego es una utopía, un grito sordo de paz. Una luz de esperanza que quizá algún día atestigüe la mutación de lo utópico a una concreción de justicia, de la tragedia habitual a un lejano episodio histórico, y del negociado bélico imperialista a una vivencia de libertad irrestricta.

“Tierra del Fuego” de Mario Diament. Dirección: Daniel Marcove. Con Alejandra Darín, Miguel Jordán, Ricardo Merkin, Pepe Monje, Elena Petraglia, Juan Carlos Ricci. Vestuario: Daniela Taiana. Escenografía: Tito Egurza. Música original: Sergio Vainikoff.  Asistencia de Producción: Daniela Laprea, Henry Rosales. Asistencia de dirección: Iardena Stilman. Producción ejecutiva: Pablo Silva. Sábados y domingos, 20 hs. El Tinglado, Mario Bravo 948. Entrada: $120.

26 de junio de 2013

TEATRO | "Tus deseos en fragmentos" dirigida por Marcelo Velázquez | El coleccionista de recuerdos


Por Lía Noguera

“Estoy sumergido en mi propio museo... hoy tienen suerte, la exposición está abierta, pueden recorrer los salones donde los cuadros ya están colgados, las esculturas hechas, las inscripciones en los muros. El álbum en movimiento de mi cerebro. Hay salas prohibidas, otras ya demolidas... unas que no deseamos visitar”. Así dice uno de los personajes de la obra del teatrista chileno Ramón Griffero, Tus deseos en fragmentos, estrenada en Chile en 2003 y que diez años después se presenta en Buenos Aires bajo la dirección de Marcelo Velázquez. Una obra fragmentaria, como su título lo anuncia, que nos invita a recorrer los restos de una vida que ha amado, ha deseado, ha sufrido, ha sentido, en definitiva ha vivido todo el amor y todo el dolor para volverse hoy-desde el discurso de un presente en crisis- una Muestra desgarrada. 

La idea de museo y deshecho recorre toda esta puesta, que desde una perspectiva benjaminiana, propone una rearticulación del pasado y la experiencia proponiendo una actitud activa frente a la Historia, pero también frente a las historias. Porque los microrelatos que transita Tus deseos en fragmentos no son más que piezas seleccionadas de un cerebro que decide contarla, presentarla y representarla. Así, y des-cosificando la imagen eterna y estática que sugiere la idea de museo, y a pesar de que los relatos de los cinco personajes se enuncien desde ese mismo espacio, la obra de Griffero juega a buscar la verdad en el montón de basura, en los harapos, en los escombros. En esta propuesta, la cristalización de la historia se desvanece, y nos encontramos ante sujetos activos que actualizan su pasado. En esa acción, el museo deviene en colección, en una selección individual que permite acercar al espectador a lo cotidiano y devuelve el carácter vital de los objetos y de las historias que se narran. En este sentido, más que museificar la historia individual, se pretende proponerla como una colección de imágenes efímeras, sólo sujetables en el tiempo del discurso ficcional.

Asimismo, es interesante cómo esta idea conductora entre lo fragmentario y lo coleccionable, se sostiene en la dirección de Velázquez. La selección del espacio escenográfico casi despojado que se articula con un dispositivo fílmico que proyecta las imágenes de un pasado y de un presente, permite la intensificación de las múltiples voces que sostienen el discurso teatral. Apelando al entrecruzamiento entre espacio mostrado y cuerpos presentes, la puesta alcanza un dinamismo que es central para los contenidos de las historias que se cuentan. Así, relato y acción producen un cruce ideal que es sostenido por el interesante trabajo del elenco binacional (argentino-chileno) que interpretan la obra. 

Ya desde el texto, ya desde la dirección, desde el vestuario precisamente pensado y que sostiene la idea de fragmentariedad, como también el trabajo lumínico, Tus deseos en fragmentos apela a la descentralización de voces, cuerpos y discursos. Eso sí, armonizando los componentes que integran los retazos de las diversas pulsiones que se ponen en escena. Un muy interesante trabajo que no sólo nos permite acercarnos a la dramaturgia chilena, sino también resignificar nuestro lugar en la propia historia…

"Tus deseos en fragmentos" de Ramón Griffero. Dirección: Marcelo Velázquez. Con Marité Molina, Constanza Raffaeta, Manuel Reyes Montes, César Riveros, Leandro Rosenbaum. Vestuario: Lara Sol Gaudini. Escenografía: Gabriela Quintana. Iluminación: Miguel Solowej. Maquillaje: María Julia Prut. Diseño de arte: Gabriela Quintana. Audiovisuales: Juan Solmonese. Música original: Javier Barría. Asistencia de escenografía: Carina Gavalda. Asistencia de dirección: Christian Di Desidero. Viernes 21 hs. Del Borde Espacio Teatral, Chile 630. Entrada: $ 70, $ 50. 

24 de junio de 2013

TEATRO | "Niña con cara de jirafa" de Natalia C. Casielles | El jardín de las Alicias

Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.

Juan Gelman

Por Gonzalo Marina

Pasamos demasiado tiempo siendo adultos. Otras vivencias, como las de la infancia, quedan eclipsadas por formalidades y rutinas. De vez en cuando echamos luz sobre esos momentos mediante fotos, anécdotas, juguetes polvorientos o la historia de Alicia en el país de las maravillas. Las vivencias de Lewis Carroll con diferentes niñas fueron el origen del relato e inspiración de la mágica Niña con cara de jirafa. La obra de Natalia Carmen Casielles demuestra que algunas fantasías pueden teñirse de dolor.

Mientras cruzamos por debajo de unos banderines de colores para llegar a nuestros asientos, escuchamos un reloj y varias campanas. Tras un largo apagón aparece sólo ella, la niña, con una cajita musical para relatarnos su historia con él. Un amigo de su padre, Charles, que le narra cuentos y saca fotos. Pero no sólo a ella, también a otras niñas de azúcar. Incluso su boca le dolía por dar muchos besos, especialmente a Alicia. La protagonista teme que él no la quiera cuando sea mayor; incluso duda de su identidad: si es una muñeca (aunque puede hablar), si juegan con ella o tal vez escucha los relatos de Alicia, que es real, pero ella tal vez no. Todo lo padece en una edad en la que se escucha sin saber entender.

Si bien la obra se estructura en un monólogo, sería más preciso decir que hay dos protagonistas en escena. Por un lado, gracias al magnífico trabajo de la actriz Sol Tester podemos vislumbrar a ese interlocutor ausente. Lo vemos tanto en su corporalidad como en el ejercicio de la voz. Pero sobre todo nos transmite emociones, cada alegría y cada rechazo es palpable. Por otro lado está el enorme baúl. Entre sus compartimentos hay escondites, escaleras, instrumentos musicales, luces de colores, latas-megáfonos, libros, etc. Tester maneja a la perfección un mueble lleno de sorpresas como el mismo Charles Lutwidge Dodgson, alias de Lewis Carroll.

La obra incluye varias de sus facetas. Un diácono caracterizado por la ambigüedad, rasgo opuesto a la estructura victoriana. A las hijas de sus colegas les sacaba fotos, paseaban en barco, las deslumbraba con tesoros, como las cajas de música, hasta que alcanzaban la adolescencia. ¿Se puede apreciar la pieza sin conocer estos datos biográficos? Por supuesto. El espectáculo es inmensamente rico en recursos y creatividad. Los objetos tienen un papel central. Los libros que la actriz se tira encima la llenan de hojas y brillantina. Baila con una muñeca de luz. En un pasaje increíble tira piedras que al caer suavemente parecen lágrimas, pero luego las estrella con rencor. Por momentos se proyectan sombras enormes o colores penetrantes.

El mundo del escritor inglés también fue recreado por Javier Daulte con una visión absurda en Martha Stutz. La película Descubriendo el país de nunca jamás aborda otro universo literario pero con lazos similares entre niños y adultos. El título Niña con cara de jirafa remarca lo difícil que es el vínculo entre esas dos etapas. La niña pone cara larga de jirafa, una tristeza escondida tras una bella imagen.

“Niña con cara de jirafa” de Natalia Carmen Casielles. Actúa: Sol Tester. Diseño de vestuario: Gustavo Alderete. Diseño de escenografía: Marilú Carbó. Diseño de luces: Javier Casielles. Diseño sonoro: Pedro Donnerstag.  Asistencia de escenografía: Rodrigo Pascual. Asistencia de dirección: Sol Pittau. Producción: El Color De Las Jirafas. Sábados, 21 hs. Abasto Social Club, Yatay 666. Entrada: $60, $45.

19 de junio de 2013

TV | "Utopía" de Dennis Kelly por Channel 4 | Para dejarse acabar los ojos



Por Ignacio Braña Gabiassi

André Breton suponía que el ojo en estado virgen es deseo en estado puro. Pero la experiencia de mirar ha sido controlada, manipulada, pervertida, prefigurada. Entonces en este  multiuniverso de series actual, ¿Qué ver? ¿Cómo orientar la mirada? ¿Cómo liberar el deseo?

Utopía no libera la mirada, la domina, pero convierte los ojos en órganos genitales, o sea, puro deseo. La serie inglesa lo logra desde el primer plano. Hipercolor: entendiendo los colores como una paleta extra de adjetivos (como el historietista Chris Ware), no como mera saturación pop. Nos sumerge en una especie de sueño lúcido conspirativo, agarrando de los pelos al Thomas Pynchon de La subasta del lote 49 (por breve y lineal) para pasearlo por los barrios decentes del prime time ingles. Sí, eso, solo seis capítulos de conspiranoia desplegable, como mil patadas voladoras, todas directas a la corteza cerebral, precisas y quirúrgicas (porque operan sobre eso que llamamos cultura pop, claro). Cuatro desangelados digitales, Ian, un empleado informático; Wilson, un “real freak” paranoide; Becky, una estudiante de posgrado, y Grant un chico problema de 11 años, mancomunados en la santa web por el manuscrito de culto del título, sin vislumbrar el futuro oscuro que se esconde detrás de él. Hay también un secretario de un ministro y una chica rutera escapando de todo y todos (oh, Jessica, espero que vuelvas) pero esto hay que verlo. Dejarse acabar los ojos.

El ruido y la furia

Una de las claves de la serie, más allá de la trama que no es lo más relevante ni innovador, es la utilización de los sonidos. Por un lado la banda sonora original, creada por el músico Cristóbal Tapia de Veer, perfecta y quemadora, como pasta base, digna de convertirse en un santo y seña de futuras sociedades secretas, y vital para crear el marco perfecto de muchas escenas (la secuencia del título con el conejo fuera de la tienda de cómics  es un hermoso ejemplo) e intensificar la propuesta. 

Por otro lado la creación del asesino/villano perfecto, rol que el actor Neil Maskell trasforma en algo superador. Panza, campera corta, mirada vacía, cercano al ridículo asesino que encarnó Javier Bardem en Sin lugar para los débiles, pero con resultados proporcionalmente opuestos. Pura muerte. La clave es la construcción en base a dos sonidos impactantes: el tic tac de una cajita de confites y la mejor respiración (¿artificial?) desde Darth Vader. La muerte que avanza y se anuncia. Implacable e imparable.

Claro que todo villano que aspire a un lugar sagrado necesita una frase burbuja, que estalle en la cabeza del espectador y deje una cicatriz pop: ¿Dónde está Jessica Hyde?

Y así acelera Utopía consciente (más que canchera) de lo que quiere contar, evitando la cita, la pose, lo perverso potable, los finales miserables (no Tarantino, no Boyle, no Lynch, no J. J. Abrams!), siendo por sobre todas las cosas, una serie peronista: cumple y dignifica.

“Tú te escondes; ellos buscan”, “El arco iris de gravedad”, Thomas Pynchon (gracias, siempre).

18 de junio de 2013

FORMACIÓN | Una Semana de Formación Intensiva con Ruleta China



La revista cultural Ruleta China propone una semana de capacitación intensiva en artes escénicas, cine, letras y comunicación, dictada por integrantes de la publicación que realizarán talleres y cursos de corta duración. Esta semana se llevará a cabo del 15 al 20 de julio de 2013 en la ciudad de Córdoba (Argentina), en Dalmacio Cultural, Av. Vélez Sársfield 837. Toda la información sobre los cursos y talleres aquí.