Por Guillermina Gandola
En la calidez de una lujosa casa de fin de
semana de estilo campestre se encuentra la soledad más implacable. Cuatro
amigos aristócratas se refugian en el hermetismo que generan las paredes de la
quinta en la provincia de Buenos Aires, debaten sobre la situación del
país y juegan a la ruleta rusa (o hacen que juegan). Corre la década del '30, momento
en que surge el fascismo en Europa. En la Argentina, el popular presidente
Hipólito Yrigoyen, democráticamente electo, es destituido por el golpe militar de José
Félix Uriburu. La sociedad calla, silencio que se repite una y otra vez.
Escrita en la década del '60 por el
dramaturgo cordobés Humberto Riva, Ceremonia de hombres solos se mete en el
interior de la clase alta argentina y describe personajes herederos de una
historia que les es ajena, pero que de alguna forma los encasilla y amolda a un
mundo gobernado por las apariencias. Un mundo estático donde la miseria se
esconde debajo de la bodega de vinos más fina, en el reflejo de la brillante
vajilla. En los grandes, pesados y solemnes cortinados de una casa sin amor.
El entramado de la historia se sostiene a
partir de los diálogos donde se descubren varias máscaras en relación a los
vínculos sociales: las relaciones entre las familias aristócratas, amigos de
los poderosos sin cultura; las relaciones entre amigos que también son
heredadas y no verdaderas; los vínculos amorosos solapados, amores que no saben
decir su nombre, negados y rechazados con un cinismo atroz.
Al igual que en En Familia de Florencio
Sánchez, la directora Eva Halac pone en cuestión los valores establecidos y a
una sociedad que es especialista en indiferencia e hipocresía. Una sociedad que
no se compromete con nada ni con nadie, como es el caso de estos hijos del poder.
En En Familia se problematiza la autoridad paterna, los roles familiares que no
funcionan y en Ceremonia de hombres solos se plantea la crisis interna de una
clase que no necesita trabajar y, sin embargo, es infeliz.
Lo más cautivante de esta obra está en la
administración de los diálogos y su desenlace inesperado, en una escenografía
que contiene de manera perfecta la acción. También cómo se pone de manifiesto
la mentira dentro de la mentira y todo lo que produce ese falso universo que genera
como resultado un cuadro de época que aún hoy, con varias transformaciones,
persiste.
¿Hasta dónde el ser humano es capaz de
aceptar? ¿Hasta dónde es capaz de callar? ¿Se puede lograr una
"realidad" en base a falsedades? Estas preguntas flotan en esta gran
puesta de un texto dramático muy vigente.
“Ceremonia
de hombres solos” de Humberto Riva. Dirección: Eva Halac. Con Darío Bonheur, Aníbal
Brito, Marcos Horrisberger, Hernán Márquez. Vestuario escenografía: Micaela
Sleigh. Diseño de luces: Miguel Solowej. Asistencia de dirección: Erika Estiz.
Producción ejecutiva: Demián Kaltman.
Sábado, 20.30 hs. Andamio ’90, Paraná 660. Entrada: $60, $40. Hasta el 31 de agosto de
2013.
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