Por G. C. R.
Fotos: Pablo Tesoriere
“Nothing stays buried”
(Dexter, 2ª temp., cap. 3)
A modo de lema, el subtítulo de Vuelve, de Paula Marull, reza: “Uno no es lo que recuerda, sino lo que pudo olvidar”. Esas palabras, pronunciadas por Lara (María Marull), la protagonista, se actualizan en el momento en que debe compartir su departamento de la ciudad de Buenos Aires con su hermano menor, Julián (Juan Grandinetti) quien, procedente de un pueblo del interior, le rememora los años de infancia allí vividos. Es así que las palabras emitidas por Lara nos permiten repensar el lema y matizarlo: ¿somos ciertamente lo que pudimos olvidar o lo que preferimos no recordar? ¿qué sucede cuando aquello que ha estado soterrado por años parece volver? ¿qué sucede cuando el olvido debe enfrentarse con la memoria? En el caso de Lara, parece que lo que retorna es el recuerdo de una inocencia perdida, de una infancia monótona en cuna de pueblo deglutida por el presente de una ciudad en donde nada parece estar previsto y en donde para sobrevivir es necesario mimetizarse con los otros. En contrapunto, Julián parece flexibilizar esa idea: su presencia serena y sosegada parece decirnos que es posible pertenecer a uno y otro lado sin tener que olvidar.
La prolija puesta en escena se ajusta en función de un realismo que fluye por todos lados: en las palabras utilizadas, en la iluminación, en la escenografía, en el vestuario. Pero si hay algo que descuella en la obra son las actuaciones: tanto los hermanos (Marull y Grandinetti) como la excéntrica pareja de Anita y Vicente (Melisa Freund y Federico Buso) y la camaleónica presencia de Melina (Flor Braier) conforman un círculo de roles interpretados con soltura y versatilidad. Fluctuante entre el costumbrismo y el humor, la dramaturgia de Paula Marull sostiene un texto inteligente con juegos del lenguaje y personajes disímiles tendientes a generar comicidad a partir de la contradicción y de la oposición. Es entonces que no solo pueblo y ciudad aparecen confrontados: el raro gusto en el vestir de Anita, frente a la simplicidad de Lara; la música folclórica que ejecuta Julián, frente a la noche de discoteca y boliche que representa Vicente, van tejiendo los hilos de ese juego de opuestos que parece no encontrar síntesis.
Frente a todo ese sistema de enfrentamientos: de pasado y presente, de recuerdo y olvido, de la necesidad de ser otro distinto del que se es para sobrevivir; las canciones que evoca Julián van cediendo los tensos lazos entre los hermanos, como si finalmente, la aceptación de lo que ha quedado sumergido en la memoria aflorara en los bellos sones para conciliarse con el pasado y con los recuerdos; para reafirmar lo que uno “es”, su presente y su historia, bajo otro lema, el de que, a fin de cuentas, “nada permanece enterrado”.
“Vuelve” de Paula Marull. Con María Marull, Juan Grandinetti, Federico Buso, Melisa Freund y Florencia Braier. Vestuario: Jam Monti. Diseño de escenografía: Magali Acha . Diseño de luces: Matías Sendón. Diseño gráfico: Natalia Milazzo. Asistencia general: Marien Cano Moreno. Asistencia de dirección: Fernando Ferrer. Producción general: Paula y María Marull. Viernes, 23.45 hs. Espacio Teatral Elkafka, Lambaré 866. Entrada: $60, $40.