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25 de enero de 2015

VINTAGE* | DISCOS | "Funeral" de Arcade Fire (2004)


Por Eugenia Guevara

Époustouflant / e. Esa extraña palabra fue la que me pareció escuchar que dijo el locutor excitado, al final de la presentación del grupo Arcade Fire en una radio de París (grabado en lo que se encuentra por allí bajo el nombre de Black Sessions). Busqué en el diccionario, no muy confiada de encontrar semejante palabra. Y ahí estaba, con su femenino y su masculino y su significado, casi obvio: asombroso, sorprendente.

Y precisamente esta palabra, adjetivo más bien, es la que mejor le combina a esta súper banda americano- canadiense, que se apareció a mis oídos en un momento de escepticismo con respecto al rock: no creía que tuviera alguna posibilidad de sana y fértil continuidad. Y es también esa palabra, la que sirve para definir la historia de la banda, y sobre todo, la de Funeral.

En junio de 2003, la abuela de Régine murió. En agosto, Win y Régine se casaron; en septiembre, Arcade Fire empezó a grabar éste, su álbum debut. En marzo de 2004, el abuelo de Win y Will murió; la tía de Richard Parry pasó a la eternidad en abril. En mayo, Arcade Fire estaba terminando el disco y firmando con Merge Records. Las muertes cercanas les recordaron a toda la gente querida que había muerto y decidieron llamar a este disco así.

Funeral tiene un optimismo contagioso, espeluznante, enérgico y energético. Las canciones ruedan, saltan y se detienen en remansos. Es un disco tan perfecto, que llena el espíritu, el ser o lo que sea, con emoción intensa construida de sonidos, voces femeninas y masculinas, acordeones, violines, flautas e instrumentos tradicionales del rock.

A veces, se me hace inevitable encontrarles familiaridad con Talking Heads. Me pasa con algunas canciones - como Neighborhood (Laika), Neighborhood (Power Out) y Rebellion (lies)- y a veces con la voz de Win, o más que su voz su manera de gritar armónicamente las letras. Pero hay otras canciones, que se distancian de todo lo escuchado y sólo son hijas auténticas de la familia Arcade Fire: la dulce Une Anée sans lumière,  la triste Crown of Love y la poderosa Wake Up.

Époustouflant / e. 

* Esta sección rescata el material que fue publicado en www.ruletachina.com, de 2007 a 2010, y que por ahora no existe en ningún otro lugar de la red. 

19 de enero de 2015

RETRO* | DISCOS | "RAM" de Paul y Linda Mc Cartney (1971)


Por Florencia Mangini

RAM parece un disco hecho desde afuera de la maldad o complejidad del mundo. En un lugar donde hay ovejas tibias, caballos suaves, una familia, una casa centro y mucho amor. Todo lo que vuelve oscuro al rock no está aquí. RAM no es el disco de Paul solamente, abajo del título dice by Paul and Linda Mc Cartney. Ella es como su nombre lo expresa, calma, fresca, alegre. Casi como una sabia. Las esposas de los rockeros siempre se balancearon entre bellas o hot. Linda tenía otro look, un estilo diferente, naive, auténtico y más creativo, con su cara andrógina, el cuerpo femenino e imperfecto y las tantas pecas. 

Mi interés por los Mc Cartney se dio a través de fotos de archivo viendo la moda de los ´70. Ellos son la única imagen de familia que se desprende de los Beatles. Paul y Linda estuvieron juntos hasta que ella murió, tuvieron cuatro hijos. John tuvo dos con mujeres diferentes. Yoko es importante pero sospechosa. George se casó dos veces, tuvo a Dhani que vive con su madre en Friar Park, la mansión neogótica. Ringo también construyó una familia pero es el menos mediático y sus hijos llevan el apellido completo, Starkey. No soy defensora de las familias, sí de los nexos verdaderos sean cuales sean. Pero las fotos de Paul, Linda y la familia me parecen envidiables. Como llegué a RAM es otra historia. 

Había ido a comer a su casa por primera vez. Me pareció un lugar adorable, hacía calor, la ventana estaba abierta, tenía un tocadiscos donde sonaba PIL. Fue tan lindo todo que luego quise reproducir algo así en mi casa. Mi departamento es chico, no entra un tocadiscos. Él me dijo que aún se encontraban lindos cds. Dejé de lado la costumbre digital y salí en busca del mío. Tenía en mente a los Beatles, algún Anthology, quería algo que pudiera poner una y mil veces. El mundo de las disquerías es reducido. Llegué a una sucursal de la cadena más conocida y en una vitrina bajo llave vi RAM. La tapa parecía muy handmade con foto de Paul y un carnero en el campo. Lo compré habiendo escuchado solo tres de las canciones porque ni bien sonaron los acordes de Too many people me sentí terriblemente a gusto. Las sorpresas fueron varias, abrir el cd de cartón en formato de tríptico con librito, ver que estaban las letras, las fotos y que además, era un disco doble. Al leerlo vi que en realidad estaba hecho en su mayoría por Linda y Paul. Después de escuchar todas las canciones, Linda se hizo fundamental. No dejé de pensar en ella y en cuanto podría haber influido a Paul. Sí, se te vienen mil acordes de los Beatles a la cabeza, pero RAM tiene algo muy propio, liviano, inocente, lindo. Luego de escucharlo varia veces, noté algo muy norteamericano, Linda Eastman Kodak nació en Arizona. También me recordó a sonidos indie fashion del tipo Devendra Banhart quien debe tener este disco cual biblia. 


Estuve varios días en un mundo mágico gracias a RAM. Al investigar descubrí que no es ni más ni menos que el primer álbum que Paul sacó luego de pelearse con los Beatles. Fue grabado completamente en New York, con dos guitarristas norteamericanos y la Orquesta filarmónica de esa ciudad. Muy lejos del campo, a veces en sesiones tocadas en sótanos de Manhattan pero con toda la inspiración de la campiña escocesa. Cuando el disco salió, en mayo de 1971, lo criticaron mucho. Dijeron que era pobre, caprichoso y liviano, típico de Paul Mc Cartney. En 2012 se reeditó y la prensa especializada lo tomó como un disco exquisito. Es sin dudas el mejor que Paul hizo en toda su carrera. Con canciones como Uncle Albert que parece tres canciones en una, gesto que después repetiría junto a su grupo Los Wings. Smile away es la más rockera. Long haired lady tiene cuerdas graciosas y coros a cargo de Linda. Legs es una canción recontra Beatles. Ram on podría estar en una película de Woody Allen y es para escucharla a oscuras en el balcón. "Quiero un caballo, una oveja y conseguirme una noche con buen dormir, en una casa en el medio del campo", dice la letra de Heart of the country y tiene una melodía encantadora. Bueno, las letras en general son medio nada, no te tiran ninguna frase del tipo "happiness is a warm gun". Monkberry Moon delight también suena con excelencia beatlera. Son casi 12 muy buenas canciones, el extra disco tiene la adorable Another day y algunas sorpresas, es más rústico o de ensayo. El mejor disco de los RAM es el amarillo y la canción Long Haired Lady me dejó esto: 

"love is long 
win or lose 
you sing your song 
love is long".






* Con este nombre inauguramos una nueva sección que revisa lo producido en el pasado en el campo de las artes y las letras.

9 de enero de 2015

MÚSICA | Los seis discos internacionales de 2014

Por Federico Sánchez

Hay quienes no creen en las listas de fin de año por diversas razones: la más válida sería que uno no puede escuchar todo lo que sale en el mundo. Además, cuando al fin encuentra algo que le gusta, sigue escuchando ese disco/tema durante una buena cantidad de tiempo. Hay demasiadas bandas y demasiados discos. Dependemos de las listas, de nuestros amigos, de todo lo que nos pueda hacer escuchar música fresca que nos parezca interesante, bajo la idea de meritocracia: no importa si es bueno o malo, importa si es interesante. La lista que sigue está compuesta con el siguiente criterio: se rescata el cambio de aire y las propuestas frescas. No hay un orden de preferencia en los discos elegidos.

D'Angelo & The Vanguard, Black Messiah - Universal Music 2014 

En esta transición casi eterna que venimos sosteniendo desde el 2000, con la intervención de E.E. U.U. como policía del mundo, presenciamos cómo se aplica el término 'Quis custodies ipsos custodiet' (¿quién vigila a los vigilantes?) en el seno de una comunidad mixta a más no poder: Estados Unidos es un verdadero crisol de razas que se están segregando, cada vez con más ruido.
Ser de piel oscura implica ser discriminado, desde el principio de los tiempos a través del esclavismo hasta hoy con la extrema violencia policial en Ferguson. No por nada este disco se adelantó a una fecha de lanzamiento más acorde con las circunstancias, para ser el ícono de un movimiento por los derechos de los afroamericanos.
Allá por el año '60 sucedió algo similar: asesinato de Malcom X, ebullición social. Y la música de la época eran los Bar Kays, Isaac Hayes, entre otros. D'Angelo encarna con Black Messiah la banda sonora de este surgimiento, con letras que hablan por sí mismas: a coward dies a thousand times / But a soldier only dies just once (un cobarde muere mil veces, un soldado sólo muere una vez), dice D'Angelo en 1000 Deaths, un himno a la lucha y al 'game' (ver The Wire en su totalidad para entender qué es).

Warpaint, Warpaint - Rough Trade 2014

La banda de dream pop más álgida del 2014 es, sin dudas, Warpaint. Con su disco homónimo, lograron una vuelta al post-punk de los '90 sin caer en lugares conocidos, y gracias a las influencias de hip-hop, RnB y rap declaradas por la misma cantante Emily Kokal, lograron que su sonido se expandiera hacia el espacio del síncope y las arritmias compositivas.
Dato: Chris Cunningham, otrora colaborador visual de Aphex Twin y Björk, participa en el arte de tapa del disco y en la realización del documental sobre su elaboración.

GOASTT, Midnight Sun,  Chimera Music 2014

The Ghost of a Sabertooth Tiger es la banda que formó Sean Lennon con su novia, Charlotte Kemp Muhl en el 2008. Midnight Sun, el disco que sacaron este año después de bastante tiempo, está cargado de psicodelia de los años '60, con innegables influencias de los Beatles y el pop francés de Serge Gainsbourg. ¿Indie? ¿Pop? ¿Rock? Midnight Sun está más allá de cualquier etiqueta. Canciones melosas y contemplativas se mezclan con momentos de baladas al estilo de Jefferson Airplane: todas conviven en un paraíso terrenal que es disfrutable de principio a fin. 


Ariel Pink, Pom Pom, 4AD Records 2014

Si a 2014 le faltaba un disco, tenía que ser el del chico prodigio de Los Ángeles, Ariel Rosemberg, más conocido por su alias Ariel Pink. Con su banda de outcasts, antes llamada Ariel Pink's Haunted Graffitti, logró una madurez musical que pondría en aprietos a aquel chico haciendo grabaciones lo-fi en su pieza. Ariel es eso, la respuesta a la música hecha en dormitorios, llevada a un plano global gracias a la Internet. Escribe canciones en el futuro, de violencia senil y de cómo vivir en Los Ángeles siendo él mismo. La música que irradia Pom Pom es tan ecléctica como irascible, volviendo a lugares familiares para sus fans como Black Ballerina, One Summer Night, y el corte del disco, Picture me gone, con un video de Grant Singer (también hizo uno de Put your number in my phone).



Joseph Deenmamod, más conocido como Mo' Kolours, es mitad londinense y mitad mauritano. El disco que sacó en 2014 está impregnado de la cadencia de su música nativa, sumando bases de future hop y melodías cálidas, llevaderas. Por esto mismo Gilles Peterson, compilador, melómano, dueño de Brownswood Recordings y DJ de la BBC de Londres es uno de sus impulsores y fans. Es el disco de neo-soul del año. Sólo basta una escucha para enamorarse.




Paul White no lanzó uno, sino dos discos en el año que pasó. Y lo bien que hizo. El prolífico productor inglés toma al hip-hop clásico y lo lleva a parajes africanos nocturnos, donde lo emocional celebra con la más pura cadencia de bailes de ese continente. Los delays y las reverbs están en su lugar, haciendo a este disco uno de los más hipnóticamente bailables del 2014. 
Dato: Después de haber trabajado con Danny Brown, Paul White se fue al sello de James Blake, R&S.

28 de noviembre de 2014

VINTAGE * | DISCOS | "Broadway the hard way" (1988) de Frank Zappa


Ópera inochentosa


Por Mauricio Bertuzzi

Rockera, psicodélica, satírica, clásica, moderna, contemporánea, la obra de Frank Zappa es casi inabordable. Tan venerada y citada que un gato doméstico, dos asteroides y hasta un gen del microbio Proteus mirabilis llevan su nombre. Steve Vai, George Duke, Jean Luc Ponty, Adrián Belew, Alice Cooper, entre otros, tocaron con él y dan cuenta de su genio irascible. Aunque no cualquier disco es bueno para iniciarse en tan fascinante pero complicada escucha. Yo recomiendo Broadway the hard way, una ópera grabada en vivo en el año 1988 que sólo es ochentosa por el diseño gráfico de su portada (en tapa Frank Zappa aparece vestido con una remera rosa y un saco muy new-age).

Como excelente disco de rock y como todo disco de Zappa, el disco está plagado de referencias musicales, políticas, religiosas y es una parodia hilarante a todo el show business (desde Elvis Presley a Ronald Reagan, pasando por los predicadores televisivos). Aclaración: lo que se dice sobre Reagan fue escrito para Richard Nixon y bien puede leerse para George W. Bush.

Broadway the hard way tiene nueve canciones donde se destaca la calidad compositiva y el virtuosismo de los músicos que lo acompañan. En disco compacto apareció un año después y agrega ocho bonus track, entre ellos, una versión exquisita de Murders by numbers cantada por Sting. 

* Esta sección rescata el material que fue publicado en www.ruletachina.com, de 2007 a 2010, y que por ahora no existe en ningún otro lugar de la red. 

20 de febrero de 2014

VINTAGE *| DISCOS | "Almendra" (1969) de Almendra | Lejos de mentiras espaciales

Por Christian Alliana

En 1969, una de las farsas televisadas más grandes de la historia mundial, quedaba inmortalizada en la frase “un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad”. Lejos del Imperio y de la lucha espacial, un grupo de amigos del barrio de Belgrano plasmaban en vinilo sus sueños y de esa manera contribuían a un verdadero gran paso en la historia universal. Almendra, integrado por Luis Alberto Spinetta, Edelmiro Molinari, Rodolfo García y Emilio del Guercio, editaba su primer LP, compuesto por nueve canciones y llamado igual que el grupo. La historia del rock argentino comenzaba a dar sus primeros pasos y, si bien ya había algunos antecedentes de temas cantados en castellano, Almendra junto a Los Gatos terminaron de mostrar que el camino era posible.

El álbum Almendra vio la luz el 20 de noviembre de 1969 y ya desde su portada se paraba frente al mundo de una manera particular. La tapa, dibujada por Spinetta, mostraba a un hombre triste, con una lágrima rodando por su mejilla, y una sopapa adherida a su cabeza envuelta por un pañuelo. Ese extraño y, a la vez, magnético dibujo fue lo primero que me atrajo de la banda. Si bien ya conocía la importancia de su música en la historia, nunca había escuchado más que la famosísima Muchacha (ojos de papel) pero mi espíritu adolescente estaba en busca de cosas revolucionarias y no de temas de amor blanditos.

Allá por 1997, en la batea de Musimundo, vi nuevamente al enigmático hombre de la tapa. Eran épocas en que los cds rara vez costaban más de veinte pesos aunque para mi nivel de vida de entonces, eso era muy caro. Lo cierto es que el disco de Almendra se vendía a sólo diez pesos y creo que eso fue lo que determinó mi compra aún sin haber escuchado jamás el álbum entero. Por el contrario, sólo conociendo Muchacha..., la decisión era arriesgada, ya que podía llegar a arrepentirme de gastar mi poco dinero en algo así.

La edición que compré y que todavía conservo, no sólo tenía ese primer LP sino que venía con varios bonus tracks. Así que lo primero que sonó en mi equipo no fue, casualmente, Muchacha... como en el disco original sino que Tema de Pototo era el que abría esta curiosa edición. Leyendo las letras comencé a sentirme identificado con el grupo y cuando desde el equipo de música sonó Color humano, entendí que esos diez pesos que había gastado, ya estaban justificados. “Somos seres humanos, sin saber lo que es hoy, ser humano” cantaba Spinetta mientras la guitarra de Edelmiro Molinari, compositor del tema, daba zarpazos y entre todos viajaban en una intensa zapada que me llegaba al pecho.

Figuración al principio me parecía un poco densa debido a la repetitiva flauta tocada por el bajista Emilio del Guercio aunque el coro comandado por un jovencísimo Pappo algo me estaba queriendo decir: “si vas a perder tu amor, alguien te ha dicho ya, aunque no eres real vas a perder tu amor”. Ana no duerme era la más rockera del disco, tenía fuerza y demostraba que los Almendra no eran ningunos blanditos como yo creí en un principio. Inmediatamente llegaban las dulces Fermín y Plegaria para un niño dormido y me hacían más sensible de lo que ya era.

La batería de Rodolfo García daba comienzo a A estos hombres tristes mientras el bajo de Emilio nos iba adentrando en el tema de manera hipnótica y nos indicaba el camino para salir por un rato de la tristeza de la ciudad. Que el viento borró tus manos mostraba el costado jazzero de los muchachos de Belgrano con un preciso swing mientras que la orquestada Laura va se convertía en la hermana menor de She´s leaving home de los Beatles y cerraba el álbum.

Hace cuarenta años, cuatro pibes que rondaban apenas los veinte dejaron su huella imborrable en la música argentina gracias a su disco debut. Mientras el mundo hoy sigue recordando mentiras espaciales, Almendra demostró hace cuatro décadas que a veces no hace faltar viajar muy lejos para soñar alto, sólo basta con juntarse y hacer buena música, de esa que llega al corazón.

* Esta sección rescata el material que fue publicado en www.ruletachina.com, de 2007 a 2010, y que por ahora no existe en ningún otro lugar de la red. 

19 de diciembre de 2013

ENCUESTA | Lo mejor de 2013: cine, teatro, discos, arte, libros, eso y aquello


Los ruleteros e invitados especiales eligieron su película, su libro, su obra de teatro, su disco, su canción, su exposición, su evento más y menos feliz de 2013, y su descubrimiento del año. Hubo algunas pocas coincidencias. Sin dudas Django sin cadenas de Quentin Tarantino fue la película del año seguida por Amour de Michael Haneke. En teatro, dos acordaron en que la obra era Querido Ibsen: Soy Nora de Griselda Gambaro dirigida por Silvio Lang. Los demás dispararon hacia todas partes: obras de Ricardo Bartís, Tato Pavlovsky, Lola Arias, Gael Policano Rossi, Maruja Bustamante, Andy Chacón Alvarez, Rubén Sabadini y Convención Teatro, entre otras, fueron señaladas como las mejores. 

En libros, Los cuerpos del verano de Martín Castagnet seguido de la reedición de El desierto y su semilla de Jorge Barón Biza se llevaron los laureles. Mientras que en música - discos y canciones - se repitieron referencias a las nuevas producciones que Daft Punk, New Order y Babasónicos editaron. Algunos otros artistas fueron citados: Depeche Mode, Yo la tengo, Moby, David Bowie y Juana Molina.

En exposiciones, Yayoi Kusama en el MALBA y Oski, un monje enloquecido en el MNBA fueron nombrados en más de una ocasión. Hubo acuerdo en que la constitucionalidad de la Ley de Medios fue el evento más feliz y que la muerte de Lou Reed fue el más infeliz. Y se repitieron alusiones a Alice Munro, Premio Nobel de Literatura, así como a Ana Karenina, tanto en libro como en película.

A continuación, los elegidos de cada uno: 

Sofía Alurralde

Teatro: La leyenda de Lis Chi, de Maruja Bustamante.
Disco: Delta Machine de Depeche Mode.
Canción: "Sugarcane", Lost Sirens, New Order.
Libro: El desierto y su semilla, de Jorge Barón Biza (reedición).
Película: El arte de la guerra, Wong kar wai.
Evento más feliz: Mi casamiento.
Evento menos feliz: ir a al estreno de la película La Boleta.
Descubrimiento del año: Manuel Adem Guitarrista.



Ignacio Braña Gabiassi


Disco: El susurro de las estrellas de Antolin.
Canción: "A wrong turn and raindrops" de The field mice y "Run Run" de Babasónicos.
Libro: Los cuerpos del verano, de Martín Felipe Castagnet
Película: Upstream color de Shane Carrut (foto).
Evento más feliz: En el mar con Vico.
Evento menos feliz: El tiempo.
Descubrimiento del año: la obra de Jason.


Alejandro Dramis

Teatro: Trópico del Plata, de Rubén Sabadini
ExposiciónTaller Ferrari, de León Ferrari, Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
Disco: Fade, Yo La Tengo.
Canción: "Cornelia and Jane", de Yo La Tengo.
Libro: Las Visitas de Elizabeth Lerner.
Película: Django sin cadenas, de Quentin Tarantino.
Evento más feliz: Seguimos vivos.
Evento menos feliz: La muerte de Lou Reed.
Descubrimiento del año: Puedo cocinar sin intoxicar a nadie (aún).



Florencia Fangi Boggia


Teatro: La cuna vacía de Omar Pacheco (reposición)
Disco: Trashumantes, La Torcida. 
Canción: "Giorgio" de Daft Punk. 
Libro: Ana Karenina, de León Tolstoi (leído años tardísimo)
Película: Diagnóstico esperanza, de César González. 
Evento más feliz: La sanción de la ley de trata. Y en lo personal, varias presentaciones de El desván.
Evento menos feliz: la tragedia de Once.
Descubrimiento del año: Método para detección precoz de cáncer




Sandra Ferreyra

TeatroLa máquina idiota de Ricardo Bartís.
Libro: Introducción a la dialéctica de Theodor W. Adorno 



Guillermina Gandola

Teatro: Desencajados: Filosofía + Música de D. Sztajnszrajber.
Disco: Ukelele Songs de Eddie Vedder (2011). 
Canción: "Guaranteed" también de Vedder. 
Libro: El arte de Amar de Erich Fromm. 
PelículaDjango sin cadenas de Tarantino.
Evento menos feliz: Golpearme y dislocarme el coxis y luego de dos meses caer como bolsa de papa desde 6 metros de altura y golpearme contra un adoquín previo a un evento (que tuve que cancelar). 
Descubrimiento del año: La utilidad de la astrología como forma de anteponerse a los hechos que antes realizabas sin entender. 



Eugenia Guevara


Teatro: Querido Ibsen Soy Nora de Gambaro por Silvio Lang.
Exposición: Luis Felipe Noé en Rubbers (foto) y Oski, un monje enloquecido en el MNBA.
Disco: WED 21 de Juana Molina, Random Access Memories de Daft Punk y Lost sirens de New Order.
Canción: "I'll stay with you" y "Sugarcane", de New Order y "My time is my everything" de Ian Brown (esta es viejita).
Libro: El desierto y su semilla de Baron Biza (reedición).
Película: Amour de Michael Haneke y la serie Utopia de Dennis Kelly.
Evento más feliz:  El casamiento de Sofia.
Evento menos feliz: Como el año pasado, todo lo relacionado con el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, empezando por su peinado.
Descubrimiento del año: gracias a Diego Elkin de Elvira Pop que posteó F.E.A.R. llegué a los discos solitas de Ian Brown. Son impresionantes. Sobre todo el primero, Unfinished monkey business, de 1998. 

Leonardo Maldonado


Teatro: Querido Ibsen, soy Nora de Gambaro por Silvio Lang.
Exposición: Obsesión infinita, Yayoi Kusama en el Malba.
Disco: Innocents de Moby.
Canción: "The dogs" de Moby.
Libro: El centro del mundo de Ercole Lissardi.
Película: Wakolda de Lucía Puenzo.
Evento más feliz: el fallo de la Corte Suprema respecto de la plena constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Evento menos feliz: todo lo dicho en canal 13 y lo escrito en Clarín por Jorge Lanata.
Descubrimiento del año: Alice Munro (gracias al Nobel de Literatura).



Florencia Mangini


Teatro: Asuntos Pendientes, de Eduardo "Tato" Pavlosky, con dirección de Elvira Onetto. 
Exposición: El hombre con el hacha y otras situaciones de Liliana Porter en el Malba (foto).
Disco: False Idols, Tricky y Sun, Cat Power.
Canción: "Porno", Arcade Fire
Libro: The SixtiesRobert Altman.
Película: Frances Ha, Noah Baumbach
Evento más feliz: El regreso de una gran amiga a la Argentina
Evento menos feliz: los saqueos.
Descubrimiento del año:  descubrí que puedo escribir.


Gonzalo Marina

Teatro: Agua mansa, de Gabriel Dirrheimer, con la dirección de Ramiro Bailiarini.
Exposición: Obsesión infinita, de Yayoi Kusama (digamos…) en el Malba (foto).
Disco: Praxis Makes Perfect, de Neon Neon.
Canción: “Oração”, de A banda mais bonita da cidade.
Libro: Lo que dicen cuando callan, de Alejandra Laurencich.
Película: Anna Karenina de Joe Wright.
Evento más feliz:  La victoria sobre Francia en Copa Davis.
Evento menos feliz: No haber podido ir al recital de Beck.
Descubrimiento del año: Las personas increíbles con las que compartí el taller de dramaturgia de Natalia Carmen Casielles.

Natalia Maya

Teatro: Saturnalia de Gael Policano Rossi.
Exposición: A.Camus 1913-2013. Muestra interactiva en la Alianza francesa.
Disco: Romantisismico, Babasónicos.
Canción: "Re dado vuelta en la granja" del disco Vida, muerte y demás de Los espejos.
Libro: Los cuerpos del verano de Martin Castagnet.



Sylvia Nadalin


Teatro: Griegos de Convención Teatro (reposición).
Disco: The next day, de David Bowie.
Libro: Operación dulce, de Ian McEwan.
Película: Amour, de Michael Haneke y La Sensibilidad de Germán Scelso.
Evento más feliz: Nobel a Alice Munro.
Evento menos feliz: muerte de Lou Reed.
Descubrimiento del año: ¡el kirchnerismo es un discurso vacío! y textos muy copados de Luciano Lamberti.

Lía Noguera 

TeatroMelancolía y manifestaciones, de Lola Arias.
Exposición: Grandes Modernos, Colección Peggy Guggenheim en el Palacio de la Moneda, Santiago de Chile.
Canción: "Eblouie per la nuit", Zaz.
Libro: Formas de volver a casa de Alejandro Zambra.
Película: Blue jasmine de Woody Allen.
Evento más feliz: ¡DOCTORARME!
Evento menos feliz: que Mía, la hija de mi amiga, ya no esté...
Descubrimiento del año: "todo puede ser mucho más liviano... y eso se siente tan bien."



Gustavo Pablos


Exposición: Alicia, Pat Andrea en el Museo Caraffa. 
Libro: Mario Levrero. Un silencio menos. Conversaciones compiladas por Elvio Gandolfo; y Cada vez más cerca, Elvio Gandolfo.  
Película: Django sin cadenas, Tarantino. 
Evento más feliz: Ley de Medios (esperemos que se cumpla), y en términos personales volver a trabajar en proyectos audiovisuales. 
Evento menos feliz: Feria del Libro de Córdoba.

Cecilia Perna


Teatro: Todo lo demás no importa, de Andy Chacón Alvarez.
Exposición: Oski, un monje enloquecido en el MNBA.
Libro: La masacre de Reed College de Fernando Montes Vera.
Película: La mujer conejo, de Verónica Chen.
Disco: Vinicius de Moraes y Maria Creuza en la Fusa, vinilo de mi padre encontrado arriba de un ropero. 
Evento más feliz: traducir a John Cage.
Evento más infeliz: la muerte de la gata Mita.
Descubrimiento del año: Silvia Rivera Cusicanqui, teórica y activista boliviana.



Andrés Taurian

Libro: Los cuerpos del verano de Martin Castagnet.
Película: Django sin cadenas de Tarantino.
Disco: Random Access Memories, de Daft Punk.
Canción: "The game of love" de Daft Punk.
Evento menos feliz: El peronismo
Descubrimiento del año: Nahuel Briones y Selma Oxor.

10 de junio de 2013

DISCOS | "More Light" de Primal Scream | La luz sofisticada del brit pop

Por Pablo Méndez

La búsqueda de sonidos es la constante de todo músico en la preparación de un disco. Muchos, y no es necesario dar nombres, se acostumbran a determinados esquemas sonoros y no salen en toda su carrera de esa cuadrícula musical. No es el caso de Primal Scream que en cada incursión discográfica intenta agotar la opacidad de la costumbre, solo con la intención de hallar la inconstancia que la aleje de las convenciones creadas por sus discos anteriores. More Light, de reciente aparición, es la manifestación del objetivo que ha sucedido la carrera del grupo escocés. Y esa cualidad es digna de su líder, Bobby Gillespie.

A principios de los noventa la banda de Glasgow conoció el éxito comercial con Screamadelica, álbum fundamental del brit pop, donde se acomodaron en la escena house y shoegaze. Pero, ¿en qué se diferencia More Light de sus antecesores? Teniendo en cuenta la versatilidad bien podría definirse como un material que ubica a la canción en su totalidad siempre y cuando algún instrumento en particular se escuche por encima de los demás: a veces la melodía corre por cuenta de la guitarra, otras de los samplers, a veces el bajo por debajo de la masa sonora desliza una melodía secundaria. Pero hay algo que no ha cambiado a lo largo de toda la historia de los Primal Scream y es el susurro que implementa Gillespie con su voz, como un cantante de la chanson française en estado lisérgico.

El disco es doble y se recorre bajo un estado de absoluta absorción, inclusive es una experiencia corporal: con él no solo puede quedar vedado el movimiento, sino incluso permite intensificar cualquier acción muscular; del estatismo introspectivo al radicalismo sexual.

2013 da comienzo al disco 1, con una intro intrascendente que sirve de preámbulo a la escalera de vientos que contagian como un estribillo y que se extiende a lo largo de los nueve minutos que dura el tema. River Of Pain condensa la esencia del disco. Un arpegio de guitarra que parece lamer el loop que lo hace acabar en varias oportunidades y la voz como el terciopelo cuando es rasgado resuenan como un eco que propaga un mensaje indecente. Culturecide es una amalgama en estado de exaltación: un fraseo vocal con un dejo a hip hop, una base de samplers y guitarras con distorsión en clave industrial y unos coros que imitan los mejores gritos de un tal David Bowie. Hit The Void, Side man, Turn Each Other Inside Out y Relativity exploran el noise rock yanki, dejando expuestas las guitarras al imperio del ruido. Tenement Kid esparce en el ambiente un aroma psicodélico con un estribillo nacido para himno adolescente. En Invisible City la banda toma las riendas del modelo de canción pop de los ochenta y la conduce hacia el ambient propagado en los noventa y agudizado en lo experimental del nuevo siglo. Goodbye Johnny se inmiscuye en el territorio del trip hop donde conmemora al vocalista traspasado por la tristeza. Elimination Blues podría ser la canción central de un duelo de película, un western suburbano en un futuro carcomido por los hombres. Walking With The Beast es el tono sereno y melancólico del disco, imprescindible para entender la heterogeneidad a la hora de seleccionar el material en la post producción. It`s Alright, It's Ok es el tema con el que se promocionó el trabajo de los Primal Scream, con una mirada puesta en uno de los puestos de música negra norteamericana: Harlem. En I Want You recuperan la sensación de riff simple y demoledor de Wild Thing, la eterna interpretación de Hendrix en Monterrey Pop Festival, música de sacrificio. City Slang es el rock n' roll del disco, elemental y básico, sin pretensiones tecnológicas ni exposiciones de virtuosismo innecesarias. El disco 2 es el fundamentalismo de los lados B, sobresalen Running Out of time condicionado a ser el tema con más onda jamás compuesto y Theme From More Light donde un slide nos remite al Ry Cooder que da comienza a la joya de Win Wenders París, Texas.

La diferencia sustancial con los anteriores trabajos de Bobby Gilespie y compañía recae en el contexto musical. Un disco imprescindible en una primera mitad de año atiborrada de novedades discográficas. Rock sofisticado, rock de smocking y Manhattan en la mano. La palabra cool se desmerece ante la prepotencia elegante de More Light. 

16 de mayo de 2013

DISCOS | "Delta Machine" de Depeche Mode | En la curva ascendente





Por Eugenia Guevara


Depeche Mode es una banda que ya tiene 33 años. Sus fans éramos todavía niños cuando sucumbimos al poder de sus discos de los 80, adolescentes cuando desfallecimos frente a esa obra inmensa e insuperable que es Violator (1990) y hoy, estamos cerca de los 40. Martin Gore, Dave Gahan y Andy Fletcher superaron los 50. El paso del tiempo y la persistencia de Depeche Mode lleva a pensar su momento actual, que incluye el lanzamiento de Delta Machine y una gira alocada que los lleva a Europa, Asia y América del Norte, en relación con su trayectoria. 

Mediante un gráfico de curvas, podría describirse la historia discográfica del grupo de la siguiente manera: luego de algunos discos ni fú fá, lanzan en 1986 una pieza maravillosa, oscura y sensible, preciosa: Black Celebration. A ese hito, le sigue un disco que de alguna manera mantiene el nivel, Music for de mases, en 1987, y luego editan el doble en vivo 101 donde registran su gira por los Estados Unidos, lanzado con un documental genial realizado por el legendario D.A. Pennebaker. Porque si hay algo que Depeche Mode ha manejado siempre de manera en extremo cuidadosa es su imagen, lo que es evidente en sus video clips y sobre todo, en los audiovisuales que registran sus presentaciones en vivo. Entonces, llega Violator y la curva se eleva, tanto, que las variables no alcanzan a contenerla. Y cuando ya era difícil esperar algo nuevo, aparecen uno tras otro Songs of faith and devotion (1993), Ultra (1997) y Exciter (2001), los cuales, milagrosamente, mantienen el nivel. Los en vivo de esa época, los filma el artista Anton Corbijn, autor de las mejores fotos y los mejores videos de la banda, y la conjunción de la maestría en el plano y el montaje de Corbijn con la perfección y la potencia que Depeche Mode despliega sobre el escenario, dan a luz obras inolvidables como Una noche en Paris o Devotional. En el medio, Martin reincide editando un disco solista de versiones o falsificaciones, y Dave debuta haciendo lo propio. El futuro es promisorio. Pero lo que viene después para Depeche Mode es la curva baja: Playing the angel (2005) y Sounds of the Universe (2009); un regreso a lo fú ni fá, digamos. Entonces, a pesar del amor que los eternos fans sentimos por la banda, ¿qué se podía esperar de Delta Machine? Con escepticismo, poco. Con una actitud positiva, que se mantuvieran en el (bajo) nivel de los discos anteriores. Sin embargo, con este disco que contiene 13 temas (hay una versión deluxe con 17), como siempre, compuestos por Martin Gore, Depeche Mode vuelve a hacer que su curva discográfica suba. Además, ver sus en vivo actuales, también filmados de manera increíble, colaboran al considerar que los muchachos de Basildon han alcanzado la madurez, transitando la curva ascendente. Por lo que hay que volver a escucharlos. Dan muchas ganas, incluso, de tomarse un avión a Bratislava para festejar el 25 de mayo viéndolos.

Delta Machine, primer disco cuyas iniciales coinciden con las del nombre de la banda, contiene unas muy buenas canciones como Angel, Slow, Should be higherBroken (que exuda algunos aires de Black Celebration), Alone (que recuerda a los temas tecno de la banda de sonido de la pelicula El juego de las lágrimas de 1993), Heaven (que es bastante parecida a Over and Over de Apparat) y el hit Soothe my soul, en la que se nota que Martin Gore se estuvo juntando con el ex Depeche Mode, Vince Clarke, miembro de la formación original.

Temas recurrentes en la poesía de Gore siguen presentes: el alma, la oscuridad, la muerte y sobre todo, la infancia. Esa evocación nostalgiosa de la infancia, que está en Broken estalla en The Child Inside, cantada como no podía ser de otra manera por el mismo Martin y su voz, íntima y profunda, esa voz que ahora confiesa la muerte del niño interior. Sin dudas, es la canción que, si hiciéramos un micro gráfico de curvas de este disco, haría elevar tanto la curva que las variables no alcanzarían a contenerla.