Por Nicolás Corizzo
El Festival de los Viajes (EFV), para mi sorpresa, hace años que viene creando algo que difícilmente tenga comparación en la escena local.
En la mezcla perfecta entre el género del western morriconero y una enroscada psicodelia se halla un grupo de forajidos desquiciados, que le escapa al público masivo y a los festivales de renombre. En pos de mantener dicho equilibrio El Festival de los Viajes celebra con cada disco un ritual que nos permite zambullirnos en aquellos parajes en los que el sol reconoce apenas como propios y en las entrañas de ciertos personajes oscuros que no merecen ser recordados por nada, ni por nadie.
La banda liderada por Federico Wolman (ex Dragonauta) propone un duelo constante para la comprensión de las complejas melodías y sus correspondientes líricas. La conexión de los coros que acompañan a cada tema de La reserva de los lieros sobreviene de la profundidad de cada integrante del grupo. Cada uno aporta desde la ejecución de sus instrumentos la energía justa y necesaria que logra acortar el pasaje al siguiente viaje.
En una clara evolución de contenidos desde sus inicios, siempre incorporando un sinfín de sonidos y de instrumentos autóctonos, con el lanzamiento de este disco nos damos cuenta de que estamos frente a un fenómeno digno de catalogarse como “especie en extinción”. Los seres capaces de involucrarse en un show en vivo de EFV formarán parte de un ritual sonoro. Penetrados por las energías que emanan desde un escenario repleto de sonrisas y con un claro mensaje: esto es nuestro y lo compartimos un rato con ustedes.
Con la actitud y la predisposición que requiere lo novedoso, pero reconociendo aquella recompensa que está por venir dentro de los 10 temas (lugares o situaciones) que nutren a este disco, podremos con ellos bailar, aplaudir, cantar, acudir al rescate del llamado solitario de quien lo necesite. O simplemente podremos conectarnos con nuestro interior y escucharnos por primera vez. Nunca nos vamos a sentir tan solos o tan bien acompañados en una travesía que no tiene fin.