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1 de diciembre de 2015

TEATRO | "Teatro Bombón" 2015 | Vivamente el domingo

 
Por Eugenia Guevara

Este año también nos dimos una vuelta como en 2014 por Teatro Bombón, Festival permanente de creaciones escénicas de pequeño formato en La Casona Iluminada, hermosa casa estilo art nouveau con seis salas en la Avenida Corrientes.

La estética y la temática del ciclo coordinado por Monina Bonelli y Cristian Scotton es variada e incluye obras de teatro, danza, música, performance y producciones multidisciplinarias. La propuesta es que el espectador arme, como cuando va a un festival, un itinenario posible de obras cortas para disfrutar de la tarde del domingo. Cada obra hace dos funciones por día, lo que hace posible ver al menos tres o cuatro, de la decena en cartel. Y tanto el año pasado como en este 2015 nos encontramos con propuestas novedosas e interesantes llevadas adelante por artistas que en muchos casos son referentes del teatro off. También completa la oferta del Teatro Bombón un bar con cosas ricas (lo que no es un dato menor).
 
Nuestro recorrido comenzó con Padre e hijo de Gael Policano Rossi, definida como una "sesión de jam visual a partir de la pieza Padre e hijo contemplando la sombra de un día de Luis Cano". Y efectivamente, la palabra jam no podría ser más adecuada para ella. La puesta propone una organización espacial que acerca a espectadores e intérpretes. Es interesante lo que sucede aquí con los roles. Hay un autor sí, que es Luis Cano, y un actor/director que es Gael Policano Rossi. Hay dos intérpretes señalados como "intérpretes" en la ficha técnica, Joaquín Ostrovsky y Anderson Feliciano. Hay un diseñador de objetos lumínicos (o como hay confianza, un iluminador), Nicolás Álvarez y hay un cámara, Francisco Saldarriaga. Pero en realidad todos son intérpretes. El relato se cuenta a partir de la narración verbal del director sentado un un rincón de la sala, y las proyecciones que crean cámara e iluminador a partir de las situaciones/escenas que digitan los intérpretes con objetos y juguetes (sobre todo autitos y muñequitos) sobre una mesa baja frente al relator. En esa mesa un círculo de ¿arena? crea una mini pista circense, dando límites posibles a un mundo de fantasía que se construye sobre la marcha. Los cinco crean el espectáculo, que en esto del ritmo y lo improvisado tiene mucho de música. Se dejan llevar. Nos dejamos llevar. Las imágenes son muy poderosas. A veces logran sincronizar con la palabra, otras te capturan totalmente hasta arrebatarte de la historia y las demás, te vuelven a arrojar al cuento del encuentro de padre e hijo, un encuentro que ha ocurrido una que otra vez, que nos ha ocurrido a todos. Con todo, la obra permite diferentes recepciones: según donde te ubiques, donde te lleve tu atención visual o auditiva, donde te lleven los colores y las luces, o donde te lleve la "historia". Por lo que el objetivo planteado del espectáculo  entre el teatro, la performance y la instalación- de constelar y amigarse con el padre-, nos alcanza y nos incluye a todos los de sala, mientras un trance hipnótico de imágenes y colores de otro mundo nos encanta.

La segunda obra que vimos fue Mini bar de Pablo D'Elia que narra una cita en un bar luego de varios días de chat, de un joven tímido y una mujer resuelta. En el medio o con ellos, la moza cordobesa. Entre los tres personajes, muy bien construidos, se desarrollará una especie de comedia de enredos, con un muy buen manejo de puertas (entradas y salidas), diálogos filosos y excelentes actuaciones (lo único que decir, como cordobesa que vio la obra con otra cordobesa, es que la tonada no estaba bien lograda, lo que nos llevó a preguntamos, ¿por qué no era porteña?). Lo mejor sin dudas, más allá del efecto cómico que existe, son las cuestiones entre filosóficas y políticas que la obra plantea, de una manera sutil. Temas hiperactuales que tienen que ver sí con las relaciones personales mediadas por la tecnología, como aparece en una primera lectura, y otros aún más profundos como los que atañen a la identidad, se abordan en esta obra que resulta un hallazgo, ya que logra ese efecto en pocos minutos y recurriendo a recursos propios de género.

El broche de oro de nuestro Teatro Bombón 2015 fue Como una gota de agua de Moro Anghileri, con Anghileri y Javier Drolas. Una historia anacrónica que se mueve con soltura - como los cuerpos de los actores- entre el misterio, el policial y el drama psicológico. En ella, el Dr Real contrata los servicios del afamado detective Franklin para resolver una intriga (¿o un trauma?) que lo tortura desde hace 7 años. Una iluminación tenue, en un living aristocrático, pocos objetos, y el trabajo de la memoria, o sobre la memoria que debe hacer el doctor para llegar al meollo de su rollo, con la ayuda de Franklin. La obra logra crear diferentes climas que atrapan al espectador y lo introducen en un mundo a media luz, muy inglés, o muy ruso, donde todo parece ondular. Ya hemos escrito sobre Drolas. Verlo actuar en teatro es una alegría. El momento para el Oscar es cuando discute con su reflejo. Y Anghileri, a quien no habíamos visto actuar en teatro, es una compañera de escena en total armonía: un rostro muy hermoso, pero sobre todo una voz con mil matices y un cuerpo elástico que se adueña del tiempo y el espacio

"Teatro Bombón. Festival Permanente de Obras cortas: VII edición". Domingo, 17 hs. y 18 hs. "Padre e hijo" de Luis Cano. Dirección: Gael Policano Rossi. Con Anderson Feliciano, Joaquín Ostrovsky. Diseño De Objetos Lumínicos: Nicolás Álvarez López. Cámara: Francisco Saldarriaga. 17.30 hs. y 18.30 hs. "Mini bar" de Pablo D' Elia. Con Victoria Cipriota, Tamara Garzón Zanca, Jorgelina Vera. 20 hs. y 21 hs. "Como una gota de agua" de Moro Anghileri. Dirección: Moro Anghileri, Juan Manuel Branca Dauría. Con M. Anghileri y Javier Drolas. La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada: $90. Hasta el 6/12. 

20 de octubre de 2014

TEATRO | "Piedra sentada, pata corrida" de Ignacio Bartolone | Ecografía de la pampa


Por Natalia Maya
Foto: Lucas Olmedo

El desierto pampeano es el espacio del salvaje, la tierra virgen de la pisada blanca, la consumación de los ritos, los milagros y la lengua, el fango de una identidad que resiste y se deja penetrar. Una tribu habita la extensión que se nos abre, tres de ellos regresan de de una noche de festín y canibalismo. Una mujer duerme, un perro aúlla y un mundo se sostiene al margen del tiempo blanco.

La tribu Lechiguagua vive en los límites de la contaminación: cristianismo, salvajes, gauchos mestizos se cruzan para escribir el nuevo tiempo del progreso. La ingesta de cristianos es el disparador de múltiples sentidos que magistralmente la obra cruza y estalla: comer cristianos es asimilar su lengua, literalmente. Los indios comienzan a hablar español en el medio de la digestión, se contagian de la lengua del otro, la madre de la tribu les advierte: estamos perdiendo la poquita identidad que nos queda. La artificiosidad, la falacia, la farsa son las herramientas con las que Ignacio Bartolone arma su discurso de la historia; con referencias a la Conquista del Desierto desarma prototipos, carnavaliza miradas, nos entrega a la risa, al desborde de toda representación enquistada.

Vamos a ver el artificio de la pampa, la posibilidad de un mundo y su conquista, la fuerza política de la risa, el exotismo, la fantasía maravillosa que permitirá aparecer en escena un personaje central: el perro-Dios cantor (Juan Pablo Galimberti), poeta gauchesco y testigo, una de las perlas de la obra. El grupo de actores, el cacique-padre Olorá-Potro (Jorge Eiro), la madre Lachigi-Vieja (Cristina Lamothe), los hijos Guai-Mayén (Gustavo Detta) y Duglas-Canejo (Eugenio Schcolnicov), en igual nivel de excelencia, juegan roles atractivos que involucran un gran trabajo corporal y vocal, acompañados de unas acertadas iluminación, música y vestuario que realmente nos arrancan del presente.

Piedra sentada, pata corrida es una obra que nos muestra con inteligencia y humor la posibilidad de reescribir infinitamente la intimidad de nuestra identidad, la violencia absurda de nuestra constitución.

"Piedra sentada, pata corrida" de Ignacio Bartolone. Con Julián Cabrera, Gustavo Detta, Cristina Lamothe, Ariel Pérez De María, Luciano Ricio, Eugenio Schcolnicov. Escenografía: Mariana Gabor, Paola Sigal. Iluminación: Claudio Alejandro Del Bianco. Diseño de vestuario: Paola Delgado. Realización de objetos: Lucia Costantino. Música: Ariel Obregon. Letras de canciones: Ignacio Bartolone. Asistencia de vestuario: Belén Biniez. Asistencia de dirección: Catalina Berarducci. Producción: Paloma Lipovetzky. Coreografía: Carolina Borca. Viernes 23 hs. La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada: $80. Hasta el viernes 31 de octubre de 2014.

26 de agosto de 2014

TEATRO | "Dios tenía algo guardado para nosotros" de Maruja Bustamante | Parte de la religión


Desde hace mucho tiempo 
te ha buscado en este bosque. 
Está encantado, sabés? 
                                       
"Cosita", Boom Boom Kid


Por Natalia Maya

Dios tenía algo guardado para nosotros, ¿qué cosa? Todo lo que vas a ver. El amor, la histeria, el proceso, la conquista, el comienzo y su destrucción eterna. Narrar una historia de amor es sujetarse a muchas cosas más allá de las palabras, es atravesarlas con la creación de todo lo demás: los dibujos, colores, objetos, canciones, jardines, poemas. 

Cristal y Mateo, encantadoras actuaciones de Barbara Massó y Gonzalo Pastrana, son el proyecto del amor de un Dios artista y obrero, en el cuerpo santificado de Gael Policano Rossi, que ha escrito para ellos la versión de una historia posible, dentro de los múltiples universos donde todo puede suceder simultáneamente. Esta promesa de romance se tejerá como la escritura de un diario íntimo, la invención cotidiana del propio amor, las versiones de uno y sus promesas.

Bajo la mirada de este Dios, que interviene mentes y espacios, se armará el delicado juego de dos tan separadamente unidos como la división primigenia del amor. La obra nos escenifica una construcción mental y material, nos invita a ser ese público del amor que da forma a la intimidad, Cristal y Mateo se conocen en un recital, son público extraño y cercano, hablan mucho, quizás demasiado, coinciden en casi todo, miran las mismas cosas, se parecen a ellos mismos y se quiebran. Qué es el amor sino un milagro cuando sucede, cuando todas las probabilidades del si no se convierten inexplicablemente en fracaso y qué es el amor sino aquello que no se puede nombrar.

Maruja Bustamante nos invita con esta obra a poner la mente en blanco y acercarnos al sagrado ritual que sucede cuando alguien nos gusta. Una obra: una religión: la del dios que hayas inventado para vos.

"Dios tenía algo guardado para nosotros" de Maruja Bustamante. Con Bárbara Massó, Gonzalo Pastrana, Gael Policano Rossi. Vestuario: Grupo Capicúa, Mónica Bellusci. Iluminación: Rocío Caliri. Asistente de producción: Lucas Sánchez. Asistencia de dirección: Nubecita Vargas.  Producción: Lucho Lomastro. Viernes 21 hs. La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada: $80.

19 de agosto de 2014

TEATRO | "Faros de color" dirigida por María Luisa Estiz | Lo que se dice es verdad


Por Natalia Maya
Foto: Mariela Richmond

Faros de color nos trae la oscuridad de la palabra, el enigma, la ambigüedad que define los hechos sucedidos en un plano inexistente. Un escenario totalmente vacío, sin decorado, sin utilería, el salón cualquiera de la casa de algún lugar abre las puertas que reciben a tres personajes en forma de cuatro, protagonistas de la presunta historia. Una pareja, Jeremías y Rafaela, un tercero Carlos, doble especular de Jeremías, ¿hermano, hijo, gemelo? y una cuarta mujer, amante articulada: Margaret.

El regreso de una fiesta despliega el armado de un relato en la pareja; con sus múltiples versiones distorsionadas comienzan a tejer los entramados de un crimen pasado, ¿real, simbólico?, cada espectador lo decidirá. El afuera tensa con sonidos y presencias tortuosas que recuerdan, hay otro universo que está profundamente dentro de ellos: los sonidos, las luces son también los paisajes que llevan dentro.

La guerra y la paz: la palabra es la gran protagonista de la obra. Los cuerpos son regiones, historias, tiempos, batallas. Jeremías, Rafaela y Margaret, con intensidad e impecables actuaciones, vienen a anunciarnos que todo lo que se dice en una historia es verdad y por eso mismo: invención /mentira. Son las pasiones las que hablan, callan, destruyen y reconstruyen los espacios habitados por cuerpos y por memorias. El vacío del escenario se carga rápidamente por las proyecciones narradas, entonces podemos ver mucho, demasiado.

Faros de color hace un juego interesante entre la realidad del lenguaje y el lenguaje de la realidad,  ópera prima de Javier Daulte, dirigida por María Luisa Estiz invita a repensar los códigos de la representación: los espacios cargados de lo invisible, las verdades que llevamos dentro cuando queremos inventar nuestras múltiples historias: nuestra única posibilidad.

"Faros de color" de Javier Daulte, Dirección: María Luisa Estiz. Con Flavio Abraldes, Paula Badariotti, Constanza Raffaeta. Vestuario: Marité Molina. Iluminación: Valeria Junquera. Música: Ramiro Córdoba. Asistencia de dirección: Lautaro Heger.  Sábados, 21 hs. La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada: $80. Hasta el 27/9. 

14 de agosto de 2014

TEATRO | "En corral ajeno" de María Soledad Manes | Alambrado mágico


Por Alba Ermida
Foto: Alejo Maglio

La Casona Iluminada es el armario de Narnia en Buenos Aires, un lugar en donde, una vez traspasada la hermosa puerta, suceden cosas de otro mundo. El lugar ideal para hacer y ver teatro. Y allí, en plena famosa avenida Corrientes, en un cuartito que en su tiempo pudo ser una salita o una habitación se produjo la magia.

Un gallinero de madera y un atado de paja nos sitúan en cualquier zona rural del mundo en En corral ajeno de María Soledad Manes; el alambrado roto aporta el conflicto cotidiano que permite a la autora viajar por mundos alejados. O no tanto.

Si bien el texto comienza con una buena dosis de realismo que permite al público asentar las bases narrativas de la historia (un pueblo pequeño, unas gallinas que se escaparon, una chica que necesita encontrarlas para que pongan huevos porque de ello vive), poco a poco el juego de analogías y remisiones a otros mundos alejados de ese rural comienzan a constituir un puzzle medio desarmado que encuentra su forma con la última pieza que se coloca al final.

Una abuela que le grita a su nieta “si no fueses tan inútil podrías llegar a ser famosa”. ¡Famosa! Un novio que la lleva al medio del campo y en un juego no demasiado inocente le rasga el vestido. Unas gallinas cuya única utilidad es poner, producir, y en su ausencia, alguien tendrá que dedicarse a la producción. Así es como la chica se convierte, se traviste, se aliena y se somete a la necesidad imperante y apremiante de producir, aunque sea ridículo que una persona empolle un huevo. Pero así es el sistema, descontrolado, un sinsentido, un alienante al nivel de convertir a una persona en productor de cosas innecesarias sólo para que otras personas puedan consumir. Una cadena de sinsentidos donde se pierde la identidad humana y se convierte, como la protagonista de este unipersonal, en ponedoras, en fábricas, en productoras.

Y la guinda de la obra es la actriz, Mijal Katzowicz, que se luce en un desdoblamiento de papeles y profesiones. Pasa de actriz a bailarina con la misma facilidad y eficacia con la que pasa de reír a llorar, de ser niña ingenua a seductora fatal.

Una propuesta atrevida e innovadora, muy original en la forma y el contenido.

"En corral ajeno" de María Soledad Manes. Actúa: Mijal Katzowicz. Vestuario: Sol Ruiz Luparia. Escenografía: Diego Rojas Borquez, Esteban Siderakis. Diseño de luces: Alejo Maglio. Música original: Pedro Canale.  Asistencia de dramaturgia y dirección: Ignacio Santillana. Producción general: Mijal Katzowicz. Coreografía: Georgina Forconesi, Mijal Katzowicz. Viernes 21 hs. La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada: $80, $60. 

30 de mayo de 2014

TEATRO | "Teatro Bombón" en La Casona Iluminada | Un plato que se come vivo


Por Eugenia Guevara

Teatro Bombón, Piezas cortas para degustar es un ciclo de obras pequeño formato en un hermoso espacio no convencional, los domingos por la tarde y con solo 20 espectadores por función. Producido por La Casona Iluminada reúne a seis directores que, a partir del proyecto curatorial de Monina Bonelli y Cristian Scotton, trabajan sobre nuevas obras escénicas de hasta 30 minutos de duración, en torno a la arquitectura de la casona, un edificio de estilo art nouveau con tres pisos y seis grandes salones en plena calle Corrientes, a metros del Rojas. Así mientras bombones literales se pueden adquirir en el bar que está en el gran salón de la planta baja de la casa, las obras dirigidas por Maruja Bustamante, Santiago Gobernori, Monina Bonelli, Celia Argüello Rena, Lisandro Rodríguez y Analía García Fedra son elegidas como bombones surtidos de una caja en sentido metafórico

Durante dos horas, las piezas se desarrollan simultáneamente en distintos espacios. En el programa que nos tocó empezamos por Ático de Analía García Fedra, que propone un interesante trabajo espacial para contar una pelea, un encierro, una liberación. Los actores Martín Urbaneja y Juan Pablo Sierra son puro cuerpo, cuerpos que expresan violencia y dolor, cuerpos que se encastran, se esconden o viven en esa especie de ático  - como esos de las películas - que está en el piso más alto de La Casona Iluminada. 

Luego de una espera de pocos minutos, con bombones literales y relaciones sociales, pasamos a una especie de living, en el que se desarrolla Perras muertas, dirigido por Monina Bonelli, a partir de un texto dramático de Cristina Civale. Con un músico en vivo plantea una apuesta jugada desde la iluminación, ya que el encuentro de las viejas amigas-enemigas que van a cumplir un pacto, se lleva a cabo casi en penumbras.

¡Usted está actuando! (foto) de Santiago Gobernori basado en el cuento La corista de Anton Chéjov, y sustentado en el duelo de talento actoral, de belleza y de sus personajes, encarnaciones de diferentes tipos de vida, de dos actrices enormes como son Bonelli y Lorena Vega, se transforma en una reflexión sobre el teatro, teatro dentro del teatro del teatro. Esto reforzado por la cercanía del espectador a los actores, a quienes puede ver hasta en el mínimo gesto.

Finalmente, Primera aproximación acerca de la idea de cómo estar con otros de Celia Argüello Rena nos lleva otra vez hasta el ático, convertido en un largo salón de baile que lo es todo: es la calle, es el mar, es el viento, es el camino. En él, los tres bailarines se amoldan a esas texturas, o más bien son ellos los que las crean en movimiento: ellos hacen del espacio una avenida, o un curso de agua, o una corriente de aire con sus cuerpos coordinados y siempre en relación con el otro, los otros, ya que esta preciosa propuesta nos transmite una idea a veces agitada, otras veces armónica, o desesperada, o dulce, de qué es estar con otros.

Es así que Teatro Bombón, Piezas cortas para degustar - que incluye también en la programación a Complaciente de Lisandro Rodríguez y X Errore de Maruja Bustamante- tiene varios méritos: el primero es que ofrece una excelente muestra de lo que es posible inventar en espacios no convencionales; el segundo, que replantea la distancia entre obra y espectador, al que prácticamente se incluye en escena (sobre todo en Perras muertas y ¡Usted está actuando!) y finalmente, y sobre todo, es una demostración a escala microscópica de la esencia del teatro, esa cosa viva que cambia, evoluciona, termina de ser mientras es, ligada íntimamente a la presencia del espectador y del instante. 

"Teatro Bombón. Piezas cortas para degustar" curado por Monina Bonelli y Cristian Scotton. Programación: 17 y 18 hs. USTED ESTÁ ACTUANDO de Santiago Gobernori. ÁTICO de Analía García Fedra. X ERRORE de Maruja Bustamante. 17.30 y 18.30 hs. PRIMERA APROXIMACIÓN ACERCA DE LA IDEA DE CÓMO ESTAR CON OTROS de Celia Argüello Rena. PERRAS MUERTAS de Monina Bonelli. En junio COMPLACIENTE de Lisandro Rodríguez. ILU/ La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada: 1 obra: $50, 2 obras: $80, 3 obras: $ 100, 4 obras: $120. Hasta el 29 de junio de 2014.

14 de agosto de 2013

TEATRO | "Saturnalia" de Gael Policano Rossi | Magia entre el futuro y el devenir


Por Natalia Maya
Fotos: Rafael Wollman

Futuro y devenir son una disyunción, decía Derrida. El futuro: lo pensable, previsible, lo moldeable, programable; el porvenir: lo incierto, indomable, imprevisible, lo que me permite devenir otro desconocido para mí. En este espacio entre futuro y devenir se juegan las artes mágicas de Saturnalia. El rito: una ceremonia al dinero; el deseo: moldear el futuro y hacer de él un seguro presente.

Nos reciben resabios de una mansión en decadencia, un lujo amarillento y gastado ocupado por un dandi que aguarda la llegada del núcleo familiar mágico: hermanos y madre  "Imperato", convocados, luego de un distanciamiento, a la orden de una visión. La música de un piano en vivo crea el clima de los oídos.

Esta familia de magos, capaces de leer el futuro y por eso mismo, de manipular el presente, trabajan en un subsuelo donde la palabra es capaz de tejer el destino de los que arriba reproducen el dinero: el objetivo que los reúne es la elaboración de un calendario bursátil que Magdalena, la madre, ha visualizado en un sueño. Hablo por mi don, enuncia y comienza la red que devela el más acá del espacio astral. La acción de la historia se desarrolla en este ritual de predicción mensual, allí el dinero pone en evidencia su enfermedad. Los hermanos se encuentran atravesados por el deseo de tener y el temor de perder; Cardigán regresa del Perú luego de haber robado tesoro familiar, Ringo sediento de acrecentar su capital lo administra en escena con voracidad y Mississippi, la hermana mujer, la más endeudada, necesita cobrar con otra retribución: el reconocimiento materno.

La obra nos habla de la magia, del futuro, del porvenir, del dinero y su verdad efímera e ilusoria. Una verdad que se vuelve inútil justamente cuando se presenta en su condición. Aquellos que devienen portadores de verdad, a través de elixir o auténtico don, pierden función en la farsa que necesita teatralizar la codicia y volver el futuro un remanso de seguridad, un campo de especulación y así, reafirmarlo en su condición de absurdo.  Los clientes que asisten a esta casa vienen a comprar futuro y en ese mecanismo venden presente.

Magia: elemento de una economía de intercambio, vínculos que circulan como moneda, dinero que adquiere su valor como ilusión. La bestia hambrienta, la máquina que mueve el mundo, el valor de todas las cosas y su enfermedad, la medida del tiempo, la locura de muchos, el despertar de nadie; con ustedes el dinero: motor y magia de la genial Saturnalia

En el marco de la escena, se destacan en la obra el trabajo de iluminación y música que logran una atmósfera delicada y tenebrosa para acompañar cada clímax. Gael Policano Rossi escribe una historia lúcida, divertida y dramática, una sociedad del capital sostenida por actuaciones que conmueven, como la interpretación que realiza Julián López, "Imperato" del azar.

El dinero, el primer drama del mundo, símbolo de todo, propiedad de nadie, Dios y demonio de nuestro tiempo, gasto y deuda, hacedor de futuro: creador de nada. Saturnalia es la velada perfecta para jugárselo todo sin resto.

“Saturnalia” de Gael Policano Rossi. Con Paula Baró, Julián López, Bárbara Massó, Andrés Passeri, Cristian Scotton, Martín Wollmann. Música: Gonzalo Pastrana. Vestuario: Federico Castellón Arrieta. Escenografía: Grupo Capicúa. Iluminación: Maruja Bustamante. Realización de dispositivos lumínicos: Mariano Arrigoni. Fotografía: Rodrigo Tubio. Asistencia de dirección: Luciana Cantisani. Productor asociado: María Solari. Viernes, 20.30 horas. La Casona Iluminada, Av. Corrientes 1979. Entrada: $50. Hasta el 31 de agosto.