Por Lía Noguera
Una vez más, Señorita Julia de August Strindberg sube a escena, y en esta ocasión lo hace en la versión realizada por Enrique Papatino, con las actuaciones de Josefina Vitón (Julia), Paula Colombo (Cristina) y Gustavo Pardi (Juan) y bajo la dirección de Marcelo Velázquez.
Este director que ya ha sabido degustar el placer de transitar por los clásicos universales, así como también ofrecernos un recorrido por algunos dramaturgos contemporáneos, logra nuevamente valerse del universo discursivo de las teatralidades canónicas y en esa apropiación realiza su propio gesto poético. Porque, ¿qué sentido tendría desnudar el pasado y el presente nefasto de Julia si no es para proponerlo como un imaginario identificador de realidades, que si bien presentes hacia fines del siglo XIX –momentos en los cuales fue escrita la obra- aún continúa significando en la contemporaneidad? Si bien la lucha entre clases sociales, la opresión de la mujer en un espacio regido por la mirada patriarcal, la imposibilidad de ascenso económico, entre otras, son las temáticas que saltan a la vista cuando leemos o vemos este clásico sueco, lo interesante es profundizar en los costados quizá más opacados del texto y que en nuestra actualidad son aquellos que calan en lo más hondo.
Y eso es lo que hace esta nueva Señorita Julia, puesto que privilegia y acentúa el universo ficcional, los juegos y los sueños que sustentan la vida de los tres personajes protagonistas, un sustento que será primordial a la hora de permanecer, de soportar la opresión en la que viven. Julia, la hija del conde quien la ha dejado junto a sus criados durante la fiesta de San Juan, bebe y baila con su criado, y durante esas escenas exhibe sus intentos de dominación. Pero en el discurrir de estos momentos lúdicos, ella quedará prisionera y la relación dominado-dominador se invertirá y solo una salida será posible: terminar con los sueños de libertad. Sueños y realidad se contraponen, así como se oponen los representantes del pueblo a la unión de clases y todo esto es narrado desde un mínimo espacio escenográfico que, acertadamente realizado por Gastón Nanni, logra acentuar y destacar la articulación entre escena y extra escena.
Ahora bien, si la efectividad de esta puesta está dada por las lecturas del texto que tanto Papatino y Velázquez realizaron y lograron plasmar en la escena, en el plano actoral el componente semántico de la obra logra sustentarse. Si bien existe una disparidad entre las actuaciones femeninas y la masculina, esto seguramente está dado por la fuerte presencia de Gustavo Pardi en el escenario, que logra variar los tonos como así también articular los diferentes matices que su personaje requiere. Un excelente trabajo por parte de este actor, que con todo lo antedicho, hacen de esta nueva Señorita Julia una novedosa revisión del clásico universal.
"Señorita Julia" de August Strindberg. Versión: Enrique Papatino. Dirección: Marcelo Velázquez. Con Josefina Vitón, Gustavo Pardi y Paula Colombo. Escenografía y Vestuario: Nicolás Nanni. Realización de Escenografía: Gastón Nanni. Realización de Vestuario: Celia Cohan. Iluminación: Alejandro Le Roux. Música Original: Pedro Rossi. Diseño Gráfico: Verónica Duh. Soporte Audiovisual: Sebastián D’Angelo y Virginia Mañe. Asistencia de Dirección: David Robles. Viernes a las 21 hs. hasta el 23 de marzo inclusive. A partir del 1° de abril, domingos a las 19 hs. El extranjero, Valentín Gómez 3378. Informes: 4862-7400. Entrada $60.
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