Por Andrés Taurian
El casting, obra de teatro de Sebastián Kirszner (Buenos Aires, 1985), comedia metalingüística sobre el mundillo de los actores y los medios de comunicación.
Mi Kenobi, cuento de Juan Guinot (Mercedes, Buenos Aires, 1969) sobre la ciencia ficción como posibilidad verosímil.
Autólisis, cuento de Enzo Maqueira (Buenos Aires, 1977) sobre la conciencia después de la muerte como purgatorio y confesionario.
Trazadoras, cuento de Nicolás Mavrakis (Buenos Aires, 1982), manifiesto impiadoso que relata una reunión de egresados. Como en El casting, de Kirszner, hay una enfática señalización del procedimiento narrativo.
El guacho Martín Fierro, de Oscar Fariña (Asunción, 1980), traducción al tumbero de un fragmento de la obra de José Hernández.
Para que esté listo antes que ella vuelva, cuento de Ariadna Castellarnau (Barcelona, 1979) sobre la familia como una habitación que no deberíamos pintar de rosa.
Sin embargo, Panorama Interzona no es tanto de ellos y de los demás autores que lo integran como de Drucaroff. Ella firma el libro y legitima el trabajo de los antologados, a quienes considera escritores de “posdictadura” y parte de “lo que se viene”.
El libro está organizado según “manchas temáticas” (violencia y medios masivos, relación entre hijos y padres, entre sexo y poder, etcétera) y se presenta como continuación de Los prisioneros de la torre, donde Drucaroff analiza escritores publicados antes de 2007.
A pesar de lo irregular de su contenido y más allá de sus puntos altos, Panorama Interzona aparece como un trabajo interesante y necesario para no ahogarse en la creciente marea de la literatura argentina contemporánea.
"Panorama Interzona: Narrativas emergentes de la Argentina", Elsa Drucaroff (compiladora). 312 páginas. Interzona Editora. 2012