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31 de marzo de 2015

ENTREVISTA | Marina Sarmiento | "Lejos", y "la respiración como hecho performático crudo, feroz"



Por Eugenia Guevara

Lejos es una obra en la que la danza, el teatro, la performance; el movimiento, la voz, el sonido y la respiración se conjugan en el cuerpo de una actriz, la genial Florencia Bergallo, quien trabajó algunos años con la directora, Marina Sarmiento, en este proyecto. La actriz condensa/acoge en su cuerpo, como si estuviera poseída, todo aquello que lo ha transitado debido a su condición de actriz, pero también todo aquello que el cuerpo ha portado generacionalmente, proveniente del pasado remoto y el pasado cercano. Lejos no es una obra fácil. El espectador es interpelado. La incomodidad, la tensión, el despliegue de lo extremo y la entrega de la actriz (personalmente desde el esfuerzo físico de los adultos en El Adolescente de Federico León, no había presenciado un fenómeno así), harán que cada uno viva la experiencia de la obra de manera diferente.
Sobre su génesis, sus procedimientos, sus posibles sentidos y sus claves, habló la directora y también sobre algún tópico, la protagonista.   

¿Cómo fue el proceso de creación con la actriz Florencia Bergallo y la fotógrafa Mariana Roveda?  

Comencé este proceso con Florencia en 2012. Yo venía desarrollando la idea desde  años antes. Mi interés era trabajar con una actriz, por el entrenamiento emocional al que arriban más fácilmente los actores. Pensé que sería más acertado potenciar esa capacidad y yo entrenarla físicamente. Fuimos a Brasil un mes a hacer una especie de auto-retiro para sentar las bases del proyecto. Leímos, ensayamos y nos encontramos con el trabajo de Vera Mantero, una coreógrafa de Portugal muy interesante. Entrenamos con ella y a partir de este tiempo compartido se desarrolló la investigación en 2013 y parte de 2014. El proceso tenía tres motivaciones como ejes de búsqueda: cuerpo, memoria y representación. Es por ello que a partir del texto (del inicio) como puro pasado, quise realizar un trabajo visual - fotográfico sobre las “ficciones” de Florencia y convoqué a Mariana Roveda. 

Por el hecho de que las tres sean contemporáneas, ¿Lejos puede pensarse como el resultado de un sentir/vivir/manifestar generacional?

Considero que sí, lo pienso como un momento generacional. Según el tiempo, ese sentir-manifestar se irá actualizando y se producen diálogos posibles y diferentes según el cambio de discursos, de perspectiva - percepción. Pienso en mi generación nacida a fines de los 70, y claro, tenemos otra carga, una historia con momentos más o menos difusos que los nacidos 10 años después.

Está clara la relación de Lejos con la danza y el teatro, ¿consideras que también tiene una relación con la performance?

Sí, ese límite entre los tres me interesa personalmente como creadora. El hecho de poner el foco en respirar en este caso es lo más performático de la obra, pues no sé sabe qué sonido, qué respiración traerá cada función… si bien hay un procedimiento entrenado, hay algo azaroso que solo sucede a través del tiempo y la acción. Eso creo que es lo que más incomodidad genera y es un hecho performático crudo, feroz pues la respiración es un pulso vivo que no tiene fin mientras estamos acá y esa conciencia es clave para Lejos

¿Cómo funciona la respiración como lenguaje? ¿Qué posibilidades permite ? 

Desde el primer ensayo el material que quise trabajar fue la respiración. 
Quizá la respiración como dispositivo escénico quiere expresar otra cosa y no sólo personificar ficciones o convocar memorias físicas, es un acto vivo que transforma el cuerpo partiendo de un pasado y una memoria construida para hacer presente un estado que va más allá. 
"Creyó no tener rostro a costa de demasiada ficción, creyó ser una hoja en blanco" es lo que convoca a ella (la respiración) como acto de conciencia y a partir de ahí armar o desarmar pedazos en un cuerpo emocional y al límite...

¿Por qué en Lejos, la memoria o el pasado, no tienen lugar lo pacífico o lo bello? 

Marina: La asociación pasado con lo pacífico o bello o perturbador es una mirada posible sobre el trabajo. Yo lo único que podría aportar en ese sentido es que hablar de lo bello puede llevarnos horas y no ponernos de acuerdo. En cuanto a lo pacífico no está asociado a ello, pues la obra es densa, lo sé, y quizá el pasado que se recrea no es el más feliz, yo lo asocio con algo emocional, con la construcción de las imágenes que provienen del dolor, o mejor dicho del dolor callado.
En este sentido, la obra no tiene una línea de sentido, sino una posibilidad de lectura que depende del espectador que acompaña cada función. Lo digo también porque las devoluciones que he tenido de la obra han sido diversas, hay lecturas más simples y otras más complejas. Todas me interesan.

Florencia: Lejos no habla de la memoria en general porque sería muy ambicioso. Habla de una búsqueda, de traer memorias físicas lejanas a través de la respiración como vehículo. La conexión tan primaria con la respiración trae cuerpos, algunos signos ligados a lo "feo" y "malo" otros asociados a lo "estilizado" y aparentemente "bueno" pero no es en definitiva eso lo más interesante sino, en cómo meterse en lo primario de la respiración, habilita cuerpos que no son ni una cosa ni otra, son gritos, bocanadas, llantos, es la materia que se agita, puede ser lo bello de un parto y puede ser lo bello de una muerte como también puede convertirse en lo "terrible" en un signo reconocible de lo terrible.  
De algún modo nuestra intención es encontrar lo "bello", en este caso la respiración neta, a través de un despojo de cuerpos y subjetividades que generacionalmente cargan con una herencia. ¿Como sería hablar de la identidad sin pensar en el dolor? ¿Cómo sería trascender cierta cultura del dolor? En Lejos la idea es trascenderla o al menos dejar una clave al respecto.

Lejos forma parte de la “trilogía de solos”, ¿de qué se trata?

Lejos es la segunda obra de la trilogía con un motivo o pregunta en común: la relación presente-pasado. Cuando estrenaba Eir, la primera, en 2013, comenzaba a ensayar Lejos. Eir se inspira en Iris Scaccheri, bailarina y coreógrafa de los 60, 70. Y cuando estaba por estrenar Lejos, surgió Sarmiento, próxima obra que protagonizaré y estimo estrenar en un par de años. Por un lado es una continuidad del trabajo anterior y por otro, se presenta el doble desafío de pasar a estar en escena y de sintetizar una búsqueda personal, una especie de bio-ficción. En Sarmiento trabajaré con un icono popular y a su vez, con mi procedencia familiar. 

"Lejos" de Marina Sarmiento y Florencia Bergallo. Dirección: Marina Sarmiento. Fotos: Mariana Roveda. Asesoramiento dramatúrgico: Ezequiel Steinman. Diseño y realización de vestuario: Belén Parra. Luz: Brenda Bianco. Diseño y realización de dispositivos: Lucio Maselli y Ezequiel Colombo. Diseño sonoro y música: Ezequiel Abregú. Caracterizador en fotos: Néstor Burgos. Colaboración artística: Julieta Potenze. Producción: Cooperativa Lejos. Asistencia general: Micaela Moreno y Victoria Alcala. Asistencia de dirección: Micaela Moreno. Jueves, 21.30 hs. Teatro Beckett, Guardia Vieja 3556. Entrada: $100, $80. Hasta el 30/4/2015. 

25 de noviembre de 2014

LIBROS | "Luzazul" de Emilio García Wehbi | Poesía - Performance - Poesía


Por Cecilia Perna

Hay una vocación teatral en Sylvia Plath, cómo negarlo. No es sólo su conocido fanatismo por el teatro isabelino, o el modo en que, cada dos por tres, brota entre sus líneas un verso de forma shakespeariana, lo que hay es, claramente, una vocación de personaje en escena. Un yo transfigurado constantemente por las máscaras de la fantasía que desata su pulso, su ritmo, su lenguaje, haciendo de cada poema un pequeño teatro.

Es esta maravillosa peculiaridad de la poesía de Plath la que Emilio García Wehbi supo captar y trasladar (también en el sentido de traducir) a su obra Luzazul, ópera estrenada en el 2013, en el Centro de experimentación del Teatro Colón. La estructura de la obra está basada en el poema de Plath “Tres mujeres” en la que tres voces, a modo de monólogo, hablan de la experiencia de la maternidad, dando forma a todos los malestares que la cultura imprime sobre el cuerpo materno y de los que, habitualmente, no se habla. 

Este año, la editorial cordobesa, Ediciones DocumentA/Escénicas, publicó el libro Luzazul con el texto dramático de la ópera.  La edición, sumamente cuidada, con bellísimas fotos de la puesta en escena tomadas por Sebastián Arpesella, puede ser considerado un objeto de arte en sí mismo, que permite, en su lectura, una experiencia independiente -aún cuando íntimamente ligada- a la de la puesta en escena. 

Allí podemos ver cómo las tres voces del poema del Plath se transforman en tres camas, signo de la hospitalización: nacimiento, enfermedad o locura, experiencias singulares atravesadas por el molde discursivo de la institución médica, que determina los modos de entender todo aquello que acontece en un cuerpo y, particularmente, en un cuerpo de mujer. 

García Wehbi logra tejer una textualidad delicada y, como un copycat, haciendo uso de una suerte de instinto actoral, capta profundamente las imágenes plathianas, para traducirlas y transliterarlas, dejando la marca, en su escritura en lengua castellana, de las estelas imaginarias que sólo los poemas de Plath lograron construir y marcar en la lengua inglesa. 

Entre sus versos, no sólo están los mismos versos de Plath traducidos textualmente, sino también la insistencia de sus poderosas imágenes: lunas, cortes, globos y homúnculos, soplidos, cenizas y alianzas de boda, que cruzan la imaginería ritmada de los poemas. Pero también allí se cruzan y mezclan otras líneas: la de los grandes personajes femeninos de las tragedias, que unen la vida de Sylvia con la tradición teatral de la representación de las mujeres; la del modernismo latinoamericano que, ya desde el título, nos lleva a las marcas que otros grandes poetas, como Rubén Darío, han trazado sobre la lengua española y se ha continuado en el neobarroco a través del siglo XX.  
      
Luzazul es un delicado libro de poesía que devela la otra cara de una performance textual: la forma de su escritura. Es un rulo de ritmo encarnado en lenguaje que pasa de una voz escrita en el inglés de Plath a una nueva escritura en español para tres voces en escena y que, finalmente, en forma de poema escrito, vuelve al papel en este precioso libro-objeto que no debemos dejar escapar.

"Luzazul" de Emilio García Wehbi. Ediciones DocumentA/Escénicas, junio 2014. 116 páginas.