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17 de marzo de 2015

MÚSICA | Björk, "Vulnicura" y el MOMA | La tía de Amélie



Por Florencia Mangini

En los 90 fui fan de Björk, me encantaban sus canciones y su vanguardia, porque en aquel momento de verdad que lo era. Todavía me acuerdo del video blanco y negro filmado por Stéphane Sednaoui, Björk bailando en un track de camión vacío, por las calles de Manhattan, con un vestido tipo enagua de satén, un sweater peludo, borcegos y el clásico peinado raver. Fue el comienzo de una nueva femineidad en el pop que reemplazó a la imagen dominatrix sexual de Madonna. Björk traía algo nuevo, era rara, de un país poco conocido, aniñada, con canciones dulces a veces gritonas y videos llenos de morisquetas.

De a poco, ella se transformó en mucho más que una cantante pop: se fue configurando como una artista visual en la que música, video, ropa y estética formaban un compacto hiper moderno. Fue dirigida por renombrados directores y fotógrafos de moda. Spike Jonze (It' s oh so quiet, 1995), Michel Gondry (Human Behaviour, 1993; Army of me, 1995; Bachelorette, 1997, entre otros), Chris Cunningam (All is full of love, 1999), Nick Knight (Pagan poetry) y hasta el creador de Ren & Stimpy, John Kricfalusi, aka John K, hizo un super video para ella, el de la canción I miss you (1996). 

Varios fueron los creativos que ayudaron a conformar el fenómeno Björk. La industria musical del momento estaba aún muy sostenida por el despliegue visual de los videos, parte de su éxito tiene que ver con eso. La moda también la adoraba, aparecía en producciones de revistas trendy europeas tipo ID, The Face, SelfService, Another Magazine. Lars Von Trier la eligió para su película Bailarina en la oscuridad, con resultados negativos y somníferos. Luego tanto el director como la cantante hablarían pestes uno del otro. 

Björk no era solo una cantante, borraba fronteras entre arte, moda y música. Los comienzos musicales fueron electrónicos alegres. Luego vendrían notas más experimentales y melancólicas pasando por el jazz y muchos gritos también. Letras sobre amores complejos, fantasías de la mente femenina, me y nos representaron durante un tiempo. En All neon dice "yo te curo, yo te nutro", no sé si le habla a su hijo o a su novio. Pero la imagen de mujer que protege a su pareja está en muchas de sus canciones. De All is full of love rescato "tus puertas están todas cerradas, todo esta lleno de amor", con un video que muestra un romance con ella misma. En Isobel dice estar casada consigo y en Posibly maybe explica que adora su soledad pero no le molestaría pasar algún tiempo con su amor, tal vez, tal vez sea amor. Era la época en que te comprabas el CD, leías las letras o ibas a las disquerías y pedías escucharlos leyendo el librito. Muchas de sus canciones para mí hablan de una generación super autocentrada, un poco fóbica y neurótica. La mía. Yo tenía muchos de sus discos que escuchaba a diario. Llegué hasta Pagan Poetry, una canción emotiva y preciosa. A partir de ahí no pude escucharla más porque me remite a un momento moda musical que ya no me llega. Tampoco me llegan sus videos pseudomodernos ni su imagen performática. No pasa igual con Massive Attack o Tricky porque sus obras actuales son eso, actuales. 

El nuevo disco de Björk se llama Vulnicura, es más suave que Biophilia, la canción más corta dura 3.45 minutos, la más larga 10.08. Ya no grita tanto. Pero no aguanto más de tres canciones. El disco no está mal hecho pero me empalaga el clima penoso de su voz y de las melodías.  A quienes la adoren, les va a gustar aunque es algo repetitivo. Vulnicura surge después de su ruptura de pareja con el artista Mathew Barney. 

El 8 de marzo se inauguró en el MOMA de Nueva York una retrospectiva de la cantante, en donde también podrá verse parte de su vestuario. En el trailer presentación aparece nuevamente desnuda (como en varios de sus antiguos videos) y la recorre, como otras veces, un fluido. No, definitivamente no quiero ver a Björk sin ropa. Mucho menos escucharla cantar. Prefiero recordarla como en Venus as Boy, vestida y contenta.