Por Guillermina Gandola
Para cerrar nuestra cobertura del 16º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, cuya premiación puede consultarse aquí, cubrimos la función de clausura The second game del rumano Corneliu Porumboiu, una película sobre fútbol, y el domingo vimos Conexión sur, de Dolores Lagrange, un documental sobre la música electrónica argentina.
En el primer caso el director Corneliu Porumboiu reutiliza la filmación del clásico arbitrado por su padre y jugado el 3 de diciembre de 1988 en Bucarest por los equipos más importantes del país (Dinamo y el Steaua), en plena guerra fría y un año antes de la revolución que ejecutó al dictador y político comunista Nicolae Ceausescu.
Durante los 90 minutos que dura el partido (y la película) el cineasta y su padre realizan comentarios sobre el juego realizado bajo la helada, penetrante y gruesa nieve y el contexto histórico de ese entonces. Un cuarto de siglo después el árbitro repiensa las jugadas y razona sobre las decisiones tomadas en relación a las sanciones, el tiempo indomable, las posiciones de ventaja y la nieve blanca inmaculada manchada por los botines.
¿Qué hubiera ocurrido si el árbitro hubiese sacado la tarjeta amarilla a uno de los jugadores por tirar la pelota contra el piso como expresión de queja?, ¿valía la pena hacerlo?, ¿fue falta o no?, ¿tendría que haber cobrado penal? Rápidas y complejas decisiones, advertencias, ética y pasión son los componentes que se ponen en juego durante este partido.
Los partidos de fútbol son parte de la historia de un hombre, de una familia, de una nación; se fusionan con los hechos y son el reflejo de una situación histórica política, económica y social. Así como lo fue el controvertido Mundial 78 en Argentina, la mítica mano de Dios contra los Ingleses en 1986 o el caso del equipo ucraniano Dinamo de Kiev quien desafió al equipo nazi de Kordik a pesar de que significó la muerte de muchos de sus jugadores. La historia se puede leer a través de distintas lentes, la moda, la arquitectura, la comida, la música y, en este caso en The second game.
Los documentales son una plataforma útil para acercarnos conocimientos, información y, por qué no, despertarnos una nueva pasión (o desempolvar las viejas). En este caso la directora Dolores Lagrange presenta un pentagrama donde se “escriben” las historias de los protagonistas que conformaron la escena de la música electrónica en la Argentina desde la década del 70 hasta finales de los 90.
La idea surge de la conexión entre Lagrange y Luis Marte, hasta que finalmente entre Dolores, Luis y Pablo Reche materializaron en forma de documental la importancia de comunicar la historia que explicara de dónde surge la música electrónica acá.
Internacionalmente, nace en la década del 70 el electro pop, un género musical que ya se había configurado en los sesentas y tuvo su auge en los 80 y que tiene al sintetizador como su elemento fundamental. Los pioneros de este nuevo género que busca reconfigurar la idea de sonido como espacio fueron, entre otros, el grupo japonés Yellow Magic Orchestra, la banda británica Ultravox y los alemanes Kraftwerk.
En busca de una sonoridad revolucionaria los protagonistas de esta nueva cultura musical comenzaron a explorar y experimentar con el sintetizador, el delay digital, la guitarra procesada y la utilización de técnicas electroacústicas para crear un sonido ambiente y progresivo.
En la Argentina los precursores de este género fueron Qumm, Jorge Haro, Sami Abadi, Gustavo Lamas, Daniel Melero, Mario Siperman, Leo y Gastón Satragno, Hernán Baldi, Diego Vainer, Bruno DeVicentis, Ramiro Larrain, Pablo Reche y Luis Marte en otros que no sólo se animaron a romper con los patrones musicales de una época de rock, a pesar de sufrir las consecuencias (tomates y cebollas en el escenario), sino que también hicieron todo lo necesario para su difusión a través de revistas, espacios culturales, jams, etc.
Si bien el tiempo de duración del documental (dos horas) podría haber sido menor o se podrían haber agregado más ejemplos musicales para representar no sólo desde el lenguaje hablado lo que significa esta era musical sino también a través de un lenguaje sonoro y sensitivo, Conexión Sur retoma y valoriza un momento histórico en la escena de la música argentina que para cualquier fanático de la música es digno de ver.