Por Guillermina Gandola
El film, dirigido por Eduardo Spagnuolo, expresa los lugares más recónditos e inentendibles de un mundo: la mente humana y sus fantasmas.
Patricio Podestá, como su nombre sugiere, es un “exitoso” productor de contenidos de TV y su vida se desbarranca cuando aquella noche después de muchas dosis de cocaína se desvía con su auto a un lugar del cual nunca podrá salir (pues ya se encontraba allí antes de su llegada).
Spagnuolo propone y expone sutilmente varios mundos: la vida de un hombre público, el mundo del espectáculo representado por el conductor de un programa de chismes que querrá investigar sin piedad la vida oculta y desconocida del famoso productor y un mundo más amplio y difuso que incluye a todos sus personajes: el panóptico de Foucault.
Nadie podrá escaparse de la mirada ajena y de sus propias miradas y fantasmas.
Podestá se refugia en la observación de las cámaras para alejarse de la mirada humana y el sufrimiento de una noche cruel, reemplazando así el problema. Ahora deberá luchar con esa mirada virtual y propia. Las cámaras lo obturan, capturan, reflejan, un espejo de 360°.
Un mundo seguro nos muestra la dicotomía de encerrarse para liberarse y la prueba de que la mente es el mundo más inseguro que existe, ¿existe?
El final de Podestá llegará cuando las cámaras se apaguen.
Estreno en Buenos Aires: 5 de enero 2012.