Por Alba Ermida
Anunciada en la Argentina como “la primera película de Arabia Saudita”, La bicicleta verde generó una cierta expectativa; no sólo por ser del controvertido país musulmán, sino por estar dirigida y escrita por una mujer. Sin embargo, no sé si porque el capital es en parte alemán o porque la propia directora estudió en Sidney, al terminar la cinta, la sensación que permanece es la de haber visto una historia occidental.
La estructura clásica, la forma explícita con que se muestra esa represión cruel que consiste en invisibilizar a la mujer, los diálogos redundantes con la imagen, el maniqueísmo de algunos personajes, recuerdan más a Hollywood que al cine asiático que enseña y sugiere, sin remarcar ni subrayar. Se echa de menos una crítica desde dentro, una visión que los occidentales no tengamos ya a base de los tópicos que los medios, en aras de la libertad y la igualdad, se encargan de insuflarnos.
Sea como fuere, la crítica es bestial. Y gana potencia en esos momentos y con esos elementos que los prejuicios y estereotipos creados en Occidente no conocen. La hipocresía, la doble moral, la necesidad inconsciente de romper con lo establecido siglos atrás. Las profesoras que se visten de punta en blanco, peinadas, maquilladas, enjoyadas, y que sólo se lucen en el interior del edificio del colegio, pues de puertas para afuera, incluso en el patio, cercado por altísimos muros, el niqab y la túnica negra son más que obligatorios. Esa directora del colegio que enseña los valores más conservadores y exige a las niñas los comportamientos más puritanos, pero que no puede evitar que un “ladrón” se cuele por las noches en su cama. La crítica está ahí. En esa hermosa mujer, inteligente y trabajadora, que no puede más que resignarse a estar sola porque su marido eligió mantener a otra familia, a otra mujer que le dé descendencia, y esta vez, masculina.
Y la solución o la esperanza viene atada en lo alto de un camión de trasporte y parece volar por encima de un muro. Esa hermosa presentación del personaje de dos ruedas, motor de la historia y metáfora del cambio, que sobrevuela el muro de la represión y el aislamiento es uno de los grandes aciertos de la película.
La bicicleta verde es la historia de la perseverancia incondicional, como puede ser la de una niña en busca de un juguete. Pero éste no es un juguete inocente, es un juguete que mueve el pensamiento de una madre en busca de la felicidad de su hija, que desde luego, no pasa ni por ser invisibilizada ni por no poder disfrutar de la vida.
"Wadjda" (Arabia Saudita, Alemania, 98') de Haifaa Al-Mansour se estrenó en Showcase Belgrano, Norte, Village Recoleta, Cinemark Palermo, Showcase Córdoba, Arte Multiplex Belgrano, Cinema Devotto, Arteplex Del Parque, Monumental Lavalle, Atlas Patio Bullrich, Lorca, Bama Cine, Dinosaurio Mall Cordoba.
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