Por Eugenia Guevara
Foto: Carlos Flynn
Querido Ibsen: Soy Nora de Griselda Gambaro, con dirección de Silvio Lang, marcará un antes y un después en la experiencia como espectadores del mundo ibseniano de los que somos fans de Henrik Ibsen y especialmente de Casa de muñecas. Además, impondrá nuevos parámetros para pensar al texto en sí y a sus formas de ser tratado en escena.
Hay trabajo, talento y trangresión en esta obra que es una de las mejores propuestas de la cartelera porteña. Gambaro escribió un texto dramático perfecto que dialoga con Casa de muñecas, que conoce muy bien Casa de muñecas; una pieza divertida e inteligente que interpela a ese genio inmenso que fue Ibsen, a quien corporiza en escena para que "ayude" a Nora en esas vísperas de Navidad que la tienen tan nerviosa.
La puesta se desenvuelve en un espacio enorme, casi vacío, a excepción de un sillón de cuero negro, un cenicero de pie y un piano en el que un músico ejecuta en escena diferentes leit motivs para cada personaje y desarrolla texturas sonoras para cada acto, cada situación. A ello debiéramos sumar las columnas y la pared del fondo de la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín, así como las paredes de los costados, donde se ubican percheros, imprescindibles para las recurrentes salidas y entradas de los personajes en la casa de los Hellmer. En ese espacio lustroso - donde un sugerente trabajo de iluminación convierte a las sombras de los cuerpos y los objetos en una especie de otro espectáculo dentro del espectáculo - los actores "bailan" su drama así como "cantan" sus conflictos. Sobre todo Nora quien siendo lo niña y lo animal que debe ser, trepa los objetos, recorre los espacios, se aferra a las columnas. Corre, repta, camina, permanece. Belén Blanco interpreta a Nora y su ductilidad, su destreza, su entrega y su presencia fascinan. No olvidaremos nunca a esta flexible Nora.
El final de la obra es muy emocionante. La obra en conjunto resulta muy emocionante. Primero porque manifiesta un diálogo muy interesante y original con Casa de muñecas, un drama que se reitera, que está vivo. Y porque Querido Ibsen: Soy Nora como totalidad es un espectáculo de tal complejidad y delicadeza que no sólo invita a ser visto más de una vez como para terminar de aprehender algo de todo ese trabajo expandido. Además, y sobre todo, nos toca porque de alguna manera muestra que a pesar de todo, la mayoría de nosotras seguimos siendo tan Nora - y esto, con todo lo que eso implica - como la que se hizo escribir por Ibsen en 1879.
"Querido Ibsen, soy Nora" de Griselda Gambaro. Dirección: Silvio Lang. Actúan: Belén Blanco, Pablo Cecere, Ezequiel Díaz, Pochi Ducasse, Agustín Rittano, Victoria Roland, Leonardo Saggese, Alberto Suárez. Vestuario: Renata Schussheim. Escenografía: Gonzalo Córdova. Iluminación: Gonzalo Córdova. Música: Pablo Cecere. Entrenamiento corporal: Alina Folini. Asistencia artística: Jimena Kroucco. Coreografía: Alina Folini. Dirección de arte: Renata Schussheim. Funciones: miércoles, jueves, viernes y sábado a las 21 hs. Domingo 20 hs. Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530. Entrada: $70. Miércoles: $40.
La puesta se desenvuelve en un espacio enorme, casi vacío, a excepción de un sillón de cuero negro, un cenicero de pie y un piano en el que un músico ejecuta en escena diferentes leit motivs para cada personaje y desarrolla texturas sonoras para cada acto, cada situación. A ello debiéramos sumar las columnas y la pared del fondo de la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín, así como las paredes de los costados, donde se ubican percheros, imprescindibles para las recurrentes salidas y entradas de los personajes en la casa de los Hellmer. En ese espacio lustroso - donde un sugerente trabajo de iluminación convierte a las sombras de los cuerpos y los objetos en una especie de otro espectáculo dentro del espectáculo - los actores "bailan" su drama así como "cantan" sus conflictos. Sobre todo Nora quien siendo lo niña y lo animal que debe ser, trepa los objetos, recorre los espacios, se aferra a las columnas. Corre, repta, camina, permanece. Belén Blanco interpreta a Nora y su ductilidad, su destreza, su entrega y su presencia fascinan. No olvidaremos nunca a esta flexible Nora.
El final de la obra es muy emocionante. La obra en conjunto resulta muy emocionante. Primero porque manifiesta un diálogo muy interesante y original con Casa de muñecas, un drama que se reitera, que está vivo. Y porque Querido Ibsen: Soy Nora como totalidad es un espectáculo de tal complejidad y delicadeza que no sólo invita a ser visto más de una vez como para terminar de aprehender algo de todo ese trabajo expandido. Además, y sobre todo, nos toca porque de alguna manera muestra que a pesar de todo, la mayoría de nosotras seguimos siendo tan Nora - y esto, con todo lo que eso implica - como la que se hizo escribir por Ibsen en 1879.
"Querido Ibsen, soy Nora" de Griselda Gambaro. Dirección: Silvio Lang. Actúan: Belén Blanco, Pablo Cecere, Ezequiel Díaz, Pochi Ducasse, Agustín Rittano, Victoria Roland, Leonardo Saggese, Alberto Suárez. Vestuario: Renata Schussheim. Escenografía: Gonzalo Córdova. Iluminación: Gonzalo Córdova. Música: Pablo Cecere. Entrenamiento corporal: Alina Folini. Asistencia artística: Jimena Kroucco. Coreografía: Alina Folini. Dirección de arte: Renata Schussheim. Funciones: miércoles, jueves, viernes y sábado a las 21 hs. Domingo 20 hs. Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530. Entrada: $70. Miércoles: $40.