Por Eugenia Guevara
Pocas veces en la vida - y muchas menos veces durante el año 2012 - se tiene la posibilidad de asistir a una representación teatral que provoque eso que siempre el teatro ha querido provocar. Eso que, más allá de los fines primarios que pueda tener el teatro (entre los que se encuentran reír y llorar), se ha definido de maneras diferentes: conmocionar, perturbar, alterar, cuestionar, problematizar, producir ideas y sentidos. Eso que hace que ir al teatro sea excepcional, una experiencia que nos involucra, nos compromete de manera tal que no se parece en nada a, por ejemplo, ir al cine a ver una película de género, donde todo es previsible y anodino. Una parte del teatro de hoy se ha vuelto un poco así, como una película de género; mientras que otra sigue intentando dar con eso.
Griegos de La Convención Teatro es una de esas obras con las que el encuentro resulta excepcional, una experiencia que toca a la emoción tanto como a la razón. Es la primera parte de una versión libre de La Orestíada, de Esquilo, que se estrenó en 2007 y fue seguida de Al final de todas las cosas (2008) y Con la sangre de todos nosotros (2009). La obra relata el momento en el que, luego de diez años fuera de su hogar, Agamenón, Rey de Argos, vuelve de la guerra de Troya. Antes de partir, para que los vientos soplaran a su favor, sacrificó a su hija Ifigenia. Clitemnestra, su esposa, lo espera – lo ha esperado desde que se fue - para vengar la muerte de Ifigenia, para vengarse. Agamenón regresa con Casandra, la profetisa en cuya palabra nadie cree, como botín de guerra. Y ese es el momento que Griegos retrata.
Respetando los principios aristotélicos de unión de espacio, tiempo y acción, la puesta compone con escasos elementos, valiéndose más que nada de los cuerpos (cuerpos que se entregan al máximo) y de la palabra de los tres actores, una versión de la tragedia clásica que por momentos adopta una intensa comicidad. Dispuesta en un escenario no convencional -un escenario, una escena, que para la sorpresa, el deleite y hasta el éxtasis o el júbilo del espectador se va reconstruyendo constantemente, sobre todo en profundidad-, Griegos también invita a pensar la temporalidad: ¿cuándo empieza y cuándo ha terminado? ¿Es mensurable Griegos? Y si lo fuera, ¿cuál sería su medida?
Respetando los principios aristotélicos de unión de espacio, tiempo y acción, la puesta compone con escasos elementos, valiéndose más que nada de los cuerpos (cuerpos que se entregan al máximo) y de la palabra de los tres actores, una versión de la tragedia clásica que por momentos adopta una intensa comicidad. Dispuesta en un escenario no convencional -un escenario, una escena, que para la sorpresa, el deleite y hasta el éxtasis o el júbilo del espectador se va reconstruyendo constantemente, sobre todo en profundidad-, Griegos también invita a pensar la temporalidad: ¿cuándo empieza y cuándo ha terminado? ¿Es mensurable Griegos? Y si lo fuera, ¿cuál sería su medida?
En la página web del grupo dice que su objetivo primordial es "intervenir dramatúrgica y escénicamente textos que forman parte de la tradición teatral”. Así, trabajan sobre dos principios: entienden las prácticas de versión / adaptación / apropiación como espacios de contagio y de encuentro cultural / ideológico / artístico y piensan las relaciones y modos de creación grupal como zonas experimentales donde el resultado nace de la interacción de las visiones de sus miembros. Todo esto de alguna manera es evidente en la puesta donde los nombres de la historia griega y las anécdotas que involucran a los dioses, se mezclan con referencias intertextuales pero sobre todo, extratextuales, relacionadas con el contexto al momento de la representación. También este método es visible en la fusión de los grandes temas de la humanidad con lo cotidiano, lo nimio, lo vulgar y en la utilización de un lenguaje antiquísimo propio de los griegos que, al mismo tiempo, puede ser cordobés corriente. Y sobre todo, en ese original preámbulo que nos presenta /presenta a los personajes (y a los actores) y a la tragedia (y a la puesta).
Aunque llegamos a Griegos algunos años después de su estreno, hemos asistido o sido parte de una función única como debe ser cada una de sus presentaciones. Por eso, fue una enorme prueba del favor - o de la furia - de los dioses haber vivido un rutilante e inolvidable regreso de Agamenón enmarcado por una intensa tormenta.
“Griegos” de La Convención Teatro. Dramaturgia: Versión libre de “Agamenón”, de Esquilo, por Daniela Martín, Carolina Muscará, Gastón Sironi, y los actores. Dirección: Daniela Martín. Con Analía Juan, Maura Sajeva, Mauro Alegret. Vestuario: Valeria Urigu y el elenco. Diseño de luces: Rafael Rodríguez. Fotografía y arte digital: Melina Pasadore. Asistencia de dirección: Estefanía Moyano. Viernes de octubre, 21 hs. Taller Cultural Crearte, Urquiza 1415. Córdoba. Entrada: $50, $40. Reservas: griegos.cba@hotmail.com