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26 de septiembre de 2015

TEATRO | "El cuadro" dirigida por Gastón Zambón | Ionesco para todos



Por Alba Ermida

Pan y Arte es una casa vieja convertida en teatro que aún conserva la distribución y los elementos de una vivienda: ventanas al espacio interior, cortinas, puertas de madera... Elementos todos que facilitan la inmersión en el mundo que nos propone Ionesco en esta obra, El cuadro, cuya dificultad para corporeizarla no sólo radica en lo absurdo del género -no es, sin embargo, de las más incomprensibles del dramaturgo rumano- si no sobre todo en la ausencia de acotaciones. Es por tanto, el trabajo de Gastón Zambón, arduo y dedicado, inventivo, original y muy efectivo a la hora de ayudarle al público y a los propios actores, a llevar, entender y disfrutar del texto.

Un burgués acomodado -y literalmente acomodado en su sofá-, apasionado del arte, compra cuadros para admirar en ellos la belleza que en su hermana, una anciana que tiene a su cuidado, no encuentra. Entronado en su butacón manda despóticamente sobre todos: el violinista que tiene enjaulado y alimentado con un trozo de pan, su propia hermana y el pintor que viene a ofrecerle su arte y él cruelmente subestima.
 
Se realiza una larga disertación a varias voces sobre el arte, la belleza, los afectos, la hipocresía y las relaciones humanas orquestada mediante una excelente combinación entre movimientos  coreográficos, gestos no librados al azar, magistrales cambios de ritmo de la voz -descollante la interpretación y construcción del personaje desde lo no verbal de Pablo Kusnetzoff-, pinceladas de luz que resaltan frases y construyen comicidad, la música en vivo perfectamente ejecutada por el violinista enjaulado, la sobriedad en la utilería y la escenografía.
 
Y sobre todo, destacan dos aciertos de la dirección: los osados tiempos que se toma la obra y el despojo de pretensión no narrativa. Es una obra carente de intelectualismo, comprensible, que arranca con facilidad sonrisas y carcajadas, y guía al espectador por las sendas de un género marcado con el estigma de la incomprensión y la intelectualidad, tomándolo de la mano y sugiriéndole reflexiones sin empujarlo a la univocidad.  

De Eugene Ionesco. Dirección: Gastón Zambón. Con Pablo Kusnetzoff, Nicolás Verdier, Yili Di Lauro y Patricio Muñoz. Diseño de luces: David Seldes. Asistencia de iluminación: Facundo David. Diseño de movimientos: Omar Saravia. Miércoles de octubre a las 21 hs. Pan y Arte, Boedo 880. Entrada: $100, $80. 

22 de mayo de 2015

TEATRO | "Indiscriminadamente discriminados" dirigida por Gisela Amarillo | Escenas de la vida cotidiana desigual



Por Alba Ermida
Foto: Martín A. Biaggini


Por mucho que lo queramos negar, todos discriminamos y en ese juego perverso también somos víctimas, pues consciente o inconscientemente somos blanco de discriminaciones. Este fenómeno es lo que pone sobre el escenario la compañía teatral Oveja Negra, un grupo de adultos con “capacidades diferentes” que busca a través del arte hacer visible lo invisible, producir un cambio en relación a lo que se piensa sobre “el otro”, “lo distinto” mediante la puesta en escena de problemáticas sociales . 

Dicen ellos que su creación colectiva surge de anécdotas y vivencias de los amigos, familiares, de ellos mismos. Usan material de la calle, de la vida cotidiana, que dramatizado y rodeado de una sencilla, efectiva y muy trabajada puesta en escena, consiguen crear un vínculo de empatía e identificación con el público. La obra se compone de varias escenas que muestran situaciones diarias de desigualdad en las que la perversión de la dinámica discriminatoria acaba dándose vuelta y engulle al discriminador. 

Muy divertida, hasta el punto de no poder contener la carcajada, emotiva pero sin melodramatismos ni exageraciones ni sensacionalismos que busquen la lágrima fácil, con unas interpretaciones estelares rebosantes de desparpajo y sobre todo, con una sencillez de vestuario, utilería y luces tan arriesgada como eficiente, Indiscriminadamente discriminados consigue hacer transitar al público por distintos estados: desde la reflexión sobre el comportamiento de cada uno, la indignación e impotencia ante la injusticia que se pasea sin castigo; la emoción de ver a personas, que sabemos son discriminadas en su cotidianidad, actuar la injusticia de su discriminación. 

Absolutamente meritorio es el trabajo de la directora, Gisela Amarillo, que supo desde la simplicidad y la contención mantener al público espectante hasta el aplauso explotado del final.

“Indiscriminadamente discriminados”, creación colectiva. Dirección: Gisela Amarillo.  Actúan: Damián Zoznik, Marcela Rodríguez, María Eugenia Aparicio, Marina Simonetta, Micaela Luna,  Iván Perri, Magalí Maldonado , Alejandra Manzo,  Julieta Díaz, Federico Zizmond. Asistente de Dirección, sonido e iluminación: Guillermo Bordone. Asistentes de actores: María Fernanda Vega Gutiérrez, Juan Ignacio Servente, Luciana Abritta. Escenografía: Diseñada en forma colectiva por los integrantes de la Compañía teatral Oveja Negra. Producción: Compañía Teatral Oveja Negra. Viernes 22.30 hs. Pan y Arte, Boedo 876. Entrada: $100, $80. Hasta el 29 de mayo de 2015.

19 de marzo de 2013

TEATRO | "Reliquia" dirigida por Carlos Peláez | Estamos invitados a tomar el té


Por Sandra Ferreyra

Reliquia rescata del universo de Silvina Ocampo una época, el Buenos Aires de las décadas del 40 y el 50; unos personajes, los niños; pero sobre todo los objetos que construyen esa época y acompañan a esos niños. Estos emergen de los cuentos y se materializan en la escena para dar cuenta de aspectos inquietantes, asombrosos, esquivos de  la narrativa de esta autora.  

Alrededor de tasas, vestidos, muñecas, anteojos y canastas  se organizan diferentes historias contadas desde el punto de vista de la institutriz cuya obsesión es cuidar niños.  El conflicto infantil sirve como una lente de aumento para ver con lujo de detalles lo que los adultos se ocupan de ocultar con fiestas suntuosas, convenciones sociales y cuidados abnegados: la imposibilidad de detener el avance de lo siniestro sobre esa edulcorada cotidianidad que llamamos niñez.  

La clave de Reliquia está en mantener el equilibrio entre una propuesta de teatro de objetos y un espectáculo de narración oral, la dirección de Carlos Peláez lo logra muy bien. No hay una preocupación por mantener el trabajo artístico en un formato particular, sí un interés por aprovechar al máximo los recursos expresivos de las actrices. A partir de procedimientos diversos en los que se intuye la formación titiritera, la clownesca, la danza y la narración oral, Julia Nardozza y Valeria Pierabella construyen un vínculo profundo y creíble entre la palabra literaria y la escena. 

Así, este espectáculo le propone al espectador encontrarse con algunos cuentos de Silvina Ocampo atendiendo especialmente a los objetos que sirven de marco a las historias. Lo invita a pensar el lugar protagónico que esos objetos tienen en tanto condensadores de valoraciones, de modos de complejizar y volver extraño eso que con naturalidad llamamos infancia. Al mismo tiempo hace visible algunos procedimientos por medio de los cuales los niños devienen objetos en el accionar de los adultos, vale especialmente como ejemplo la escena que remite al cuento “Las fotografías”. Como en la famosa canción de María Elena Walsh el mundo infantil y el mundo de las cosas adquieren una paridad que les permite interactuar y echar luz uno sobre el otro. 

"Reliquia" basado en cuentos de Silvina Ocampo: El Pecado mortal, Las fotografías, La Furia, Voz en el teléfono, El diario de Porfirio. De Julia Nardozza, Carlos Peláez y Valeria Pierabella. Dirige: Carlos Peláez. Actúan Julia Nardozza y Valeria Pierabella. Peinados: Karina Lezcano. Diseño de vestuario: Laura Pérez Andreau. Diseño de objetos: Julia Nardozza, Carlos Peláez. Diseño de títeres: Julia Nardozza, Carlos Peláez. Diseño de luces: Adrián Cintioli. Realización de vestuario: Noemí Zahr. Edición musical: Julia Nardozza, Carlos Peláez. Fotografía: Gustavo Zahr. Domingos, 19 hs. Pan y Arte. Boedo 876. Entrada: $60, $50.