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18 de diciembre de 2015

THE END | El final del blog y las más leídas 2011-2015


Parece ser una ley natural. Todo termina. Ruleta China en versión blog también.

El proyecto tuvo hasta ahora dos etapas. Comenzó a fines de 2007 en el dominio www.ruletachina.com donde publicamos hasta el 2010, veintiséis números de una revista cultural mensual que intentó ser contra-agenda. Además, un libro que compila algunas de las entrevistas que les hicimos a grandes artistas - como Jodorowsky, Reygadas, Monti, Spregelburd, Dumont, Wallraff, Suzuki y Solondz, entre otros- editado por Doble Z anda por ahí como prueba.
En la primavera de 2011 - más que nada porque queríamos volver a mirar y a pensar el teatro - lanzamos el blog de reseñas, y más tarde, sumamos entrevistas. 

Ruleta China, el blog se termina sí, pero Ruleta China no. Nunca.  

Gracias por leernos y no dejen de seguirnos en Facebook que descansar, no descansamos nunca, por la cultura,‬ que lo atraviesa todo, tal como lo dijeron nuestros amigos de Birmingham.


Las más leídas de la etapa blog 2011-2015 fueron:

1. TEATRO | "El balcón" dirigida por Daniel Godoy | Santificada sea tu imagen
12 /07/ 2013 - Por Natalia Maya

2. ENTREVISTA | Humberto Bas | El hombre que empezó a escribir muy tarde
7 / 03 / 2013 - Por Mauricio Bertuzzi


3. TEATRO | "Los Opas (otro drama burgués)" de Daniel Dalmaroni | Chau, mamá
18 /04 /2012 - Por Sandra Ferreyra
 

4. LIBROS | "Cámara Gesell" de Guillermo Saccomanno | El hombre, lobo del hombre
25 /01 / 2013 - Por Sylvia Nadalin
 

 5. TEATRO | "Amar" de Alejandro Catalán | Soledad para seis
4 /06 / 2012- Por Eugenia Guevara

6. TEATRO | "Los días felices" dirigida por Lamberto Arévalo | Con la tierra al cuello
5 /06 / 2013 - Por Lía Noguera

7. TEATRO | "Las Prodigio" de Juan Gabriel Miño | Dos chicas complejas
4 /09 / 2013 - Por Gonzalo Marina

8.  TEATRO | "Todo lo demás no importa" de Andy Chacón Álvarez | Una delicia sonora
16 /08 / 2013 - Por Cecilia Perna


9.  CINE | "Un método peligroso" de David Cronenberg | Psiquis perturbadas

3 /03/ 2012 - Por Leonardo Maldonado


10. TEATRO | "Hernanito" de Alejandro Acobino | Cumbia evangelista, y de la buena
22 /05 / 2012 - Por Ximena Zabala


16 de julio de 2015

ENTREVISTA | Mariano Tenconi Blanco | "Futuro": Hablar de estética y no "de cuánto sale comprar un amplificador nuevo"


Por Eugenia Guevara 
Fotos de FuturoSebastián Arpesella

Como Mariano Tenconi Blanco, creador de Futuro, yo tampoco le dedico tiempo a “leer las noticias”, pero en algunos casos, estas saltan las barreras de los medios tradicionales y copan las redes sociales o las charlas cotidianas. Eso pasó con la famosa performance posporno que se realizó en la Facultad de Sociales de la UBA, que encendió por todas partes una especie de debate mezclado con la chanza en relación con lo “post”, un par de días antes del estreno de esta obra que problematiza, entre otros, este concepto teórico.

A partir de un texto dramático muy bien construido con una estructura que alterna entre el concierto de rock y los actos teatrales; esto es, ensayos, encuentros y actuaciones de The fiction, una banda de “rock artie” neoyorkina integrada por cuatro chicas en 1999, Futuro habla de estética, de pulsión creadora, de futuro y de pasado, de pastiche y cita pero también de originalidad, de realidad y ficción, con un dinamismo que no se detiene hasta el final. María Canale, Violeta Castillo, Martina Juncadella y Manuela Vecino tocan y cantan muy bien, cada una instala con su voz una atmósfera y un clima diferente, todos poderosos y excitantes, enmarcados por proyecciones. Y las canciones, compuestas por Ian Shifres, son geniales. Las queremos en un soundtrack. 


Fanática del rock y el teatro y la combinación que puede darse entre ambos, desde Decidí canción de Gustavo Tarrío que no veía algo tan interesante e inspirador a la vez. Además, en aquella, los actores cantaban canciones que sabíamos todos. Acá, insisto, son canciones nuevas, hechas por y para Futuro. Música, interpretación e ideas hicieron que quisiéramos entrevistar a Mariano Tenconi Blanco - creador de algunos sucesos del teatro independiente como La Fiera, en la que también la música tenía peso fundamental - para que nos contara más.

¿Cómo fue el proceso de trabajo en el tiempo? Es decir, ¿en qué orden se dieron: escritura del texto, composición musical, selección de actrices, puesta, ensayo, etc.?

La idea me venía dando vueltas en la cabeza hace tiempo, seguramente desde marzo o abril de 2014. Leí sobre el tema y tomaba notas. Formalmente escribí el texto entre septiembre y noviembre de 2014. Entre octubre y marzo Ian (Shifres) compuso las canciones. Las actrices las fuimos eligiendo desde, más o menos, octubre. Yo conocía a María Canale, me gusta mucho como actúa y como toca. Entonces ella fue la primera elegida. Ella me contó que Martina Juncadella, otra actriz que me gusta mucho, tocaba. Luego ellas dos nos recomendaron a Violeta Castillo, gran cantante y compositora que hace poco había debutado en cine (la película Las Plantas del chileno Roberto Doveris). Y por Violeta llegamos a Manuela Vecino. Ensayamos desde febrero hasta que estrenamos, a un ritmo tremendo: nunca menos de 5 veces por semana, ensayos de 3 o de 5 horas. Hubo que hacer una obra de teatro y armar una banda en pocos meses. Fue un trabajo enorme.

¿Por qué fines de los 90 y Nueva York?

Generalmente, cuando hacen una conferencia, por ejemplo, y reúnen a varios directores de teatro porteños/as, terminamos en una suerte de terapia de grupo, hablando de lo difícil que son las condiciones de producción. Si bien eso es cierto, siempre me lamento que no pueda hablarse de estética. Entonces yo quería que ellas, las cuatro rockeras, pudieran hablar de estética, y no de cuánto sale comprar un amplificador nuevo. Entonces me parecía que Nueva York, que cuatro rockeras en Nueva York, era un territorio lo suficientemente ficcionalizado como para poner la ficción ahí. A fines de los 90 porque están a las puertas del siglo XXI, literalmente. Y pensando en cómo será hacer arte en este nuevo siglo que, para ellas, empieza. A la manera borgeana, siendo un país periférico, no tenemos una tradición fuerte que nos guíe y podemos elegir en qué tradición plegarnos. Así, me parecía que perfectamente podía elegir NY en el 99, o Namibia en el 44, daba igual. O no.

Las canciones de Futuro podrían integrar un excelente disco en el panorama actual, ¿cómo trabajó Ian Shifres la música (a partir de qué, en qué se inspiró)?

Yo le pasé muchas referencias a Ian, sobre la música que me gustaba para esta banda, o que imaginaba que podía formar parte del universo de ellas. Asimismo, le escribí una crítica de ese disco, ese disco que todavía era inexistente. El tomó esas referencias y trabajó, y como es muy talentoso, creo la música increíble que se escucha en la obra. Algunas de las referencias: las bandas de la new wave neoyorquina y del mutant disco, el new pop y el synth pop, hip hop, Ariel Pink, Vampire Weekend, Arcade Fire, Crystal Castles; seguro muchas más.

Una parte fundamental del rock ha sido la teatralidad del vivo (algo bastante diluido ahora). ¿Cómo trabajaron ustedes el manejo de escenario? ¿Se inspiraron en algunas bandas, improvisaron en función de música y espacio, o cómo?

Trabajamos sobre algunas referencias que tuvieran que ver con la canción que queríamos trabajar. De todos modos, en muchas canciones tocan las cuatro entonces tampoco hay posibilidad de tanto despliegue físico en las canciones. Pero en las que se pudo lo trabajamos compartiendo referencias y armando pautas. Como trabajamos las escenas.

¿Las actrices sabían de música? ¿Cómo trabajaron interpretación teatral e interpretación musical? Porque pareciera que el énfasis estuvo puesto en lo musical.

Las cuatro son actrices y músicas. Ensayamos ambas cosas, muy duro. No hay un énfasis puesto en la música, no entiendo qué significa esa afirmación. Futuro es una obra de teatro. Como además tocan ocho canciones, el énfasis estuvo puesto en hacer una obra de teatro buenísima con canciones buenísimas. Nos interesaba que no pasara lo que suele suceder en las obras de teatro, que dicen que tocan y o nunca tocan o cuando tocan, lo hacen mal. Nosotros queríamos que fuese una banda de rock y que, cuando toquen, toquen genial. Estamos super contentos con el resultado.

Después de las presentaciones en el CCGSM, ¿qué sigue para Futuro?

Seguiremos en cartel. Todavía no sabemos desde cuándo, ni dónde.

 "Futuro" de y dirigida por Mariano Tenconi Blanco. Dirección musical y música original: Ian Shifres. Con María Canale, Martina Juncadella, Violeta Castillo, Manuela Vecino. Espacio: Carolina Castro, Mariano Tenconi Blanco. Iluminación: Matías Sendón. Vestuario: Pia Rey. Coreografía y diseño de movimientos: Carolina Borca. Video proyecciones: Santiago Brunati. Videos: Martín Cámpora, Micaela Freire. Entrenamiento musical: Martin Beckerman, Tomas Shifres Ulrich. Asistente de escena y técnico de sonido: Ariel Lippo. Asistente de dirección: Tomas Vio. Compañía: Teatro Futuro. Funciones: Jueves, viernes y sábado, 21 hs. Domingo, 20 hs. Última función, el domingo 2 de agosto también a las 21hs. Hasta el 2 de agosto. Entrada: $90. Entrada día popular: $70. Jueves y domingos. Sala Alberdi, El Cultural San Martín, Sarmiento 1551.

2 de julio de 2015

TEATRO | "La Pilarcita" de María Marull | Realismo interior



Por Eugenia Guevara
Foto: Sebastian Arpesella

Seguramente la estética realista sea la de mayor peso en el teatro argentino – al menos en el que se hace y se ha hecho en Buenos Aires - y obras como La Pilarcita de María Marull, que se presenta con gran éxito los viernes en El camarín de las musas, muestran uno de los caminos que aquella poderosa tradición recorre hoy. La acción transcurre en el patio, habitado por una pelopincho, un juego de jardín y unas ropas danzantes en la soga, de una casa en un pueblo de Corrientes. Pero en realidad, no es simplemente una casa, también es una especie de hotel, ya que hay una habitación que justo cuando la obra inicia acaba de ser ocupada por una mujer de Santa Fe, con un hombre mucho mayor que ella. Eso le cuenta Celina a Celeste, su amiga y colaboradora en el “hotel”. Los visitantes han llegado en la víspera de la jornada que inspira la pieza, el día de “la Pilarcita”, una santita milagrosa a la que hay que ofrendarle una muñeca para que de curso al deseo del creyente. 

La obra está construida a partir lo charlado: fundamentalmente por los personajes femeninos que no dudan en intimar pronto, abriéndose a la otra. En el caso de las amigas, esos relatos se construyen desde el conocimiento y la confianza; en el caso de Celeste y Selva, la huésped, que se harán confidentes y cómplices, desde la intuición y la necesidad. Por eso, y ya que lo hablado es todo, resulta muy preciso e interesante, al mismo tiempo relajado, el registro que se construye para cada personaje, lo que se refuerza con las interpretaciones. Lucía Montiel da vida a una molesta y chismosa -pero también cálida y franca- Celeste y es un poco alrededor de su personaje y el de Selva que se teje la trama. Como Selva, en el cuerpo de Luz Palazón, insegura y relegada, Celeste no tiene muy en claro qué es lo que quiere. Y Selva tampoco, solo sabe que quiere a Horacio, su compañero de viaje, y eso es lo que la ha sostenido desde hace muchos años. Completa el cuadro donde reinan la siesta y la noche, siempre el calor, Hernán (interpretado por el ascendente Julián Kartun), el hermano de Celina (Paula Grinszpan),  estudiante en la ciudad, de regreso para participar del concurso de Compuesto de la fiesta de la Pilarcita. El no hablará en serio casi nunca pero podrá cantar y contar con una guitarra que parece serle inextirpable. 

La Pilarcita de María Marull tiene puntos en común con Vuelve de Paula Marull, que María protagonizaba. Las hermanas mellizas que un diario porteño definió como "brillantes"  están creando una producción que dialoga intertextualmente con la de la otra. Ambas vienen a mostrar un realismo que por lo general está ausente de la cartelera del off de Buenos Aires: uno que instala temáticas muy comunes para los del "interior"; líneas narrativas que plantean la cuestión de ser ajeno en una ciudad, o de ser de un pueblo o de ciudad, o de la provincia o de la capital, de irse o de quedarse, de realizarse, cumplir sueños o abandonarlos, con el peso de la procedencia. Un realismo de las entrañas de la patria, específicamente del litoral, que se aleja del estereotipo y expone personajes verosímiles. En el caso de La Pilarcita se suma además el mérito de un minucioso trabajo realizado sobre el habla, tanto desde el texto, como desde la actuación.

La Pilarcita” de María Marull. Con Paula Grinszpan, Julián Kartun, Lucía Maciel, Luz Palazón. Vestuario: Jam Monti. Diseño de espacio: Jose Escobar, Alicia Leloutre. Asistencia de vestuario: Betina Andreose. Asistencia de dirección: Sofía Salvaggio. Producción: Natalia Di Cienzo. Dirección: María Marull. Viernes 21 hs. Camarín de las musas, Mario Bravo 960. Entrada: $130, $90.  

31 de marzo de 2015

ENTREVISTA | Marina Sarmiento | "Lejos", y "la respiración como hecho performático crudo, feroz"



Por Eugenia Guevara

Lejos es una obra en la que la danza, el teatro, la performance; el movimiento, la voz, el sonido y la respiración se conjugan en el cuerpo de una actriz, la genial Florencia Bergallo, quien trabajó algunos años con la directora, Marina Sarmiento, en este proyecto. La actriz condensa/acoge en su cuerpo, como si estuviera poseída, todo aquello que lo ha transitado debido a su condición de actriz, pero también todo aquello que el cuerpo ha portado generacionalmente, proveniente del pasado remoto y el pasado cercano. Lejos no es una obra fácil. El espectador es interpelado. La incomodidad, la tensión, el despliegue de lo extremo y la entrega de la actriz (personalmente desde el esfuerzo físico de los adultos en El Adolescente de Federico León, no había presenciado un fenómeno así), harán que cada uno viva la experiencia de la obra de manera diferente.
Sobre su génesis, sus procedimientos, sus posibles sentidos y sus claves, habló la directora y también sobre algún tópico, la protagonista.   

¿Cómo fue el proceso de creación con la actriz Florencia Bergallo y la fotógrafa Mariana Roveda?  

Comencé este proceso con Florencia en 2012. Yo venía desarrollando la idea desde  años antes. Mi interés era trabajar con una actriz, por el entrenamiento emocional al que arriban más fácilmente los actores. Pensé que sería más acertado potenciar esa capacidad y yo entrenarla físicamente. Fuimos a Brasil un mes a hacer una especie de auto-retiro para sentar las bases del proyecto. Leímos, ensayamos y nos encontramos con el trabajo de Vera Mantero, una coreógrafa de Portugal muy interesante. Entrenamos con ella y a partir de este tiempo compartido se desarrolló la investigación en 2013 y parte de 2014. El proceso tenía tres motivaciones como ejes de búsqueda: cuerpo, memoria y representación. Es por ello que a partir del texto (del inicio) como puro pasado, quise realizar un trabajo visual - fotográfico sobre las “ficciones” de Florencia y convoqué a Mariana Roveda. 

Por el hecho de que las tres sean contemporáneas, ¿Lejos puede pensarse como el resultado de un sentir/vivir/manifestar generacional?

Considero que sí, lo pienso como un momento generacional. Según el tiempo, ese sentir-manifestar se irá actualizando y se producen diálogos posibles y diferentes según el cambio de discursos, de perspectiva - percepción. Pienso en mi generación nacida a fines de los 70, y claro, tenemos otra carga, una historia con momentos más o menos difusos que los nacidos 10 años después.

Está clara la relación de Lejos con la danza y el teatro, ¿consideras que también tiene una relación con la performance?

Sí, ese límite entre los tres me interesa personalmente como creadora. El hecho de poner el foco en respirar en este caso es lo más performático de la obra, pues no sé sabe qué sonido, qué respiración traerá cada función… si bien hay un procedimiento entrenado, hay algo azaroso que solo sucede a través del tiempo y la acción. Eso creo que es lo que más incomodidad genera y es un hecho performático crudo, feroz pues la respiración es un pulso vivo que no tiene fin mientras estamos acá y esa conciencia es clave para Lejos

¿Cómo funciona la respiración como lenguaje? ¿Qué posibilidades permite ? 

Desde el primer ensayo el material que quise trabajar fue la respiración. 
Quizá la respiración como dispositivo escénico quiere expresar otra cosa y no sólo personificar ficciones o convocar memorias físicas, es un acto vivo que transforma el cuerpo partiendo de un pasado y una memoria construida para hacer presente un estado que va más allá. 
"Creyó no tener rostro a costa de demasiada ficción, creyó ser una hoja en blanco" es lo que convoca a ella (la respiración) como acto de conciencia y a partir de ahí armar o desarmar pedazos en un cuerpo emocional y al límite...

¿Por qué en Lejos, la memoria o el pasado, no tienen lugar lo pacífico o lo bello? 

Marina: La asociación pasado con lo pacífico o bello o perturbador es una mirada posible sobre el trabajo. Yo lo único que podría aportar en ese sentido es que hablar de lo bello puede llevarnos horas y no ponernos de acuerdo. En cuanto a lo pacífico no está asociado a ello, pues la obra es densa, lo sé, y quizá el pasado que se recrea no es el más feliz, yo lo asocio con algo emocional, con la construcción de las imágenes que provienen del dolor, o mejor dicho del dolor callado.
En este sentido, la obra no tiene una línea de sentido, sino una posibilidad de lectura que depende del espectador que acompaña cada función. Lo digo también porque las devoluciones que he tenido de la obra han sido diversas, hay lecturas más simples y otras más complejas. Todas me interesan.

Florencia: Lejos no habla de la memoria en general porque sería muy ambicioso. Habla de una búsqueda, de traer memorias físicas lejanas a través de la respiración como vehículo. La conexión tan primaria con la respiración trae cuerpos, algunos signos ligados a lo "feo" y "malo" otros asociados a lo "estilizado" y aparentemente "bueno" pero no es en definitiva eso lo más interesante sino, en cómo meterse en lo primario de la respiración, habilita cuerpos que no son ni una cosa ni otra, son gritos, bocanadas, llantos, es la materia que se agita, puede ser lo bello de un parto y puede ser lo bello de una muerte como también puede convertirse en lo "terrible" en un signo reconocible de lo terrible.  
De algún modo nuestra intención es encontrar lo "bello", en este caso la respiración neta, a través de un despojo de cuerpos y subjetividades que generacionalmente cargan con una herencia. ¿Como sería hablar de la identidad sin pensar en el dolor? ¿Cómo sería trascender cierta cultura del dolor? En Lejos la idea es trascenderla o al menos dejar una clave al respecto.

Lejos forma parte de la “trilogía de solos”, ¿de qué se trata?

Lejos es la segunda obra de la trilogía con un motivo o pregunta en común: la relación presente-pasado. Cuando estrenaba Eir, la primera, en 2013, comenzaba a ensayar Lejos. Eir se inspira en Iris Scaccheri, bailarina y coreógrafa de los 60, 70. Y cuando estaba por estrenar Lejos, surgió Sarmiento, próxima obra que protagonizaré y estimo estrenar en un par de años. Por un lado es una continuidad del trabajo anterior y por otro, se presenta el doble desafío de pasar a estar en escena y de sintetizar una búsqueda personal, una especie de bio-ficción. En Sarmiento trabajaré con un icono popular y a su vez, con mi procedencia familiar. 

"Lejos" de Marina Sarmiento y Florencia Bergallo. Dirección: Marina Sarmiento. Fotos: Mariana Roveda. Asesoramiento dramatúrgico: Ezequiel Steinman. Diseño y realización de vestuario: Belén Parra. Luz: Brenda Bianco. Diseño y realización de dispositivos: Lucio Maselli y Ezequiel Colombo. Diseño sonoro y música: Ezequiel Abregú. Caracterizador en fotos: Néstor Burgos. Colaboración artística: Julieta Potenze. Producción: Cooperativa Lejos. Asistencia general: Micaela Moreno y Victoria Alcala. Asistencia de dirección: Micaela Moreno. Jueves, 21.30 hs. Teatro Beckett, Guardia Vieja 3556. Entrada: $100, $80. Hasta el 30/4/2015. 

20 de febrero de 2015

CINE| "Birdman" (I) de Alejandro González Iñárritu | ¿De qué hablábamos cuando hablábamos de amor?


Por Eugenia Guevara


Los Óscar no me interesan. En general si es una de "los Oscar" prefiero no verla. Desde Danza con lobos (1990) me parecía que Óscar era igual a aburrimiento y pesada bajada de línea moral o ideológica. En el último intento, vi 40 minutos de Vivir al límite (2009), en los que fui tremendamente infeliz y lamenté muchísimo que la misma Kathryn Bigelow que había hecho algunas buenas películas en los 80 hubiera dirigido semejante basura. Era mala, aborrecible por su "mensaje", aburrida, fea y sin ningún brillo. La política internacional de Estados Unidos había devorado el talento, el glamour, las estrellas y la idea de felicidad a la que Hollywood nos había acostumbrado en sus mejores años.

Este año había cometido el error de ver Boyhood, una película menor que funda su supuesto valor en haber filmado/seguido al mismo actor mientras crecía (es decir, lo mismo que hizo Truffaut con Léaud - Doinel pero en vez de largar películas por cada etapa de la vida del protagonista, Linklater, el director, hizo una sola de la que todos dicen: "Oh rodó durante 12 años") y me amedrenté de seguir viendo películas del Óscar. Pero mi amiga Anne Cé. dedicó un día su columna en Eros de El País a la sexualidad masculina según Birdman. En su posteo en Facebook del artículo remarcaba que González Iñárritu, el famoso director mexicano de Amores perros, 21 gramos, Babel, que no le encantaba, la había seducido con Birdman. Y yo, tan desinteresada y desmotivada por las del Óscar; tan especialmente poco afecta a González Iñárritu también, pero tan intrigada por la sexualidad masculina, no pude menos que mirar la película vía Internet. 

Me sorprendió que Birdman me entretuviera, me emocionara y a veces me divirtiera. Me agotó de entrada la insistencia o la preocupación de Hollywood por la trascendencia, en relación con el éxito. Y también consideré que le sobraba al menos una media hora, alguna de las preview de la obra teatral que Riggan Thomson presenta en su debut en Broadway. Él ha sido un actor de Hollywood, famoso por haber interpretado al superhéroe Birdman en varias películas. Ahora, a los 60, adaptó el relato “De qué hablamos cuando hablamos de amor” de Raymond Carver para montar la obra homónima que dirige y protagoniza. 

Pero, asombrosamente, había cinco cosas que me parecían muy interesantes de Birdman. Primero, su relación intertextual con Noisses off (1992) de Peter Bogdanovich y Opening night (1977) de John Cassavetes. Es indudable: en una categoría genérica de películas sobre el teatro dentro del cine, Birdman sería una digna heredera de las dos. De ambas, tiene el alcohol y los pasillos y la neurosis/ narcisismo del teatro. Tiene algo del humor, del escepticismo, de los maravillosos actores de la industria de la primera (el más famoso Superman que existió, Christopher Reeve, es uno de los protagonistas) y algo de la cuestión de la existencia y de la crisis de la mediana edad  de la segunda. 


Segundo, los actores. Michael Keaton, por sólo ser él, plantea una rica relación extratextual con su más famoso Batman, el de Tim Burton. Edward Norton lánguido y con una belleza que se le acrecienta con los años (como a Di Caprio). Naomi Watts, hermosa e inmensa, como cuando nos la desplegó David Lynch. Y Emma Stone, si por ese lado vienen las nuevas generaciones, ¡está bien! 

Tercero, cómo está filmada y montada. Realmente uno se introduce en unos pasillos que son los del teatro y los de la cabeza de Riggan. Ritmo, movimiento y unas elipsis que comen horas y acentúan ese viaje de ensueño y angustia (avivado por una batería loca que logra meterse en nuestra piel), que no termina hasta que termina. Oh sí, alguna vez el cine de Hollywood puede mover la cámara, explotarla y decir algo más con ella que lo que está contando. Cuarto, la cuestión de la celebridad y la popularidad. Me hizo acordar bastante a la tesis de Targets (1968, otra vez Bogdanovich). En ella, Boris Karloff está preocupado por “dar miedo” a fines de los 60: se da cuenta de que ya está lejos de su época de gloria, el miedo ahora nace de la acción de un loco con un arma, perdido en el anonimato matando sin ton ni son. Bueno, en Birdman, lo que está en juego es la trascendencia a través del arte, pero en el enfrentamiento generacional que se da entre el protagonista y su hija por este tema, él y el espectador se preguntan: con la popularidad instantánea, efímera y masiva de las redes sociales y la viralidad, ¿qué es trascender hoy? Quinto, el amor ya no es posible, no sólo para los sesentones que están de vuelta, también para los jóvenes. Y acá, si bien Birdman no es la única película de los Oscar que plantea esta tesis (en Whiplash, el amor no es deseable ni necesario; en Boyhood, El gran hotel Budapest y La teoría del todo tiene fecha de vencimiento), es la más radical en esto, rompiendo desde el comienzo, una de las dos líneas principales de la narración clásica según las explicaba David Bordwell (la del romance), concentrándose sólo en una: el enorme esfuerzo que hace Riggan para cumplir su sueño de conquistar Broadway.

Quise verla en el cine. Lo hice cuando se estrenó. Me olvidé de la intertextualidad, la extratextualidad, la celebridad y me quedé con ese encadenamiento alocado y tenso de planos que son escenas, donde realidad y ficción dentro de la ficción se funden y con dos ideas: la primera, contradecía mi primera impresión. No es una película sobre la trascendencia, si no sobre la decadencia. Pensé mucho en Adiós a Las Vegas (1995), aunque en Birdman, el protagonista no se deja morir, es un superhéroe que actúa. La otra, me hizo volver al libro de Carver, uno de los primeros que me compré. En "De qué hablamos cuando hablamos de amor", cuento traspuesto en Birdman más de lo que podría suponerse, dos matrimonios toman ginebra. Ya han vivido, han amado, han dejado de amar y han conocido o vivido muchas historias de amor. La fundamental en la película, la historia de Ed, el hombre que se pega un tiro porque su mujer no lo quiere más, en el cuento de Carver es más patética. Ed se dispara, sobrevive tres días con una cabeza hinchada, como a punto de reventar, hasta que muere. Pensé entonces, cuánto de Carver tenía Birdman, con la diferencia de que aquellos matrimonios norteamericanos aún corrían la carrera del amor, a pesar de las caídas y los fantasmas; sin embargo, en la película de González Iñárritu el amor ya no existe como posibilidad, es cosa del pasado, como todo lo demás. 

18 de febrero de 2015

TEATRO | "La tercera posición" dirigida por Carla Maliandi | Política y arte en una noche amarga

Por Eugenia Guevara
Foto: Pablo García

Es la década del 50. El paradójico centro de la escena de La Tercera posición es un espacio exterior, en las afueras de Buenos Aires, campo privilegiado donde va a producirse la batalla ideológica - cultural - política, al comienzo deportiva, entre Ignacio e Irene. En el lugar hay una cancha de tenis y una especie de jardín o galería, con sillones y una mesita. El interior que nunca veremos pertenece a una residencia aristocrática en la que se lleva a cabo un simposio de arte, en el que Ignacio dará una conferencia. Ese interior sólo nos será mostrado en fragmentos, con imágenes proyectadas en el espacio escénico que dan cuenta de un momento crucial de la historia, que ha sido elidido de la acción teatral.

La obra encuentra a Ignacio con su asistente Irene en la previa a la conferencia, intentando lograr fluidez en un supuesto partido de tenis, deporte que sólo él conoce y que sólo a él le interesa jugar/ganar. Irene ejecuta sin ganas la actividad que forma parte de su trabajo  - aunque es evidente que no ha aprendido nada. Él ya ha escrito un discurso, que pretende desplegar frente a los asistentes, pero Irene lo ha desestimado y ha escrito otro nuevo, de buen nivel, ya que es conocedora del tema. Él duda, se pregunta y le pregunta si está segura que no tendrá problemas, si él conoce de lo que habla la disertación. Irene le dice que sí, que todo lo que ha de decir está perfectamente explicado en el texto

Pero Ignacio regresa de la conferencia encolerizado por lo que cree ha sido una traición de su asistente que lo ha puesto en ridículo frente a sus pares. Esa sensación - de haber sido utilizado para dar un mensaje ideológico que no termina de comprender, pero claramente lo crispa-, algunas palabras sospechosas y los gestos del auditorio frente a su exposición sobre arte lo han convencido. Por eso estalla la feroz pelea con Irene, en la que el texto dramático enfrenta dos discursos sobre la realidad, dos discursos encarnados en dos miembros de diferente clase y generación, de alguna manera, el discurso del dominante vs. el discurso del dominado, en un contexto en el que el gobierno peronista daba visibilidad a sectores sociales más vulnerables, los históricamente dominados. 

La obra crea su trama a partir de dos líneas: por un lado, la discusión político e ideológica, donde quizá el tema principal sea el rol del artista y de su obra frente a un cambio de paradigma histórico, y por el otro, la reconstrucción de la trágica muerte de un tercero cercano a ambos. Además hay otra idea que destaca o más bien permanece y cobra fuerza. Podría pensarse que, en la actitud de Irene, una joven que ha podido formarse, es lúcida y ha accedido a otros círculos sociales donde ha visto, lo que resta es el resentimiento. Sin embargo, no es esa la mejor palabra para describirla, si no la que el propio texto utiliza para ella: la amargura. 

La frase "la tercera posición" es la que más altera a Ignacio de la conferencia que ha dado. En el marco de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Perón llamó así a la posición ideológica argentina en el plano internacional, una posición que rechazaba tanto al liberalismo capitalista y al Estado totalitario porque considerada que en ambos modelos el hombre era un esclavo de la producción. En cambio, en la democracia social de la tercera posición, era un ser libre de desarrollar su capacidad creadora. Y algo de eso hay como corolario en esta obra, intensamente interpretada, la amargura de Irene puede sublimarse con su capacidad creadora, incapaz de hacer como los Ignacios que pueden existir con liviandad amparados en la seguridad que les da la clase o el dinero. 

"La tercera posición" de Carla Maliandi y Pablo García. Dirección: Carla Maliandi. Con Anahí Pankonin y Eduardo Iacono. Voz en off: Rafael Spregelburd. Escenografía: Fernanda Heras. Diseño y realización de vestuario: Fresco Vestuario. Diseño de luces: Facundo David. Asistencia de dirección: Pablo Spigardi. Jueves 21 hs. Camarín de las musas, Mario Bravo 960. Entrada: $120, $70. 

25 de enero de 2015

VINTAGE* | DISCOS | "Funeral" de Arcade Fire (2004)


Por Eugenia Guevara

Époustouflant / e. Esa extraña palabra fue la que me pareció escuchar que dijo el locutor excitado, al final de la presentación del grupo Arcade Fire en una radio de París (grabado en lo que se encuentra por allí bajo el nombre de Black Sessions). Busqué en el diccionario, no muy confiada de encontrar semejante palabra. Y ahí estaba, con su femenino y su masculino y su significado, casi obvio: asombroso, sorprendente.

Y precisamente esta palabra, adjetivo más bien, es la que mejor le combina a esta súper banda americano- canadiense, que se apareció a mis oídos en un momento de escepticismo con respecto al rock: no creía que tuviera alguna posibilidad de sana y fértil continuidad. Y es también esa palabra, la que sirve para definir la historia de la banda, y sobre todo, la de Funeral.

En junio de 2003, la abuela de Régine murió. En agosto, Win y Régine se casaron; en septiembre, Arcade Fire empezó a grabar éste, su álbum debut. En marzo de 2004, el abuelo de Win y Will murió; la tía de Richard Parry pasó a la eternidad en abril. En mayo, Arcade Fire estaba terminando el disco y firmando con Merge Records. Las muertes cercanas les recordaron a toda la gente querida que había muerto y decidieron llamar a este disco así.

Funeral tiene un optimismo contagioso, espeluznante, enérgico y energético. Las canciones ruedan, saltan y se detienen en remansos. Es un disco tan perfecto, que llena el espíritu, el ser o lo que sea, con emoción intensa construida de sonidos, voces femeninas y masculinas, acordeones, violines, flautas e instrumentos tradicionales del rock.

A veces, se me hace inevitable encontrarles familiaridad con Talking Heads. Me pasa con algunas canciones - como Neighborhood (Laika), Neighborhood (Power Out) y Rebellion (lies)- y a veces con la voz de Win, o más que su voz su manera de gritar armónicamente las letras. Pero hay otras canciones, que se distancian de todo lo escuchado y sólo son hijas auténticas de la familia Arcade Fire: la dulce Une Anée sans lumière,  la triste Crown of Love y la poderosa Wake Up.

Époustouflant / e. 

* Esta sección rescata el material que fue publicado en www.ruletachina.com, de 2007 a 2010, y que por ahora no existe en ningún otro lugar de la red. 

14 de enero de 2015

LIBROS | "Cuando fuimos grandes" de Hugo Salas | Siete cuentos


Por Eugenia Guevara


´¿Qué pasó cuando fuimos grandes? De alguna manera el libro de cuentos de Hugo Salas puede leerse como una respuesta a esa pregunta casi en forma de cronología desordenada. Siete cuentos muy diferentes crean universos particulares cargados de detalles al tiempo que arman otro universo mayor habitado por una multiplicidad de voces: hay una voz infantil, una que proyecta marcada por discursos e imágenes que atravesaron a una generación, la nacida durante los 70, como también hay una voz centenaria y sobre todo, hay voces adultas, jóvenes o maduras, tampoco es tan claro, voces que hablan sin pudor ni hipocresía y sobre todo con lucidez y sentido del humor de las relaciones humanas, del pasado y el presente. 

Lo primero que alegra de Cuando fuimos grandes es la capacidad de crear puntos de vista disímiles, algo que en la "joven" literatura argentina, donde el yo- autor absorbe y domina al yo-narrador, escasea. Incluso usando de manera predominante la primera persona. Como ejemplo, basten los extremos, en dos voces femeninas: en De fuerza mayor, una anciana de clase acomodada, que ya ha pasado los 100, cuenta la historia más oscura que vivió con los suyos, cuando eran jóvenes, en un barco. La historia más oscura y la más secreta. Recuerda a La aventura de Antonioni: el viaje, el barco, los burgueses, la impunidad, el juego, el aburrimiento, eso es evocado desde muy lejos en el tiempo y en el espacio por una mujer al borde la muerte. En ¿Qué quiero ser cuando sea grande? la voz es la de una niña de tercer grado, de una escuela de Santa Cruz, que escribe una composición sobre ese tema. Aquí es evidente el peso del imaginario construido alrededor del "desaparecido", pasado por el tamiz de la razón infantil. Un imaginario donde lo mítico, lo heroico, lo romántico, lo bello y lo cruel se mezclan en la creación de unos personajes novelescos y una historia culposa: la historia repetida por los discursos oficiales, literarios, cinematográficos, políticos, periodísticos, sobre el militante primero y el desaparecido después especialmente durante los primeros años de democracia. 

Finalmente, de este conjunto de textos encantadores, adoramos un par de cuentos sobre lo que podríamos llamar "disoluciones de pareja" o quizá "disoluciones amorosas" pero precisamente es el amor el que está en conflicto, si es que existe. Hay en ellos tal consciencia de lo que puede llegar a ser el "amor" y esa consciencia está expuesta de una manera tan descarnada que toca. Fatal, uno de los pocos relatos escritos en tercera persona, transcurre durante las vacaciones de una pareja en un lugar que se imagina paradisíaco, aunque sean muy pocos los instantes de ese viaje en los que ellos logren ser felices, o algo parecido. Muy bien contado, entretenido, con diálogos que fácilmente nos familiarizan con el "código" de la pareja, pinta en pocas escenas el esfuerzo que puede implicar el "amor". Algo así pasa con Las horas que pasan ya no vuelven más, con la diferencia de que en este mundo pareciera que sí hay un amor, uno sexual, posesivo y brusco, donde sin embargo también el deseo y la violencia pueden ser parte de una puesta en escena.  

"Cuando fuimos grandes", de Hugo Salas. Alción Editora. Septiembre 2014, 85 páginas.

31 de diciembre de 2014

CINE | "Adieu au langage" de Jean- Luc Godard | Un perro francés


“El punto de partida es sencillo. Una mujer casada y un hombre soltero se encuentran. Se aman, se pelean, llueven los golpes. Un perro vaga entre el campo y la ciudad. Las temporadas pasan. El hombre y la mujer se encuentran. El perro se encuentra entre ellos. El otro está dentro del uno. El uno está dentro del otro. Y son las tres personas. El ex marido lo rompe todo. Comienza una segunda película. Igual que la primera. Pero no. De la especie humana pasamos a la metáfora. Todo acabará en ladridos. Y gritos de bebé”. Jean Luc Godard   

Por Eugenia Guevara

La realidad: los que no tienen imaginación se refugian en ella. ¿Pero qué es la realidad? Jean Luc Godard, de 84 años recién cumplidos, decide que la mirada de Roxy Miéville, un perro, sea quien la defina en Adieu au langage, su última película, en 3 D, una película que puede pensarse como una especie de testamento de quien ha sido – y está claro, sigue siéndolo - el cineasta más revolucionario de la historia del cine, Eisenstein incluido.

Como afirma David Bordwell cuando intenta diseccionar la narración godardiana, la de sus obras más radicales (las de los 60), las películas del maestro se resisten a la comprensión narrativa y son esquivas en un nivel denotativo mientras sucumben de inmediato a lecturas de “alto nivel”. Exactamente eso pasa en Adieu au langage: se trata de un encuentro entre una mujer casada y un hombre, pero no es mucho más lo que podemos contar: esa es la historia y nadie mejor que Godard para hacerlo, como vemos en la cita de apertura. 


No narrativa, experimental (el maestro detalla en los créditos los diferentes formatos que utilizó para filmar la película), filosófica, innovadora, moderna, contestaria, Adieu au langage (juego de palabras también Ah Dieux, Oh langage) desde su título se impone como una toma de posición frente al mundo actual: adiós al lenguaje, al lenguaje que se articula en lengua y habla, pero también al lenguaje del cine que aquí se ve completamente subvertido, como es habitual en Godard. 

Dos cosas para remarcar de esta obra que admite infinidad de interpretaciones: primero, el uso que se le da a las 3 dimensiones, que muestran a la naturaleza y a la ciudad en sus manifestaciones mínimas y máximas. Imágenes tremendamente bellas - a veces muy reales, a veces distorsionadas - nos inundan: queremos tomar ese libro, tocar las hojas de esos árboles, correr con ese perro que chapotea en el agua, ladra, se desespera y sobre todo mira. Emociona. Sobre todo al pensar en el viejo marxista utilizando toda la parafernelia tecnológica para seguir haciendo películas que son la expresión más pura de su loca cabeza hiperreflexiva anti-todo que tanto queremos unos y tan poco disfrutan otros.

En segundo y para finalizar, es necesario volver una vez más sobre esa costumbre compulsiva de citar, aludir, evocar, que se ha sido metolodología y marca del cine de Godard y que por exacerbada fue definida por Jacques Rivette como "terrorismo intertextual".  Así, en esta película - herencia, quizá película -despedida del maestro, la cita lo inunda todo como él mismo lo dijo alguna vez: la cita al cine (la primera es un breve momento de Sólo los ángeles tienen alas de Howard Hawks), a la pintura, a la literatura, a la filosofía, al psicoanálisis y especialmente a Godard, al universo que creó con sus películas hace ya más de 50 años, el de las parejas reflexivas, el de las mujeres bellas e inteligentes de impermeable y flequillo que pueden matar (o costar la vida), el de la teatralidad, el de la lectura y la escritura, el de la pintura, el de la belleza, el del desencanto, el de lo efímero y lo casual, un universo eterno. 

"Adieu au langage" de Jean-Luc Godard. Francia, 2014, 70'.


29 de diciembre de 2014

RANKING ANUAL | Las 10 más leídas de 2014


Por Eugenia Guevara

En los siete años de actividad de Ruleta China nunca cubrimos exhaustivamente el BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) como vamos a hacerlo ahora. Un par de años porque no nos acreditaron; otros años, porque nos olvidamos de intentarlo o nos pareció inútil insistir para lograrlo. En esos años de incomunicación entre nosotros y el BAFICI, el núcleo duro del festival se mudó a Recoleta: un poco a los cines Village y otro poco al Centro Cultural y la verdad, es un entorno mucho más estimulante (por los árboles, el cementerio, los artesanos, los olores y los turistas) que su sede principal anterior, el Shopping del Abasto y zonas aledañas.
Se van a proyectar este año más de 400 películas. Por eso, proponemos una especie de mapeo en siete puntos para aportar ideas a la hora de armar una posible -o deseable- agenda del festival:...Seguir leyendo


2. TEATRO | "No inventes lo que no quieras que exista" dirigida por Agustín Pruzzo | Informe del cielo y el infierno


Por Lía Noguera

La experiencia es diferente. Desde la llegada a la recepción del mítico edificio Bencich, diseñado por el arquitecto francés Édouard Le Monnier en 1927, nos invade una extraña sensación, mezcla de desconcierto y desconfianza. Y allí, uno pocos elegidos esperamos que un señor nos conduzca por el ascensor rumbo a Estudios Caracol, en la cúpula de esta magnífica construcción y una vez arribados, ante la monumental vista que nos atrapa, ya no nos importa nada: ¿qué más podemos esperar ante tal paisaje, ante un cielo que sentimos tan cerca entre medio de numerosos edificios pintorescos y calles del microcentro porteño vacías? Pero sí, hay más por esperar, hay más por ver, escuchar y deleitarnos ya que una mujer gritando desde una ventana de la cúpula nos interpela y otra mujer nos conduce al interior del espacio del estudio Caracol en donde se desarrollará la obra No inventes lo que no quieras que exista, basada en textos de Silvina Ocampo e interpretada por Florencia Carreras. Seguir leyendo

3. BAFICI | "El Futuro" de Luis López Carrasco | Una película que hace feliz


Por Eugenia Guevara

Michelangelo Antonioni, que revolucionó al cine, le dijo a Godard en 1964: "quiero contar historias diferentes con medios diferentes". En esa frase pensé todo el tiempo mientras veía El futuro, la película española que para nosotros es candidata a ganar el BAFICI, y se me hizo mucho más presente cuando al final recordé el final de El eclipse, quizás la más bella y perfecta película de Antonioni. Ambas terminan sin los personajes, con una sucesión de planos fragmentarios de la ciudad. Al menos en El eclipse algunos de los escenarios se correspondían con los que Vittoria y Piero habían transitado. Además, sabíamos que ellos eran Vittoria y Piero, conocíamos la oficina de él, la mamá y el ex novio de ella, mientras que casi nada sabemos de los personajes de El futuro: no tienen nombre, son cuerpos y rostros hermosos, adornados y vestidos de manera fascinante; son energías, conductas y a lo mejor, si alcanzamos a escuchar algo de lo que dicen también son ideas, anécdotas, discusiones, banalidad, canción. Son jóvenes de fiesta en un departamento, en 1982, cuando el Partido Socialista y Felipe González habían ganado las elecciones en España. Seguir leyendo

4. TV | "Viudas e Hijos del Rock & Roll" por Telefé | Desesperados por el sexo


Por Leonardo Maldonado

Apenas Telefé comenzó a exhibir en horario central Viudas e Hijos del rock & roll, la nueva tira de Underground, la productora de Sebastián Ortega, las comparaciones con el éxito alcanzado por Graduados hace dos años fueron inevitables. Otra vez la narración de un encuentro entre una pareja que pisa los cuarenta, la puesta en escena de una serie interminable de flashbacks de un pasado adolescente tan idílico como conflictivo, nuevamente el tono nostálgico de una época perdida y el eje puesto en la música como integradora de ambas etapas. Lo único que parece haber cambiado es la época: los 90 reemplazan aquí a los 80. No obstante, hay un signo que la diferencia de su antecesora: el sexo. Seguir leyendo

5. MÚSICA | Semidawi en Sala Siranush | La alegría de conquistar una potencia


Por Cecilia Perna 

Ahí estábamos, con mi amiga Gabi, en uno de los varios livingcitos montados en la sala inmensa de un teatro a la italiana el viernes 28 de marzo. Una mezcla de tradición y modernidad en la sala Siranush, en el corazón de Palermo Soho. Esperábamos -con una picadita armenia y botella de tinto- el final del servicio de mozas que daría lugar al comienzo del espectáculo Ambos a la vez, de los dos ex Redondos, Semilla Bucciarelli y Sergio Dawi. La propuesta: 14 cuadros sonoros en los que, mientras Dawi, camuflado sobre el escenario y acompañado de sampleras, tocaría su saxo, Semilla pintaría en vivo sobre una tablet para proyectar sus trazos en la escena... Seguir leyendo

6. TEATRO | "El rastro" dirigida por Alejandro Tantanian | Réquiem para una sola voz


Por Alba Ermida

“El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Esta frase, eco repetido en la conciencia de Nora García, resuena como el sentido primero y último de este drama, hijo de su homónima novela original.
Margo Glantz escribe El rastro en forma de monólogo interior para darle voz a una mujer que asiste al entierro de su ex marido. Analía Couceyro y Alejandro Tantanian llevan a escena este largo discurrir de la conciencia de una viuda en forma de monólogo, también interior. Pues, aunque Nora García hable con el público, realmente habla consigo misma, con su conciencia. Tanto es así que en varios momentos de la obra su personalidad se desdobla y su discurso pasa a ser en primera y tercera persona: “Yo, Nora García. Ella, Nora García”. Seguir leyendo

7. CINE | "Mujeres con pelotas" de Gentile y Balanovsky | ¿Fútbol para todas?


Por Alba Ermida

Mujeres con pelotas es el registro de una lucha inconsciente, como casi todas las luchas, que significan mucho si las ves desde fuera, con la distancia social o histórica, pero que desde dentro, no supone más que la reivindicación diaria de algo que se considera legítimo.
Unas niñas que quieren jugar a la pelota con el pie. ¿Qué hay más simple y cotidiano? El concepto no es ni revolucionario. Sin embargo, citando a Ortega y Gasset, “yo soy yo y mi circunstancia”; no podemos disociar a estas chicas de la sociedad en la que viven y es ahí donde encontramos la resistencia. El problema, realmente, es el pie, porque si ellas quisiesen jugar con la mano no estarían mal vistas: ni a las jugadoras de pelota al cesto ni a las de vóley se les llama “marimacho”. Seguir leyendo

8. TEATRO | "Cumbres Borrascosas" de Lolo y Lauti | Eléctrica pasión 


Por Eugenia Guevara

Cumbres Borrascosas de Emily Brontë es la historia de un huérfano, Heathcliff, quien luego de amar y ser humillado, herido de resentimiento, toma venganza, aunque eso implica también su destrucción y la de Catherine. Todos más o menos conocemos esa novela de pasión, dolor, infelicidad y odio, donde la diferencia de clase - o la cuestión del origen - se vuelve una marca irremediable que provoca abismos. De esa diferencia "de clase" parte la versión de Cumbres borrascosas de Lolo y Lauti, con texto de Gael Policano Rossi, que traspone el clásico "mediante una instalación compuesta por electrodomésticos, luces y audio"... Seguir leyendo

9. TEATRO | "Iván y los perros" dirigida por Stolkiner y García Mendy | Poéticas de la alienación 


Por Luciana Estévez

Moscú. Década del ‘90. Todo el dinero se había ido y no había con qué comprar comida. Así que Madres y Padres trataron de encontrar cosas que pudieran sacarse de encima, cosas que comían, cosas que bebían o cosas que necesitaban calor. Primero fueron los perros. Así comienza Iván y los perros, un texto dramático de Hattie Naylor originalmente pensado para radio, traducido al español por Alejandro Tantanian y llevado a escena bajo la dirección de Mariano Stolkiner y Gustavo García Mendy. Seguir leyendo

10. TEATRO | "Los Hechobolsa" de los hermanos Guerra | Había una vez un baldío


Por Sandra Ferreyra

Los Hechobolsa están buscando un lugar donde hacer su espectáculo y lo encuentran. En un baldío alfombrado de bolsas de nylon, Sifonetti (Mariano Guerra), Lavandini (Diego Passarini) y Bidonette (Gastón Guerra) instalan su carpa. De la colorida crisálida emerge un universo cuya simplicidad reside, paradójicamente, en el entrecruzamiento de múltiples dimensiones. La más notoria a primera vista es la que viene de la mano de idioma: la recuperación de la tradición italiana con la que los argentinos, por nuestra historia, nos identificamos inmediatamente. Y ese es un punto en el que, presumo, los Hermanos Guerra toman una posición estético-política: su lenguaje no se alimenta del exotismo, ni del clásico literario, ni de la abstracción esteticista; encuentra su materia también en los signos y las imágenes que la vida suburbana generosamente provee: “no tomo ma’, te juro que no tomo ma’” es la promesa que todos sabemos que Bidonette no va a cumplir. Seguir leyendo